CAP. 6

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POV.Álex

Después de dejar a Jessica tiempo para ducharse y acicalarse bajé a la cocina a tomarme una cerveza, la necesitaba para calmar los látidos de mi corazón, después de haber conocido un poco más a Jessica mis pensamientos solo se dedicaban a ella, incluso la llamaba pequeña, bueno de hecho esque la saco tres años, y me gusta llamarla así, es como si dijera que es mi pequeña. Su inocencia y torpeza solo hacen que quiera protegerla más, es como cuando tienes algo muy importante que no quieres perder bajo ningún concepto. Cuando subí a ver que tal iba, según puse los pies en el piso, alguien se chocó contra mí, y ese alguien fue una Jessica con los ojos rojos e hinchados como un globo, ella no se cayó, per en vez de eso se tiró de rodillas en el suelo y se tapó la cara para ocultar su llanto. Sin entender nada de por qué estaba así decidí envolverla entre mis brazos para intentar tranquilizarla, se la veía tan frágil en esa situación que no se me ocurrió más que abrazarla.Ella al cabo de unos minutos, se tranquilizó un poco y aproveché para preguntar que la había pasado, ella me empezó a relatar todo y yo mientras tanto solo escuchaba, me extrañó el hecho de que ella llorara, parecía una chica de estas que lo han pasado tan mal que ya no sienten dolor pero ella era distinta,era especial. Estaba absorto en mis pensamientos cuando oigo el nombre de Richard, solo con oír lo que el maldito bastardo la había hecho me sobresalté y perdí un poco los papeles, al final lleno de frustración por no haber estado allí para ayudarla, me mataba y me hacía cabrearme conmigo mismo, mientras me paré, Jessica me cogió de la cara, me miró intensamente y me dijo que ella estaba bien,que estuviera tranquilo, que todo está bien, pero yo realmente no me estaba centrando en lo que me decía, simplemente me perdía en sus ojos, su mirada me atrapaba y es como si todo de repente se volviera una nube, y todo lo malo desapareciera, como si solo quedáramos ella y yo, yo y ella.

—Ya estoy tranquilo, gracias.—ella se quedó un momento mirándome, seguramente comprobando que lo que dije era verdad.

—Menos mal...—respondió con un suspiro, cortó la conexión visual e inesperadamente se tiró a mis brazos. Juraría que en ese momento sufrí un paro cardíaco,acabé por corresponderle al abrazo. Después de lo que para mí fue poco tiempo lo que duró el abrazo nos separamos un tanto incómodos.

—Emm... ¿te apetecería ver alguna película?, para olvidar todo—la propuse rascándome la nuca con nerviosismo.

—¡Me apunto!— dijo con entusiasmo y con una pizca de alegría en su mirada.

—¡Genial!,baja abajo y busca el salón, yo vuelvo en dos minutos—Se me había olvidado el gilipollas de Richard, me dispuse a pegarle una paliza si le veía por aquí cerca. Llegué donde se supone que estaría ese bastardo, pero no estaba, seguramente se hubiera largado. Ahora esta casa no es segura para Jessica, tendré que llevarla a otro lugar, para que esté segura, ahora Richard la había encontrado y no pararía de torturarla para luego matarme a mí, y nadie jamás la va a tocar un pelo, ella es mi chica perfecta y no la voy a dejar marchar si ella no lo desea.

Bajé las escaleras en dirección al salón, cuando llegué vi que Jessica estaba sentada en el sofá mientras se comía un sandwich "mierda,se me olvidó llevarla algo de comer y beber".Me senté al lado suyo.

—Bueno, ¿qué te apetece ver?—la pregunté.

—Pues...¿tienes alguna de comedia?—preguntó ella.Me levanté a ver que tenía sobre comedia, por desgracia solo tenía una.

—¿Qué te parece "Los hombres de negro"?—la propuse.

—¡Me encanta esa película!—respondió sonriendo, cuando la vi fue como ver el brillo del Sol, tenía la sonrisa más bonita que había visto."chico desde que la conociste te has vuelto un cursi" como odiaba a mi subconciente, solo digo lo que pienso y siento, ¿tan difícil es oírme decir eso? ni que fuera raro expresar los sentimientos.

—Pues esta entonces, a petición de la dama—vi como se le subían un poco los colores, me gustaba hacerla sentir así se veía muy bien.

Mientras veíamos la peli había un ambiente muy tranquilo y para nada incómodo aunque para ser sincero, tenerla tan cerca me ponía el corazón como si fuera a salirse de mi pecho.Cada vez que estoy con ella, siento muchas cosas, y todas nuevas, me cuesta mantenerlas bajo control.

Al cabo de una hora Jessica estaba medio dormida y cada vez que la decía algo no se enteraba, era muy divertido.

—Oye Jessica, ¿te puedo llamar Jess? me gusta mucho tu nombre pero la abreviación suena mejor, ¿me dejarías llamarte Jess?—ella sonrió y asintió. Luego se quedó dormida, decidí llevarla más tarde ya que ahora se podría despertar y no quería. Pasó una hora y tenía a Jess "que bien suena su nombre ahora" apoyada en mi hombro, su respiración era constante y tranquila, se la veía muy bonita en esa postura, aunque creo que así se jodería la espalda, asi que apagué la tele,con mucha cautela me coloqué a Jess entre mis brazos y me incorporé con ella bien sujeta.Si subía las escaleras probablemente se despertaría asi que me dirigí a mi habitación.

Abrí la cama, le quité las zapatillas y la dejé acostada, yo me fui a dormir a la habitación de arriba, lo último que quería era incomodarla, sino me hubiera quedado a dormir con ella, pero en mi opinión sería una muy mala idea.

La huérfanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora