CAP. 5

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—¿Jessica?, ¿qué haces aquí?—dijo ya más calmado pero aún serio y con voz grave.

—Pues mira, eso me gustaría saber yo, por eso se lo iba preguntar a tu supongo amiguito llamado Álex, que me trajo a este sitio sin saber por qué—le contesté ya harta de esta situación.

—¿Qué te trajo Álex?, pero si apenas pareces de 16 años,pero he de decir que si te ha traído aquí es por una causa importante. Además para ser una cría no estás nada mal.—"¡¿pero que cojones?! este tipo es gilipollas." antes de decir nada el sujeto me acorraló contra la pared y me empezó a susurrar a oído palabras asquerosas.

—Verás, yo me llamo Richard y tengo 20 años...—me empezó a decir con voz ronca.

—Y con esta edad uno tiene sus necesidades. Y creo que tú eres perfecta para saciar estas necesidades, por lo que veo estás lo bastante madura. —mientras me decía esas asquerosas palabras notaba como movía sus dedos de arriba abajo en mi abdomen, con una mano,mientras que con la otra se iba acercando más a mi rostro, mientras me presionaba con su cuerpo contra la pared impediendo que pudiera moverme. Al final llegó a mi rostro y lo empezó a tocar hasta llegar a mis labios, de allí fue bajando por mi cuello hasta llegar a mis clavículas, de ahí siguió bajando hasta casi tocar mi pecho. Pero antes de que siguiera con lo que estaba haciendo, le pegué como pude una patada en sus partes bajas, haciendo que se convulsionara y me soltara, lo que aproveché para salir de ahí con lágrimas brotando de mis mejillas, "casi me mete mano, de ahí estoy segura de que me hubiera violado".

Mientras iba corriendo en llanto sin darme cuenta me estampé contra algo de nuevo, aunque por suerte esta vez mantuve el equilibrio.Al mirar hacia delante me encontré con los ojos de Álex que me miraban alarmados y peocupados.

—¡Dios mío Jessica!, ¡¿qué te ha pasado?!—me preguntó exaltado y preocupado. Yo sin poder decir nada me dejé caer al suelo de rodillas, no paraba de temblar ni de llorar, Álex se colocó a mí lado y me arropó en sus brazos intentando renconfortarme. Al cabo de lo que para mí fueron horas me tranquilicé un poco y Álex al ver que me iba tranquilizando me soltó e hizo que girara el rostro para mirarle a los ojos.

—Bien, ahora que ya te has tranquilizado un poco, ¿me puedes decir qué te ha pasado?—me preguntó con voz suave mientras me acunaba entre sus brazos, haciendo que mi cabeza quedara apoyada en su pecho.Aspiré su olor,"Huele muy bien" pensé antes de empezar a hablar.

—Pues...— empecé a decir.

—Tranquila estoy aquí, no te preocupes—me incitó a continúar con voz dulce.

—Vale... pues había salido del baño después de asearme y vestirme...y fui en busca de unas escaleras para dirigirme donde me habías dicho...mientras caminaba me choqué contra algo que resultó ser un hombre...—se me escaparon algunas lágrimas que recogió Álex con su mano suavemente, me tranquilicé un poco más y seguí relatando la horrible escena.

—¿Un hombre?—asentí. Él se quedó un momento pensativo, pero luego me volvió a mirar y con la mirada me incitó a seguir.

—Entonces ese hombre me preguntó que quién era y que hacía aquí,yo le contesté que me llamaba Jessica contestándole de forma que recalcara que suponía que era un amigo tuyo. Al parecer él sí te conocía.—Álex me miraba expectante e incrédulo.

—¿Nunca te han dicho que no debes hablar con desconocidos?—me comentó con tono de reproche.

—Y menos dar tu nombre—se dio con la mano en la frente.

—Pues contigo hablé y te dije mi nombre y edad—contraataqué mirándole con burla.

—Toussé—respondió él con chispa.

—En fin, continúa—dijo finalizando la broma, y volviendo a mirar con preocupación y con ternura, "este chico vuelve loca mi cabeza".

—Bueno después de contestarle a las preguntas, me dijo que era raro que estuviera aquí teniendo apenas 16 años, pero lo contradijo diciendo que no estaba nada mal y que estaba madura...—sentí de nuevo las lágrimas brotar de mis ojos, sentí cada vez más dolor

—Más tarde, me dijo que se llamaba Richard, que tenía 20 años y que a esa edad uno tenía sus necesidades y que yo era la indicada para saciarlas. Finalmente me empezó a tocar y yo sin saber que hacer le di en sus partes bajas y salí corriendo...—todo esto lo dije muy rápido y llorando a mares, Álex parecía que seguía asumiendo mis palabras, y un segundo después su cara pasó a ser una de horror mezclada con odio.

—¡MALDITO BASTARDO MAL NACIDO!—Dijo sobresaltado y gritando haciendo que pegara un bote del susto.

—Álex...tranquilízate, no ha pasado nada, estoy bien.—dije intentando tranquilizarle en vano.

—¡¿QUÉ ESTÁS BIEN?!, ¡ESE CABRÓN POR POCO TE VIOLA! ¡Y ENCIMA EN MI PROPIA CASA!—se alejó un tanto de mí dejando espacio entre nosotros, empezando a moverse de un lado a otro agarrándose el pelo con frustración.

Me levanté yo también y me acerqué a él,paró un momento, el cual aproveché para cogerle con las manos la cara.

—Estoy bien ¿vale? tranquilo, ya ha pasado todo, vuelvo a estar bien—le dije con la voz más calmada y dulce que pude, él me miró intensamente y asintió con la cabeza, dándome a entender que ya estaba tranquilo.

La huérfanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora