CAP. 8

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Estaba pensando en que desde que entró Álex en mi vida, había hecho que pegara un gran cambio. Cuando estaba cerca de él siempre sentía esas mariposas en mi interior, de hecho cada vez que me tocaba, notaba el latido de mi corazón a cien. La verdad es, que no se que me estaba pasando. "Sí sabes perfectamente que te pasa, estás enamorada de Álex" es posible que mi subconsciente tuviera razón, pero no me parecía bien que me estuviese enamorando de mi secuestrador, quiero decir, no está bien, se supone que debería odiarle ¿no?, no amarle. Tenía la mente hacha un lío, mi corazón decía una cosa, y mi cerebro otra, a este paso voy a acabar explotando.

Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos, haciendo que pegará un brinco.

—Jess, ¿puedo pasar?—llamó desde el otro lado de la puerta Álex.

—Sí, sí, puedes pasar—contesté al cabo de unos segundos.

—¡Hola pequeña!—me saludó, dándome un beso en la frente. Lo cierto es que le estaba empezando a coger gusto a ese gesto.

—Hola, Álex...—respondí un tanto cohibida, seguía sin poder acostumbrarme a que cada vez que me tocara sintiera esas mariposas.

—Venía a decirte que tendremos que marcharnos de esta casa, ¿te parece bien?—esa pregunta me dejó un tanto noqueada.

—¿Por qué tenemos que irnos?—le pregunté sin entender nada.

—Pues por una razón que no creo que te guste—respondió, yo seguía sin entender nada, asi que decidí volverle a preguntar.

—¿Qué razón en particular?—se me estaba acabando la paciencia, no soportaba a la gente que no respondía exactamente a lo que preguntaba.

—Tranquila, se trata de Richard, temo que vuelva a venir aquí y te haga algo... Resumiendo, te quiero poner a salvo.—al oír el nombré de ese bastardo, empecé a hipeventilar, el recuerdo de lo que me hizo todavía me afectaba y no podría soportar el hecho de que pudiera volver a hacerme algo.

—¿De verdad crees que me buscará para seguir con lo que tenía pensado ese día?—pregunté temiendo la respuesta. Para mi mala suerte él asintió, mirándome con preocupación y complicidad. Me estaba empezando a poner bastante nerviosa.

—Pero no te preocupes, si nos marchamos donde tengo pensado no será capaz de seguirnos la pista, y etaremos a salvo.—me contestó viendo que me había puesto nerviosa, por un lado me tranquilizaron sus palabras, pero por otro estaba el hecho de que si había dicho que estaríamos a salvo, posiblemente significaría irnos de la ciudad, lo que me lleva directamente a pensar en el orfanato y en mis amigos, no querá perderlos, pero tampoco quería morir ni que le hicieran daño a Álex "eso sería horrible" dijo mi voz interior.

—Entonces..., si nos vamos, estaremos a salvo de Richard ¿no?—Álex asintió bastante convencido. Lo pensé durante varios minutos y acabé tomando una decisión, sabiendo que aunque me doliera, sería lo mejor para los dos.

—En ese caso, estoy de acuerdo con el marcharnos de aquí—dije, aunque eso significara que me separaría de mis amigos y de los niños del orfanato. Me empezaron a escocer un poco los ojos, realmente me entristecía no volver a ver el orfanato, básicamente había sido mi casa desde que tengo memoria, ha sido la única casa que he conocido...

—¡Perfecto!, entonces empieza a sacar la ropa y los objetos que consideres necesarios.—explicó alegre.

—Bueno, la verdad es que no me va a costar hacer las maletas visto que no tengo mucha cosa.—dije mientras abría el armario, que prácticamente estaba vacío.

—En eso tienes razón, cuando lleguemos a la nueva a casa, recuérdame que te compre ropa y zapatos—me respondió mientras miraba el armario casi vacío.

Según acabamos de hacer las maletas, Álex cogió la suya y yo la mía, y me guió a una epecie de garaje, donde se encontraba un coche audi negro. Dejamos las maletas en el maletero y nos subimos al coche rumbo a donde se encontraría mi nueva casa, que compartiría con Álex.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2017 ⏰

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