Despertar

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El día finalizó antes de que el cuchillo tocara mi pecho. Desperté de un sobresalto, encontrándome en mi casa actual, en donde todo había comenzado. La televisión seguía encendida e emitiendo la película que había finalizado mostrando los créditos.

-¡¿Nancy, estás ahí?! -pregunté, pero no hubo respuesta. ¿Aún no había regresado?

¿Fue todo un sueño o había sido real?

Decidí ir a comprobarlo para hallar la respuesta. Apagué la televisión, me levanté del sofá y cogí las llaves del coche con la intención y esperanza de ir a visitar la casa de John y encontrarle allá. Subí al auto para después dirigirme a su casa.

-No sé si esto será buena idea... Han pasado muchos años. -me dije a mi mismo dirigiéndome al portal del Edificio Dakota, el lugar de John y Yoko.

El portero, o quizá tan sólo fuera una estatua de uniforme, apenas pestañeó mi llegada.

-Disculpe. -traté de llamarle la atención, que este estaba en la ventanilla.

-Dígame. -alzó su mirada y, al darse cuenta de quien había delante sus ojos, quedó sorprendido. -¡U-Usted es...!

-Eh... sí.

-¿Puede darme un autógrafo?

-Claro... -me prestó un bolígrafo y una hoja de papel y se la firmé.

-¡Gracias! -dijo emocionado.

-Verá... Vine a preguntar por alguien, quiero saber si vive aquí.

-Claro, dime. ¿De quién se trata?

-John Lennon.

-¿John Lennon? -se le escapó un risita.- ¿Es esto alguna especie de broma señor McCartney? ¿Me está usted tomando el pelo?

-Eh... No, disculpe. -Di la vuelta y me marché de allá lo antes posible. Conducí hasta casa de vuelta. Por unos momentos tenía la esperanza de volverlo a ver, de que siguiera con vida, de que, todo lo que viví, hubiera sido real. Contuve mis lágrimas durante todo el camino, deseaba llegar a casa, acostarme y dormirme para volver a soñar con John.

Estacioné el auto y entré a casa. Escuché ruido en la cocina, sería Nancy que acababa de llegar. Ahora mismo, no estaba de humor para verla así que decidí ignorarla.

-¿Dónde estabas, mi amor? -Dijo saliendo de la cocina mientras me dirigía a mi habitación. Al escuchar esa voz, esa voz que no pertenecía a Nancy, me giré con rapidez.

-Ya compré los preparativos para mi fiesta de cumpleaños. -corriendo le abracé.

-Johnny... -susurré con el corazón encogido. -E-Estás aquí...

-¿Te encuentras bien? -preguntó correspondiendo mi abrazo. Asentí y me aparté un poco para poder ver bien su rostro.

-Tienes arrugas. -reí acariciando su mejilla. -Feliz cumpleaños, Johnny boy.

-Pues claro Paulie, no voy a quedarme joven toda mi vida, gracias por recordarmelo. -sonrió. -Aún así vas a amarme ¿Verdad?

-Verdad. -sonreí.

-Venga, ve a vestirte que pronto llegarán Brian, Ringo y George. -asentí y me dirigí a mi habitación. Abrí el armario encontrándome con el esmoquin que utilicé con John en esa cena.

-Este es... -susurré llevándolo a mis manos. Con facilidad, pude notar que en el bolsillo había un trozo de papel, lo agarré.

-Es una carta... -la abrí y comencé a leerla.

Querido James Paul McCartney,

Si estás leyendo esto probablemente yo ya estaré muerto. Desde un principio pude notar que eras capaz de viajar en el tiempo. ¿Tu misión? Como no saberla, salvar a tus queridos amigos y sobretodo a tu amado. Seguramente te estarás preguntando cómo sé de esto. Paul, yo también pude hacer esos viajes. Sé que no fue nada fácil llegar hasta aquí. Sobretodo cuando tomaste la decisión de no volver a conocer a John. ¿En qué estabas pensando? Tuve que volver a ese año y alertar a John sobre el asaltante que quería hacerte daño y no hace falta hablar de la tontería que casi cometes al intentar suicidarte. ¡Que locura! El caso es que, no hizo falta cambiar ese día. El beso que le diste a John y tu declaración fueron suficientes para que John se diese cuenta de su amor oculto hacía ti. Ahora, que todo está bien, te pido que no vuelvas al pasado. Podría causar muchos destrozos y dolores de cabeza porque no estamos en un mundo perfecto y nunca lo estaremos, y hoy, mirando hacia atrás, puedo agradecer de todas las experiencias que pasamos y admirar tu fortaleza y dedicación. Ahora, en honor a los viejos tiempos, disfruta tu presente.

Tu amigo y productor,

George Henry Martin

-Gracias... -susurré con un nudo en la garganta.

-¿Paulie? ¿Te falta mucho? -dijo John golpeando la puerta y rápidamente guardé la carta.

-¡10 minutos! -grité. Me vestí con ese esmoquin y salí.

-Vaya. -me dijo Lennon al verme. Posó sus manos en mi cintura. -Te ves igual de hermoso que esa vez...

-¿Tu crees? -pregunté alzando una ceja mientras rodeaba mis brazos en su cuello.

-Claro que sí, mi héroe.

Héroe [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora