Brillante

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La mansión Hellsing era lúgubre, con un aire señorial y antiquísimo. Todos los que miraban en ella vestían de tonos opacos y tristes, apagados y discretos, acorde al decorado de los pasillos, todos excepto Alucard, quien resaltaba con su preferencia por los tonos rojizos, aunque mantenía el estilo añejo.

Cuando Seras llegó trajo consigo un cambio brutal en la rutina de la mansión Hellsing. Sus gritos de sorpresa e incredulidad se escuchaban a todas horas, a todos les robó una sonrisa e incluso alguna risa burlona por sus torpezas, incluso logró que Integra leyera una novela de romance juvenil, porque algo tenía ese protagonista cliché que enloquecía a las féminas.

El que Seras formara parte de las fuerzas de Hellsing fue un gusto para todos y no solo por su noble sumisión; esa apabullante personalidad irradiaba luz, pese a todas las desgracias que marcaron su carácter. Todos aprendieron a valorar a la draculina, porque llenó de alegría una triste monotonía que aprisionaba a todos y solo tuvo que ser ella misma, brillante como un faro en medio de la oscuridad.

Fictober 2017: Hellsing StyleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora