Tomorrow

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Faltaba poco tiempo para que Hoseok llegara a su visita matutina, sabía ya de sobra su horario de tantos días allí. Por lo que, tras levantarse, se comenzó a vestir para estar presentable, haciendo la cama y tomando un vasito de agua dejando la habitación medio recogida para no dar mucho trabajo. Aquel día era el día que Jimin había elegido para pedir a su amigo que le llevara a ver al líder de la manada. Le había visto de vez en cuando, pero realmente, hasta ese día, no había pedido ser él el que le viera.

Al llegar, Jimin le comunicó aquella decisión al Beta que, con una sonrisa cálida en el rostro, le tomó del brazo para sacarle de la habitación. Hacía días que estaba encerrado en el edificio de la enfermería, y realmente ansiaba ver más allá de lo que su ventana en el cuarto le daba a ver.

El recorrido, aunque corto, le hizo recobrar un poco de fuerzas al más pequeño de los dos chicos, y quiso ver si estaba Taehyung, al que aún no conocía, por ahí cerca, pero no hubo manera de verle. Subiendo unos escalones de la casa principal, entró en el edificio con el chico y se dejó guiar hasta una puerta de madera cerrada donde había colgado un letrero que encarecía al visitante que llamara antes de pasar. Dicho y hecho, Hoseok golpeó con sus nudillos, y hasta que no escuchó un "Pase." no abrió la puerta, dejando pasar al menor primero.

Jimin vio la sorpresa en el rostro del líder de la Manada, y como dejó de atender a lo que estaba haciendo para poder prestar atención a ambos, haciéndoles sentar.

No esperaba verte hoy por aquí, ¿Qué tal estás Jimin?

Con un gesto con la cabeza, tomó asiento en una de las sillas frente a su escritorio para poder responder a la pregunta que el Alfa le había hecho.

Sí, me encuentro mejor, pero llevo mucho tiempo sin que mi forma de lobo salga al exterior. Por eso me gustaría aprovechar ahora para preguntarte si podría ir por los bosques de alrededor a estirarme y disfrutar un poco del aire libre.

Namjoon se quedó unos segundos sopesando la idea que le había planteado el nuevo Omega, asintiendo suave con la cabeza antes de responder.

Sí, no estaría mal que pudieras dar un paseo, pero tienes que quedarte cerca para que podamos ir en tu ayuda si algo pasa. Y si notas que no estás en condiciones, vuelve pronto.

Jimin asintió enérgicamente con la cabeza. Iba apoder salir. Iba a poder pasear. Iba a poder ver más allá de aquella pequeña ventana. Contento con aquella propuesta de la mañana, se puso en pie a la par que Hoseok, pero la voz de Namjoon hizo que ambos volvieran hacia este.

Hoseok, tengo un encargo para ti. - El beta, resopló sonoramente, haciendo esbozar una mueca divertida a Jimin. - Jungkook me ha hablado de un beta solitario que conoció en sus viajes. Me gustaría que fueras a buscarle y recopilaras un poco de información para ver si podría venir con nosotros.

Namjoon rebuscó entre sus papeles hasta sacar una cuartilla, con datos apuntados en esta. Hoseok estudió esta con detenimiento, aprendiendo la forma del lobo, del chico, así como el olor que desprendía y la zona en la que vivía la cual Jungkook había relatado. Asintiendo al tener los datos impresos en su cabeza, devolvió el papel a su amigo.

Está bien, saldré ahora mismo, volveré con noticias lo más pronto que pueda. Cuidad a Jiminnie.

Entre ambos se había desarrollado un cariño, producto de muchas horas hablando juntos en la enfermería.

Ambos chicos tras aquella conversación con el Alfa de la manada abandonaron la oficina y se dispusieron a prepararse para salir al bosque. Por lo que ambos se despojaron de sus ropas antes de cambiar a su forma lobuna.

Cuando esto sucedió el lobo de Jimin, más pequeño y frágil que el de Hoseok, se acercó a este para frotar su cabeza en el cuello del más mayor, deseandole así a su amigo un buen viaje. Tras eso y junto a un aullido bastante grave, el lobo de Hoseok se marchó de la manada para adentrarse en el bosque y Jimin no tardó mucho en hacerlo, pero tomó una ruta diferente a la del otro.

Jimin no conocía demasiado la zona, ya que la única vez que había estado allí fue cuando estaba siendo cargado a lomos de Hoseok después de haber perdido la consciencia en el lago. Y ya que Namjoon le había dado permiso, estuvo bastante rato estirando las patas por el bosque hasta que un olor bastante conocido y atrayente se coló en sus fosas nasales. Y de forma inconsciente siguió este hacia más dentro del bosque.

Ni siquiera se fijó por donde estaba corriendo hasta que reconoció el lugar al ver el lago frente a él tras unos arbustos y allí, justo en la misma roca dónde Hoseok le había encontrado días atrás, un lobo de color azabache se encontraba relajado sobre las piedras del lugar.

Sin lugar a duda, sabía que era Jungkook, aquél olor no podía ser de nadie más.

Jungkook a su vez, estaba mirando en su dirección como esperándole, era lógico que ya que él le había olido, el chico también le hubiera olido a él.

Con cautela y lentitud se encaminó hacia el lobo.

Jungkook se levantó cuando Jimin subió a la roca con él. Ambos se quedaron el uno frente al otro, mirándose durante unos segundos y se acercaron para olisquear el cuello ajeno, dejando que el perfume de ambos se entremezclara en el aire. Jimin notó como su lobo quería acercarse más a él, y no había que dudarlo, su humano también quería, así pues, fue el primero en dar el paso y realizar la desconfiguración. Desnudo, mirando al lobo negro frente a él, estiró una de las manos a rozar el pelaje basto y azabache que cubría todo su cuerpo, algo temeroso ante las facciones tan diferentes que lucía el lobo y el cuerpo del chico. Con los ojos cerrados ante los toques de la mano ajena, Jungkook siguió los pasos del Omega y volvió a su forma humana. Aún en humanos el menor era más grande físicamente que el otro chico. Jimin notaba el corazón en la garganta, y antes de que pudiera darse cuenta, los brazos de Jungkook rodearon su cuerpo, apretándole contra él a la par que se inclinaba para cerrar las distancias entre los labios de ambos.

Oía el ruido sordo de cada latido de su corazón durante aquel beso, salvaje, hambriento, duro. Y Jimin simplemente se derretía entre los brazos de su acompañante bajo ese dominio que se sentía natural y extrañamente familiar.

El pequeño Alfa, guiado por sus instintos, le envolvió mejor entre sus brazos, queriendo apretarle contra él, como dejando claro que aquel chico era suyo, sin importarle nada ni nadie, clavando los dedos en sus delgados bracitos y haciendo estremecer al chico ajeno, que se separó de pronto de sus labios. Jungkook abrió los ojos, mirando el rostro asustado del más bajito, tratando de poner distancias entre ambos, por lo que, al haberse dado cuenta de lo que hacía, soltó el agarre a sus brazos esperando no haberle dejado marcas en estas mientras escuchó la voz rota del Omega.

Lo siento... Tengo que irme.

[Jikook] Betting EverythingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora