A sus órdenes, Princesa 3

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Chatnoir hace frente a sus adversarios, intentando evitar en todo momento que se nos acerquen y, dándonos sutiles empujones, nos va dirigiendo hacia la salida.

Pero yo noto que se está conteniendo para no herir a inocentes, y eso está reduciendo su control en la lucha. Uno de los payasos casi le derriba, pero él consigue retomar la situación y lanzarle contra un barril lleno de pelotas de los malabaristas.

Son muchos y el cansancio también hace mella en él. Miro la expresión de Princesa Fragancia y no me gusta en absoluto como observa a Chatnoir. No está preocupada. Le estudia, como cuando calibras en qué forma puede usarse un peón en el ajedrez para que te de beneficios. Algo está tramando contra él y yo me estoy asustando mucho.

Al fin decide intervenir en la pelea y comienza a acercarse. Como siempre, todos sus hombres le hacen un pasillo de honor para que pase.

Intento prevenir a Chatnoir para que sea cauto, pero no me escucha, está demasiado cansado y todo su cuerpo vibra con la adrenalina acumulada durante este tiempo. Va a saltar contra ella y temo que eso será un error, porque es lo que ella espera para hacer su movimiento.

- Prepárate – la amenaza mientras prepara su bastón para arremeter contra ella – esto se termina aquí y ahora

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- Prepárate – la amenaza mientras prepara su bastón para arremeter contra ella – esto se termina aquí y ahora. Y vas a devolverles a estos hombres su voluntad.

- ¡Chatnoir, no lo hagas! – exclamo e intento llegar a él, pero es ya tarde. Salta preparado para golpearla.

Pero ella es más rápida de movimientos. Saca una especie de pistola que llevaba al cinto y le dispara una ráfaga de ese gas rosa directamente. Chatnoir cae de rodillas a sus pies y se queda inmóvil. Aguanto la respiración pero al oír su voz mi alma se rompe en pedazos.

- A sus órdenes, Princesa - susurra mientras se levanta y se pone a su lado en posición de firmes.

- ¿Qué es eso? - el dolor me está matando y escupo las palabras - ¿Qué es lo que le has hecho?

- Nada en especial - levanta la pistola y dispara al príncipe Ali, y no consigo impedirlo - solo es un compuesto de feromonas tratados en un laboratorio para multiplicar su efecto. Les vuelve más... cooperativos. Y ahora Chat... acaba con ella. Vamos mi príncipe, estaremos juntos para siempre.

Mientras ella se marcha con el príncipe siguiéndola como un perrito, Chatnoir viene directo a mi y me levanta por el cuello.

Me asfixio

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Me asfixio. Le suplico que pare pero un velo cubre sus ojos y no responde. Mis sentidos se adormecen, me noto sin fuerzas... Me despido de mis seres queridos... De Adrien...

CHATNOIR

Noto ardor por todo mi cuerpo. Solo puedo responder a mis instintos aunque algo dentro de mí me dice que no es lo correcto. Una voz dulce me ha susurrado órdenes y yo solo puedo obedecerlas porque mis sentidos se hallan embotados.

Espera, ¿qué es eso que me cae por la cara? ¿Agua? Me paso la lengua y siento un sabor salado... Lágrimas... Son mías.  Imposible. Yo no lloro. No lo hago desde hace dos años.

¿Porque vuelvo a llorar justo ahora?

Son lágrimas de arrepentimiento, pero ¿qué he hecho para arrepentirme? Cierro los ojos con fuerza y dejó que la sensación de pesar me inunde y apague el calor que me dominaba hasta ahora. Cuando los abro lo que veo me deja petrificado.

Acarició su bello pelo oscuro y palpó con cuidado su pecho

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Acarició su bello pelo oscuro y palpó con cuidado su pecho. Se mueve. Respira. Aunque muy débilmente. Si mi amor por ella no me hubiese detenido, ahora estaría... No quiero pensarlo.

Todo mi cuerpo vibra con una sensación de ira que me insta a clamar venganza.

Veo que están entrando policias y servicios de urgencias en la carpa. Les grito suplicando ayuda para ella y cuando compruebo que queda en buenas manos me voy, para poner fin a esta locura.

Princesa Fragancia ha entrado en el Louvre. Pero no puedo hacerla frente sin más. Volvería a controlarme. Tengo que pensar en algo.

Mis pasos me han llevado hasta los camerinos que se han improvisado para los artistas del circo. Miro las mesas con los productos de maquillaje y paso por la sección de los payasos... Los payasos... Lo tengo.

Intento acercarme con cautela para que no me oiga. Observo la situación desde detrás de las columnas. Princesa Fragancia ha organizado toda una ceremonia desde luego. El Alcalde Bourgeois esta oficiando la boda. Me preparo para intervenir.

- Si alguien tiene algo que objetar para que estas dos personas no se unan para siempre... - está diciendo Bourgeois en este momento.

- Yo tengo muchas cosas que decir en contra - intervengo saliendo de mi escondite.

- Justo a tiempo - me apunta con la pistola y dispara contra mi - necesitaba un gatito que llevase los anillos.

Cuando el gas se despeja ve con sorpresa que no me ha afectado. La causa ha sido que me he puesto una nariz roja de los payasos, tras taparle los agujeros. Si no respiro su combinado de feromonas no me controlará.

Eso no le ha gustado en absoluto.
Se lanza contra mi disparando sin cesar su pistola, pero estoy preparado. He cogido un globo prestado y con unos movimientos de esquive que me enseñó mi guardaespaldas consigo colocarlo en la punta de la pistola. El gas se acumula dentro peligrosamente y le estalla entre las manos cuando no resiste más presión. Aprovechando su confusión la desarmo y reduzco, poniendo fin a su amenaza.

MARINETTE

Doy gracias por estar viva. Creo que tuve mucha suerte. Mis padres han estado a mi lado en el hospital todo este tiempo. También mis amigos de clase me han visitado a menudo. Alya habría dormido en una silla a mi lado si se lo hubiera permitido.

Aun no puedo creerme que Rose fuera Princesa Fragancia y que ordenara a Chatnoir matarme, nunca superaré eso.

Lo único beneficioso de lo ocurrido al parecer  es que por la gratitud que el príncipe Ali ha contraído con Chatnoir, el Alcalde Bourgeois a decretado que no es ya un delincuente en busca y captura sino el protector de París. Hasta le van a dedicar una estatua.

Adrien ha venido a verme está tarde. Pobre, él no tuvo la culpa y aún así, parecía un animalito triste cuando me pidió perdón.

- Si quieres que rompamos nuestra relación, lo entendere - me ha dicho - Siendo quien soy, a menudo puedes estar expuesta a esta clase de peligros. Y si te ocurriera algo, yo me moriría.

- Te quiero - le he contestado mientras le besaba - Y quiero estar contigo. No importa que peligros haya que hacer frente. Juntos podremos superarlos. Y te aviso, yo estaré detrás de ti siempre, escribiendo sobre las hazañas del prodigioso Chatnoir.

- A tus órdenes, mi princesa...

FIN

El Gato Oscuro De ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora