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El día siguiente, Doyoung se despierta más temprano de lo normal y se va directo al café, justo a tiempo para ver a Jaemin abriendo. Mientras lo saluda y lo ayuda con las persianas, recuerda el tiempo en que recién lo había contratado, y como él venía todos los días a chequear que sí hubiera llegado y empezado a trabajar a tiempo.

No es que Doyoung no confíe en otras personas, pero Jaemin particularmente no parecía como un tipo responsable la primera vez que lo vio. Es un muchacho popular y atractivo, y aun está en la universidad. Solamente con esas características entraba derechito a la lista de potenciales malos empleados, un libro que fue escrito por las experiencias malas de Doyoung. Sin embargo, Jaemin resulto ser mucho más tranquilo y paciente de lo que nunca hubiera pensado, y nunca llego siquiera cinco minutos más tarde de lo que Doyoung le había requerido.

Ademas, sumaba el hecho de que siempre está sonriendo. Ha llegado a sus oídos que mucha de la clientela femenina se pone contenta al ser servidas por una sonrisa tan tierna.

Se pasa la primer media hora del turno enseñándole la nueva receta y entre los dos, hacen el primer bache de crema en rosa, celeste bebe y amarillo suave

Luego, se pasa la otra mitad de la hora dibujando un buen poster en el cartel-pizarra que paran en la fachada de la tienda. Y esto, por supuesto, termina en él cubierto de manchones de diversos colores de tiza y un... no tan lindo, pero entendible cartel, que invita a los clientes a probar la nueva 'fun cream with new recipe'. Tal vez debería mandarle un mensaje a Ten más tarde y pedirle que le venga a dibujar uno mejor, a él siempre se le dieron esas cosas.

Después de eso, se vuelve a su casa y vuelve justo antes de que su turno empiece. Y guau, si, las ventas realmente crecieron. Sonríe y le da gracias a Taeyong en su mente mientras se ata su delantal y prepara la tienda para la próxima bandada de clientes que está por venir.

La tarde pasa rápido, y aunque no estalla de gente, hay muchísima más que los últimos días, todos curiosos por probar un poco de café bonito. Algunas niñas incluso vienen solamente a combinar sus atuendos con sus bebidas, y hace que Doyoung suelte una risita. Cerca de las seis, sin embargo, el negocio se calma y lo toma como la oportunidad perfecta para ponerse al día con una transmisión de un reality de NCT que está mirando estos días.

Disfruta de verlos interactuar, pero no puede dejar de preguntarse si actúan de la misma manera una vez que las cámaras se apagan. Taeyong, por lo menos, es bastante igual, solamente que tal vez menos tímido y un poco más charlatán. Está usando un choker, el mismo que le vio usar hace algunos días, y una remera que le recuerda haber visto usar, también, no hace mucho. Se ve bien.

Doyoung también se da cuenta de otra cosa. Aunque le encantaría negarlo... se da cuenta que no le molesta tanto verlo ocupar tanto tiempo de cámara ahora. Sus expresiones le son familiares. Su sonrisa, especialmente. Doyoung se pregunta si esa es su sonrisa genuina, o si tiene otra especialmente reservada para su gente más cercana que el aún no ha visto.

Después de todo, Doyoung no es más que un empleado al que a veces le da charla.

Y, ah, gracias a todos estos pensamientos de Taeyong se acaba de perder algo que Taeil hizo. Diablos. Toma el control remoto y empieza a rebobinar un poco, pero es interrumpido.

-Ja, sí que eres un fan serio, ¿A qué no? ¿Verlo una vez no te basto?

Se pone avergonzado y sorprendido, y ya está preparando su mejor sonrisa de disculpa cuando se da vuelta y ve quien es el que está parado en frente a su registradora.

Doyoung se ve teniendo que pestañear dos veces porque si, este era Taeyong, pero esta vez en medio del día y usando un buzo y nada, pero absolutamente nada de maquillaje, y parece normal, tan hijo del vecino que era irreal. Y aun así, sin embargo, se ve más ardiente que ese mismo Mocachino de crema azulada que estaba pidiendo.

after hours {dotae/taedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora