Holy Dolly motel
— room 04.
No había gemidos traspasando las delgadas paredes, ni mujeres semi-desnudas por el pasillo. Tampoco cigarrillos en el suelo o botellas a medio beber. Sólo algunas luces de neón azules adornaban las paredes del motel Holy Dolly en una esquina de Hongdae.
Incluso la recepción era acogedora —dentro de lo que cabe— con un florero lleno de petunias en el mostrador. Las paredes blancas con aquellas luces podría dar la impresión de un bar nocturno, pero a diferencia de este último, el hotel estaba sumido en profundo silencio. Sólo se escuchaba la música que escuchaba el recepcionista en sus audífonos.
— ¿En qué puedo ayudarte? —Preguntó el chico de cabello negro recogido mirando de arriba hacia abajo a Babe cuando se asomó al mostrador.
La castaña dio una rápida ojeada al pasillo de las habitaciones y seguidamente se concentró en el joven.
— Tengo una reservación —Dijo ella algo impaciente. Nunca había estado en un motel como aquel. Pequeño, sencillo, silencioso.
— ¿Y tu nombre es... —El chico se acercó rápidamente al computador que tenía en frente y miró a Babe expectante.
Ella no quería decir su nombre real pero tenía que hacerlo, sin embargo, cuando estuvo a punto de abrir la boca y soltar su identidad, un brazo pasó por encima de ella envuelto en un suéter negro y depósito un fajo de billetes sobre el mostrador.
— No será necesario. Ella está conmigo —Profirió Yoongi detrás de la chica que lo miraba con sorpresa.
— Ah, el de cabello verde —Comentó el recepcionista —Está bien, puedes pasar bonita —Dijo guardándose el fajo de billetes en el bolsillo —¿Cuántas horas van a...
— Por ese fajo incluso un mes si quisiera —Soltó Yoongi sin mucha importancia adentrándose en el poco iluminado y silencioso pasillo.
Babe lo siguió unos segundos con la mirada y seguidamente dio marcha paso tras él.
— Así que... Sí viniste —Dijo el chico pelo verde sacando la llave de la habitación de su bolsillo y metiéndola en la cerradura.
No había puesto aún la mirada en Babe ni por primera vez. A pesar de ser alguien bastante sarcástico y bromista cuando se lo proponía, con las chicas era un tema diferente. Sobre todo con una que le gustaba.
— No sé por qué no lo haría —Dijo ella entrando a la habitación una vez que Yoongi le hizo señas para que entrara.
Babe se percató de que él le rehuía la mirada.
— Vaya —Soltó la castaña al echarle la primera ojeada a la habitación.
Era un espacio sencillo con una cama gigante llena de cojines, una mesa con algunas bebidas alcohólicas, una caja de cigarros y un paquete de preservativos. Las luces de neón también decoraban las paredes del lugar sobre la cabecera de la cama, sólo que en esta ocasión eran de color rojo parpadeante.
Había un baño por supuesto y algunas otras cosas como un gran televisor, pero lo que llamó realmente la atención de Babe fue las grandes ventanas que iban de pared a pared en la habitación y que daban la vista a la calle de al frente.
Era de noche, estaba lloviendo y no había muchos locales en esa calle pero aquella ventana era todo un espectáculo para Babe. Le gustaba ese ambiente.
— Este lugar parece de todos menos un motel de mala muerte —Profirió quitándose el suéter amarillo que llevaba encima dejando ver sus hombros y clavículas a causa de la franela negra medio transparente que llevaba puesta.
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7 fuckboys → bangtan boys
Hayran Kurgu❝Cada uno tenía una manera particular de coger.❞ A Babe le gustaba divertirse. A ellos siete también... Entonces, ¿cuál era el pecado? → Historia original. → Advertencias: Capítulos cortos, contenido sexual, lenguaje vulgar.