Gente que sonríe. Gente alegre. Gente feliz. Felicidad. Efímera y frágil felicidad. ¿Por qué siempre veo vuestra boca curvada? Observo mi reflejo en un espejo, posando la mirada en la línea recta que dibujan mis labios. Día tras día solo veo esa línea recta que ya no tiene sentimientos, ni tiene nada. No tiene vida. ¿Dónde quedó? Desapareció. Lo hizo al igual que el color del mundo, que ahora veo gris, oscuro, nublado, apagado.
Mi rostro, mi cuerpo, al igual que el gesto de mi boca, se ve inerte; pues respira, parpadea, anda... pero lo hace sin vida, como un ente antropomorfo que vaga por doquier.
¿Cómo he llegado aquí? He, lo que queda de mí. Lo que era yo quedó tan atrás, que apenas lo recuerdo. Cada día me despierto e imito mi rutina del día anterior. No vivo. Sobrevivo.
El río está estancado. Lo llenan aguas negras, sucias. Troncos imponentes que chocan contra pedruscos inmóviles y obstaculizan el paso. Flotan peces muertos, intoxicados. Los animales no se acercan a beber. ¿Cuándo llegará al mar?
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Hipócrita rosa y dulce negro
PuisiEl mundo desde la perspectiva de una simple mundana.