DECLARACIÓN

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Acabamos de cenar y después de dejar la vajilla sucia en el fregadero, decido que es el momento adecuado para hablar con Justin de lo que ha pasado antes de ir a las carreras.

- Justin – digo mientras me siento en el sofá

- Dime – dice él

- ¿Por qué me has besado? – le pregunto, el me mira y su expresión facial es diferente a la que conocía está nervioso y ruborizado

- Yo...esto...- dice mientras se rasca la nuca, y cierra los ojos – Tú me gustas – suelta de golpe – Vale ya está, no ha sido tan difícil – dice para sí mismo

- ¿Por qué me molestabas? – pregunto

- Era la única manera de que te fijarás en mí, desde pequeña me has odiado, se que no fui bueno contigo, era un mocoso insensato que no sabía como hacer para llamar la atención de la chica de la que estaba enamorado, y que cuando descubrió que haciéndola enojar ella se fijaba en el lo siguió haciendo, sin darse cuenta de que cada día la cagaba más y más. Y cuando por fin se dio cuenta, ya era demasiado tarde porque aquella chica se había cansado de enfadarse con el y ya ni siquiera lo miraba cuando el la molestaba para llamar su atención – dice él

- Yo...esto... - no me deja pronunciar palabra alguna porque me besa. Al principio me tenso porque me ha pillado desprevenida, pero luego le correspondo, se tumba en el sofá quedando debajo de mi y sigue besándome con pasión, cuando paramos a respirar nos quedamos mirándonos a los ojos, me fijo en que tienen un brillo muy especial, uno que solo se ve en los ojos de alguien que esta enamorado perdidamente por alguien.

- Ahora has sido tu la que te has quedado sin palabras – dice con voz tierna mientras me acaricia la mejilla, yo sonrío y le doy un beso corto en los labios – Me encantas –

- Ahora me doy cuenta – digo, y lo vuelvo a besar, cuando paro noto algo duro debajo de mí, me aparto un poco y veo que su virilidad esta empinada – Veo que tu amiguita está feliz –

- Como para no estarlo, tiene a la mujer más bella del mundo encima de ella – dice, yo vuelvo a mirar su entrepierna y la acaricio por encima del pantalón, luego meto la mano por dentro de estos y lo masturbo mientras nos besamos, cuando paramos a respirar le quito el pantalón y el bóxer, dejando su intimidad totalmente al descubierto.

La miro durante unos instantes, y la verdad es que esta súper bien, tiene un tamaño adecuado, ni demasiado grande, ni demasiado pequeña, esta depilada, y la forma del glande es de casquito alemán.

- Estás muy bien dotado – digo

- Nací con suerte – dice pícaro, se incorpora y me pone debajo de él, luego me vuelve a besar, agarro su masculinidad y lo sigo masturbando, el para y se separa un momento.

- Espera un momento, estás demasiado buena y me cuesta contenerme – dice él, yo sonrío

- Mientras te relajas puedes desnudarme – le digo provocativa, el me mira y sonríe, me quita la camisa y luego el sujetador, dejando mis pechos al descubierto – Joder, esa maravilla ha estado siempre ahí – dice

- Si, pero tu estabas demasiado ocupado molestándome como para darte cuenta – digo divertida, el sonríe, comienza a acariciar mis pechos, chupa mis pezones y me hace un chupetón en el cuello, luego baja la mirada hacía mi tanga, lo aparta un poco dejando mi vagina al descubierto y comienza a tocarla suavemente, luego la penetra con los dedos haciendo que yo suelte un pequeño gemido, él sonríe.

- ¿Te gusta? – me pregunta

- Muchísimo, se siente genial, se nota que lo haces con cariño – digo

- Pues claro, contigo no follo, contigo hago el amor – dice él – La manera de tratar a la chica cambia –

- Lo sé – digo – Hace muchos años yo también estuve enamorada – digo, el sonríe y me vuelve a besar

- Por cierto – dice cuándo paramos a respirar - ¿Quieres ser mi novia? –

- Eso no hacía falta ni preguntarlo, claro que si – digo, pasamos un buen rato en el sofá. Luego subimos a mi habitación y hacemos el amor hasta que nos quedamos dormidos abrazados.

Chica ClandestinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora