Mes seis

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Harry se mira en el espejo de cuerpo completo, solo tiene puestos unos calzoncillos y su cabello permanece atado.

Sus hijos se encuentran desayunando con Louis, el ojiazul se había encargado de alistarlos para sus actividades.

Harry resopla y tuerce el gesto al ver la estrías rojas en su vientre.
Él las odia porque cuando Louis toca su vientre las puede sentir y piensa que eso le desagrada, a él mismo le da cosa sentir la piel de esa manera...suspira y hace un puchero.

Acerca su rostro al espejo y puede apreciar algunas manchas cafés muy pequeñas, no encuentra tanto problema a eso pues sabe que desaparecerán cuando su hijo nazca. No como las estrías, aunque también sabe que el color cambiará a blanco y no serán tan notorias.

Suspira y se viste para poder bajar a desayunar.

°°°

La primer parada que hacen es a la escuela de Celeste y Lauren, las niñas entra más temprano porque están en un colegio solo para niñas y son bastante estrictos.
Ellos estaban algo reacios al principio, pero las niñas insistieron tanto en que querían estar en una escuela así que no les quedó de otra más que aceptar.

—Papá—dice Lauren, Louis la ve por el espejo con una ceja arqueada—¿Me pusiste mi barrita de cereal de chocolate?

—Sí, cariño.

—¿A mi de colores?—pregunta Celeste.

—No, a ti te la puse de caca.

—¡Papiiiii!—Celeste llama a Harry y el rizado le da un golpe a su esposo en el brazo, Louis ríe y pone su mano en el muslo de Harry para que este la entrelace con la suya.

—Sí, Celeste. También te puse sándwich sin queso y con doble jamón y jugo de uva.

—Muy bien, así sí me gusta.

—Celeste, dale las gracias a tu papá.

—Gracias papá...pero es su deber, él quería una hija.

—En realidad yo quería una rana pero tu papi te quería a ti.

Celeste abre su boca ofendida y cruza sus brazos para ver las gotas de agua bajar por la ventana, toda la madrugada estuvo lloviendo y el aire estaba bastante fresco. Harry amaba el clima así porque no sudaba tanto.

—Papá, ¿me pusiste mi yogur de fresa?—Maik pregunta, Max asoma su cabeza desde los últimos asientos de la camioneta.

—Yo quería dinero porque quiero comprar algo en la escuela.

—Ya hablamos de eso, ahí venden puro mugrero, Max. No puedes comer papitas con chile a las 10 de la mañana.

—¡Pero todos lo hacen, papi!

—Ya oíste a tu papá, Max—dice Harry—además te puso unos chocolates en tu lonchera, cariño—el ceño de Max cambia a uno de alegría y se acomoda en su lugar después de que Louis le guiñara un ojo y él tratara de imitarlo.

Louis sigue manejando y el auto va en silencio, cuando se paran en un semáforo siente una mirada por el espejo, alza la vista y casi grita al ver los enormes y verdes ojos de León observarle.

—Sí, León, traemos tus jugos de durazno.

El bebé sonríe y se acurruca en sillita.

—Cariño, ¿crees que me podrías acompañar a comprar el mandado? Con esta panza ya no puedo moverme bien-Harry le ve haciendo un puchero.

—Sabes que sí, Hazz.

Cuando dejan a toda su tribu, Louis conduce hacia el súper al que siempre van. Harry va comiendo unos bombones cubiertos con chocolate que trajo de casa pero que no pudo sacar hasta que dejaron a su último hijo, Harry alegó que no debían de comer eso a esa hora, Louis sabía que era porque no quería compartirles.

Vasectomía |Larry| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora