Los días pasan.
Es un adulto, como dijo antes. Esta más calmado. Esta más sereno ahora, y hasta puede elegir su ramen favorito de nuevo, ese que tiene a NCT en el envoltorio, cuando va al mercado. Se siente orgulloso, y vacío, y algo tramposo, pero sí que está orgulloso.
Tramposo porque 'no pensar en' y 'evitar pensar en' son dos cosas diferentes, pero su mente insiste en que son lo mismo. Da igual.
Pero como ya ha dicho, la vida sigue, y las tormentas no duran por siempre, y nublado no es tan bueno como soleado pero es mucho mejor que lluvioso. Y si, tiene ojeras constantes bajo sus ojos, pero le sonríe a todos sus clientes, y hace crema a colores, y las ventas son muy buenas. Ten ni se molesta por seguir preguntándole por ellas aunque se queja de que Doyoung ya no le cuenta nada, pero Doyoung lo agradece en secreto.
Así que es un sábado y en lo único que puede pensar es en volver a casa, hacer palomitas de maíz y mirar una película con Yuta en su regazo. Su pequeño conejo ha sido la única fuente de desestress que ha podido encontrar en estos días. Tendrá que recordar apagar su teléfono, solamente para que Ten entienda que no, este fin de semana tampoco quiere salir a bailar.
Solo falta media hora para el cierre, y solo queda una pareja charlando con sus voces en susurros. Están en una mesa contra la ventana, y parece que están casi por irse.
Suspira un poco cuando escucha a un cliente entrando en el establecimiento, pero sus ojos salen disparados hacia arriba cuando escucha la orden.
-Em... ¿Me das un Mocachino caliente con crema baja en grasas, por favor?
Conoce esa voz, tiene un dejo arrepentido poco familiar, pero la conoce, la conoce. Siente algo feo en su pecho, y le fulmina con la mirada al cliente mientras le responde.
-Lo siento, no tenemos más.
-Um, ¿Y chocolate caliente?
-Tampoco tenemos.
-Y...
-No nos queda nada, señor. Ya vete.
Taeyong traga fuerte, y se siente como si acabase de entender el dolor detrás de la picadura de Doyoung.
Sus ojos caen hacia abajo, al refrigerador de vidrio, y luego suben de nuevo con resolución. –Pero sí tienes bagels, ¿cierto? Los estoy viendo aquí abajo. ¿Me darías uno, por favor? Uno de queso –.
Doyoung aprieta los labios en una pequeña fina mientras asiente y lo toma. Sabe perfectamente que Taeyong odia las cosas saladas, ¿pero para qué lo diría? Quisiera habérselo olvidado, de cualquier manera. Le da la bolsa de papel y toma su dinero, evitando tocar la mano que lo da lo más posible.
Taeyong le ofrece una pequeña sonrisa amable, y va a su mesa. No, no su mesa, Doyoung. A una mesa.
Doyoung ni siquiera sabe lo que agarra, pero lo empieza a refregar con un trapo, impulsivamente, violentamente. Sus ojos están pegados a la cosa, pero está ciego, porque lo que se sentía como una chispa es ahora un fuego quemándolo por dentro, su pecho, su garganta. Sus músculos están tensos. Su boca sigue presionada en una línea y tiene su lengua entre los dientes para evitar chirrearlos.
Escucha a la pareja irse entre risas, y revolea el trapo contra el mostrador. En tiempo record, se encuentra frente a él, manos en las caderas.
-Estamos cerrando, señor. Váyase ahora.
-Escucha, Doyoung...
-¿Qué escuche? No, Taeyong, no quiero escucharte ahora. No quiero escucharte o verte nunca más.
Taeyong se para en frente suyo, sus cejas curvadas en pena, como un niño pequeño. Trata de alcanzar a Doyoung, -Yo lo...-.
-¡No!- Doyoung se lo saca de encima en un movimiento brusco, y su voz empieza a subir, más alta de lo que nunca estuvo, -¿No lo entiendes? ¡No quiero ver tu maldita cara nunca más! ¿Te piensas que puedes hacer esto así como así?¿Piensas que puedes ya besar a alguien y largarte? ¿Hacer que se sientan especiales y luego olvidarte de ellos? ¿Te es ent0retenido? ¡¿Acaso sabes cuantas noches he sufrido por culpa de tu estúpido trasero arrogante?!-.
Se frena, y sus hombros suben y bajan con su respiración.
-No, no lo sabes. Porque lo único que te preocupa es caerle bien a la gente, porque tú eres una oh-tan-famosa estrella. Bueno, déjame decirte, Lee Taeyong, no le agradas a todos, ¡porque yo te odio! Te odio a ti, y a tus pequeñas artimañas, y tus chistes y tu ayuda. Así que vete. Ya."
Taeyong se queda sin habla, ojos grandes mirándolo, hasta que se rompe...
En una maldita gran sonrisa.
Doyoung no puede creer sus propios ojos. ¿Este chico esta de broma? No solo lo lastima y lo deja confundido, ¿¡Ahora también se ríe de él!? Uno pensaría que tal vez tendría la decencia de no hacerlo cuando Doyoung está ahí frente a él. Debe parecer el chiste más grande en estos momentos.
Siente una bronca llenándole la garganta, cerrándola.
Doyoung toma un paso largo hacia él, decidido a... Decidido a....
Pero antes de que pueda alcanzar el cuello de su camisa, siente un par de brazos fuertes abrazándolo del cuello.
-¡Lo siento! Lo siento, es que... ¡Estoy tan feliz!", Taeyong dice, mientras unas risitas escapan de sus labios, y se ciñe más alrededor de él. –¡Has pensado en mí! ¡Has estado pensando en mí! No me lo creo. No puedo creerlo, soy tan idiota por haberme ido ese día.
Le toma a Doyoung unos segundos en entender.
-¿¡Es en serio, Lee Taeyong!? ¿¡Qué te divierte tanto, eh?!- Doyoung lucha por soltarse de su agarre, pero lo siente negar con la cabeza, y se empieza a morir de la vergüenza -¡Aléjate de mí!-.
-Oh, no, no me iré otra vez.-, siente como toma una respiración profunda y se calma, y Doyoung deja de moverse, aun en sus brazos. –Lo siento. Nunca quise hacerte sufrir. Ese día... Ya te he dicho, soy malo con las cosas que me dan miedo. Y soy un cobarde. Pero me has gustado desde la primera vez que has abierto para mí.-, siente como suspira de nuevo, pero esta vez es contento.
-Y estoy feliz de que te sientas igual que yo. Estoy tan feliz, Doyoung-ah.
Doyoung siente una fuerte picazón en sus ojos y un gran sollozo amenazando con dejar su garganta. Toda la ira que ha estado sintiendo, todo el estrés y la ansiedad que ha sufrido, todo se empieza a derretir en lágrimas calientes, enojadas... pero aliviadas.
Las siente quemar su piel y ahogar su cuello, y de repente es tan, tan vulnerable que siente como sus rodillas quieren ceder. Su cabeza cae en el hombro de Taeyong, y se siente tan estúpido porque intenta esconderlas, pero son tan obvias. Él es tan obvio.
A Taeyong parece no molestarle, porque el abrazo que lo sostiene no hace otra cosa que fortalecerse, soportándolo sobre él.
-Te odio-, repite una vez más, pero esta vez nadie lo cree. –Te odio t-tanto. E-eres un idiota.- sus palabras son interrumpidas por sus propios sollozos, y siente como Taeyong lo apachurra, lo que por algún motivo lo hace llorar más fuerte, -Eres tan idiota, ugh. ¿¡Por qué tuve que enamorarme de semejante idiota arrogante!?-.
-Seré idiota,- Taeyong concuerda, y suelta una risita suave, -pero soy tu...
-No.- Doyoung lo para y levanta su rostro, hecho un desastre. –Ni siquiera intentes eso conmigo.
Pero una vez que ve su cara, Doyoung no puede sostener más la sonrisa que le parte los labios.
-----------------------------
ya solo queda el epilogo :D gracias por leer hasta ahora!!

ESTÁS LEYENDO
after hours {dotae/taedo}
RomansaDoyoung odia al lider de NCT, Taeyong. Sin embargo, no puede evitar sentir lástima cuando lo viene justo después de la hora de cierre. -Por favor, porfa, ¿me das solo un Moca alto? Solo he comido una ensalada hoy y aun tengo dos horas más de graba...