03 - baek noona

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Jeon's house

 the basement/games room.

Ninguna de las veces en las que Jungkook se había imaginado estando con una chica –en términos de privacidad– se le había ocurrido que la llevaría a su casa.

Ahora estaba de pie tras la puerta principal escuchando como Babe llamaba al timbre repetidas veces y cada vez más impaciente por la forma en la que acortaba los intervalos de tiempo entre timbre y timbre.

El pelinegro tenía un nudo en el estómago, le sudaban las manos y no dejaba de abrir los ojos en shock como si acabara de pensar en algo impactante.

Aunque en realidad sí lo estaba haciendo. Llevaba pensando en lo que iba a hacer con Babe y eso lo desconcertaba. Nunca había estado con una chica, nunca había tocado a una ni había sido tocado tampoco.

Se pasó una mano por la frente para quitarse el sudor que le chorreaba por las sienes y dio un respondo cuando escuchó la voz de Babe.

— ¡Jeon Jungkook! —Gritó la castaña dando un golpe seco que hizo que el pelinegro tragara duro.

Si seguía comportándose de esa forma iba a perder la oportunidad de estar con Babe o Baek noona, nombre con que él la llamaba.

El maknae de su grupo se secó las sudorosas manos en su franela blanca, se acomodó el gorro rojo de lana que tenía sobre la cabeza y procedió a girar la manilla con los nervios desbaratándole las piernas que le temblaban levemente.

— ¡Ya, Jeon! —La mirada obstinada de la hermosa chica se clavó en el asustado pelinegro —¡Llevo 30 minutos llamando a tu puerta!

— Lo siento, estaba... —No se le ocurría una excusa decente —Estaba...

— No importa —Dijo ella bajando la guardia cuando vio la cara del aterrado chico que todavía no la había invitado a pasar —¿Puedo pasar?

— ¡Ah! —El torpe chico no se había percatado —Sí, sí. Ven, puedes poner tus zapatos aquí —Le indicó con el dedo mientras señalaba un armario cerca de la puerta.

Babe ordenó sus sandalias plateadas con cuidado y se quitó la chaqueta de blue jean para dejarla sobre la comoda que estaba a un lado.

— Whoa, tu casa es muy grande y bonita —Dijo la chica cuando miró hacia la sala.

Era cierto, la casa de los Jeon no sólo era muy espaciosa sino que a pesar de estar decorada de forma minimalista era excesivamente bonita. Todo blanco, gris y negro, todo ordenado, elegante y pulcro.

— Gracias —Respondió el sonrojado chico —Tú también estás muy bonita —Dijo sin pensar haciendo que Babe se volteara de repente y lo mirara fijamente.

Desde que la vio al abrir la puerta le parecía que aquel vestido rosa por las rodillas le quedaba muy bien.

— Gracias, Jungkook —Agradeció con una sonrisa dibujada en sus labios.

Ambos se quedaron en silencio mientras Babe repasaba la sala de la casa con la mirada y reparaba en ciertas cosas como las obras de arte que adornaban las paredes. Mientras tanto Kook no había levantado la mirada ni una sola vez del suelo y repetidas veces se pasaba una mano por la nariz.

— ¿Quieres jugo? —Se le ocurrió a los pocos minutos de que Babe halagara la cocina también.

— No, gracias —Dijo ella sonriéndole de nuevo en un intento por hacer que Jungkook no estuviese tan predispuesto, sin embargo, lograba el efecto contrario.

7 fuckboys → bangtan boysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora