Seoul city.
— his apartment.
Seokjin era el hombre predilecto que cualquier mujer quisiera tener a su lado como esposo. Además de guapo y excesivamente educado era gracioso e inteligente. Pero lo mejor de todo era que cocinaba exquisito; Babe estaba fascinaba con el olor que desprendía la cocina de su apartamento y descubrió que le había preparado la cena cosa que le encantó.
— ¿Vives solo, Seokjin? —Le preguntó mientras el chico laboriosamente se quitaba los guantes de cocina y pasaba el recipiente con la ensalada sobre la mesa.
— Sí, desde hace un año mis padres decidieron que era tiempo de que me independizara porque ya me gradúo en unos meses, así que... —Se quitó el delantal y Babe pensó que la corbata de rayas azul que tenía le iba muy bien.
— Ya veo. Siempre he querido independizarme —Bajó la mirada y se acomodó un poco el escote del vestido rojo que había elegido para la ocasión cuando Seokjin le notificó en la mañana que se vistiera bien —Mi mamá enloquece ante la idea.
— Dile que tienes un novio independiente que puede cocinarte delicioso —Bromeó mientras terminaba de abrir una botella de vino.
— Ya... —Refunfuñó ella —Nada de noviazgos por ahora.
— Babe, vas a cambiar de opinión después de esta noche —Le dijo seductoramente pasándole una copa de vino —Te lo prometo.
Babe se mordió el labio inferior divertida y optó por probar la comida que se veía deliciosa y no se equivocó, lo que le había cocinado Seokjin era digno de cualquier restaurante de Corea.
— ¿Te gustó?
— Creo que mi cara lo dice todo. ¿Aprendiste tú sólo?
— Sí —Esbozó una ligera sonrisa —Lo que hace la falta de niñeras y unos padres ocupados.
— Entiendo. Mis felicitaciones, si alguna vez consideras ser chef tienes todo mi apoyo.
— Gracias Babe. Esas palabras significan mucho —Sobre todo porque para Seokjin lo de ser chef le gustaba bastante sólo que sus padres se oponían porque ya tenían su destino planeado. Iba a ser CEO de la compañía de su padre.
Estuvieron un rato charlando acerca de algunas recetas que el rubio le comentaba a Babe con entusiasmo y en todo el rato le posaba la mirada en cualquier rincón de su lindo y pálido rostro. Si Babe no fuera sólo un encuentro fogoso y si no estuvieran en medio de este juego con sus seis amigos podría invitarla de nuevo a comer e incluso empezar a salir como más que amigos.
Pero aunque Seokjin estaba loco por ponerle las manos encima a esos labios tenía clara una cosa. Si ella lo elegía en lugar de los demás iba a amablemente rechazar su oferta. No sabía cómo iba a ver a los ojos a sus amigos luego de ello cuando caminara de la mano con la chica que a los demás también le gustaba.
— ¿Jin? —El rubio no se había dado cuenta que Babe ya había recogido los platos y que ahora estaba muy cerca de él con el escote insinuado y el labial un poco descolorado —Te quedaste en la luna.
— En el cielo, Babe —Le dijo sonriéndole —Lo siento, yo me encargo de los platos. Si quieres un baño está doblando a la izquierda del pasillo, linda —Se levantó dispuesto a empezar a ordenar todo el desastre de la cocina pero el vino se le había ido un poco a la cabeza a la castaña.
Las manos de ella rodearon a Seokjin desde la espalda hasta encontrarse con los botones de su camisa blanca. El pecho del rubio era amplio y tenso, sus hombros eran anchos y su espalda masculina la llamaban como un olor dulce que la envolvía y la hacía desear.
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7 fuckboys → bangtan boys
Fiksi Penggemar❝Cada uno tenía una manera particular de coger.❞ A Babe le gustaba divertirse. A ellos siete también... Entonces, ¿cuál era el pecado? → Historia original. → Advertencias: Capítulos cortos, contenido sexual, lenguaje vulgar.