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El cheto del aeropuerto.

¿Qué coño hace el cheto del aeropuerto en mi casa?

–Que se supone qué haces tú en mi casa?

–Que se supone qué haces tú en la casa de los socios de mi papá?

–Socios de...tus...mis...espera...

–HOLA CHICOOOS! ¡YA SE CONOCIERON, QUE EMOCIÓN!!!–Y ahí viene mi madre loca, gritando como si todos tuviéramos problemas de audición y no podamos oírla.

–¡No, no, no, nada de CHICOS YA SE CONOCIERON! ¿Quién es y que hace acá?

−ISABELLA!

- ¿Mamá, me puedes decir quien tortas es este?

-Cállate y ven aquí. Discúlpanos un segundo, Nicholas.

Pero, ¿porque le habla mejor que a mi?

En ese mismo momento mi mamá me agarró, o más bien, me arranco la mano de un tirón y me llevo a la primera habitación que se le cruzó. Seguro y me da con la chancla por ser grosera.

–YO NO TE EDUQUE PARA QUE TRATES ASÍ A LA GENTE! ¡ME PUEDES EXPLICAR QUE ES ESE COMPORTAMIENTO! ESTAMOS FRENTE A LA GENTE MÁS REFINADA DEL MALDITO PAÍS Y A VOS TE DA UN ISAATAQUE.

¿Un qué?

–Mira, nuestro futuro entero depende de este trabajo de tu padre, no puedes andar por ahí lanzando estupideces a el hijo de su jefe, además, tiene tu misma edad, y vas a ir a su colegio.

¿QUE? PAREN EL MUNDO ACÁ MISMO.

–QUE DIJISTE? ¿Voy a compartí colegio con gente como EL?

–"EL" podría ser tu futuro esposo, considéralo es atractivo, tiene dinero, tu padre me ha dicho que heredará varias empresas de su padre y...

–MAMÁ! SI TANTO TE GUSTA CÁSATE CON EL QUE YO NO LO HARÉ NI AUNQUE ME PAGUEN.

–Bueno, como quieras, solo sé educada y saca tus mejores dotes.

Luego de la charla más irritante de mi vida, mi mamá me empuja hasta el patio de la casa, y allí estaban, el error de la naturaleza y un hombre, que supongo es su padre y el destino de mi familia.

El hombre era, más bien, un señor de unos 65 años aproximadamente, que vestía de traje y tenía una postura intimidante. Sin embargo, el chico de al lado estaba vestido con un uniforme de básquet supongo y me miraba con aires de superioridad.

Ay si, ay si, el destino de tu familia depende de la mía, que importante soy.

Engreído.

−Hola, soy Isabella, es un placer conocerlos.

Me acerco a ambos y primeramente estrecho mi mano al anciano, que me mira y con una sonrisa de oreja a oreja, me devuelve el saludo. Sin embargo, el chico arrogante del aeropuerto no me devuelve el saludo, lo miro amenazante más este solo habla.

−Me parece que tú y yo ya nos conocemos...chica de campo.

Maldito pedazo de nada ridículo, por culpa de este degenerado me voy a llevar el regaño de mi vida.

−Como? ¿Ustedes ya se conocían? −Mi padre pregunta y todos se giran a vernos.

−Pff, si nos conocíamos? Pues en el aerop...

−EN LOS AEROBICOS MOVIMIENTOS QUE TUVE QUE HACER PARA BAJAR LA ESCALERA LO CHOQUE!! −Termino gritando más alto de lo que esperaba, para interrumpir al chico este.

−Emm, y, nos quedamos hablando, y pues, le conté de mi gusto por las vacas y pensó que venia del campo, si, eso...

El chico me miraba muy confuso, pero también divertido. SE ESTÁ BURLANDO DE MI, LO SÉ.

−Pero no tuvimos la oportunidad de presentarnos apropiadamente, soy Isabella, pero puedes llamarme Isa... −Le extiendo mi mano, él la toma, más luego me estira hacia el en un solo movimiento y se acerca a mi mejilla, podía sentir como me besaba los cachetes, me sentía super asqueada. Antes de alejarse completamente, me susurra algo al oído.

−No me voy a olvidar de todo tan fácil... −Se aleja de mí y luego como si nada sigue la conversación. – Soy Nicholas Collingwood, un placer conocerte...

Wow, hasta tiene nombre de princesa.

− ¡Pues creo que es muy lindo que nuestros hijos al fin se conozcan, los futuros herederos Mathews-Collingwood! −El anciano finalmente habla, eliminando la tensión en el ambiente. – Una lástima que Chase no pudo venir, está estudiando muy duro para mantener su promedio en la mejor universidad del país, La universidad de Carrington, distinguida por...

Muy bien, momento de charla aburrida en el que los adultos se meten en sus asuntos que a nadie le importan, momento de escapar.

Me asomo lo más disimuladamente a la puerta del jardín, y luego, salgo corriendo. Todo va bien hasta que siento a una mano que me estira y evita el camino entre la escalera y yo. Me doy la vuelta como para golpear la cara a quien me detiene, hasta que veo que es el cheto del aeropuerto, otra vez...

−Que quieres? Ya deja de acosarme, solo nos vimos 2 veces ¿y ya no puedes vivir sin mi o qué?

−Hey, eres tú la que se aparece en mi país, mi ciudad, mi barrio y para más, en una de las casas de mi familia.

Oh genial ya hasta vivo en su casa, que fantástico.

−Y qué esperas que haga por ello?

−Que te vayas olvidando de que puedes tratarme como se te dé la gana, tu vida prácticamente depende de mí y no voy a dejar que ninguna extranjera se pase de la raya, niñita.

−Mi vida no depende de nadie, y aunque así fuese, dependería de tu padre, no de ti, princesa. Ahora, suéltame o...

−O qué?  Vas a golpearme? Claramente te encanto y no lo hari...AAAAAAA!!

Antes de que termine su oración, le doy una patada donde no llega el sol y con eso probablemente lo deje sin descendencia.

−Cliriminti ti incinti, trágate esa!

Enamorada de un hombre lobo come pendej@sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora