4. Maica.

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- ¿A una fiesta? -preguntó Maica.

Después de haber convencido a las chicas para que Maica viniera con nosotras, fuimos a hablar con ella. Me parece muy cruel por parte de Wen y Emily lo que dijeron. "No es que no pinte nada en la fiesta, pero es un poco.... diferente al estilo que suele llevar normalmente" Tampoco era mi estilo, e iba a probar a ver que tal, y si no me gustaba pues cogería y me iría a mi casa. No entiendo por qué todo el mundo le hace el vacío a Maica, es una chica adorable y muy simpática, sólo que es tímida, necesita alguien que le pegue un empujón para que se vuelva más atrevida.

- ¡Claro! -exclamó Emily. - ¿Te apuntas? -preguntó como una niña pequeña.- Venga, por favor.

- No sé chicas....-contestó Maica jugando con los dedos de sus manos- Es que... no estoy acostumbrada a ir a fiestas, ni nada por el estilo. -murmuró avergonzada. 

- Maica. -hablé yo- Yo tampoco, créeme, será la primera vez que vayamos las dos a una fiesta. Venga vamos, si tú no vas, yo no voy a ir. -le dije acompañada de una risa, provocando que riera.- Además -llamé su atención- Si no quieres quedarte más ahí, me lo dices y tú y yo nos vamos. -dije tratando de convencerla- ¿Qué nos dices? ¿Te apuntas? -se quedó unos segundos pensandolo.

- Esta bien. -dijo con una sonrisa.

- ¡Si! -gritamos las demás mientras la abrazabamos. Maica empezó a reír como una loca provocando que nuestros demás compañeros se giraran, por un momento habíamos olvidado que estabamos en clase. 

Esta hora era la clase de Ciudadanía, pero la profesora estaba embarazada y tenían que venir diferentes profesores a hacer turnos de guardía, así que, aprovechando esta clase, le pedí a Emily que se sentara con Wen y yo me sentaría con Maica. Quería hacerme más amiga suya, conocerla más, quería que supiera que yo quería ser amiga suya y que podría contar conmigo para lo que quisiera. Emily aceptó sin ningún problema y yo fui a sentarme a su lado. 

Estuve hablando con ella toda la hora, y me contó cosas como que tenía un hermano mayor, era alérgica a alguna fruta, sólo había tenido un novio en toda su vida, que quería estudiar Bellas Artes, le encantaba escribir y leer, y que era una loca de la saga El Señor De Los Anillos. Teníamos bastantes cosas en común a decir verdad, ya que a mi también me encantaba dibujar y se me daba bastante bien, pero no me veía como para estudiar Bellas Artes, también me encantaba leer -habíamos quedado en compatir libros e intercanviarlosnos- y yo también tenía un hermano mayor. Le comenté que podía hablar con sus padres y que el Sábado podría quedarse a dormir a mi casa con todas nosotras, me dijo que lo comentaría con ellos y que le encantaría. Es una chica muy agradable.

Las siguientes clases se pasaron bastante rápido, bueno, el día en general. No tenía exámenes y lo único que hice al llegar a casa fue hacer los deberes que nos mandaron y ver una película. Wen había quedado con Brad y Emily no sé que estaba haciendo, pero no hablé con ella desde que se acabó el instituto. No es nada fuera de lo normal, hay veces que se queda durmiendo o simplemente le da pereza estar todo el día con el móvil.

Ahora mismo me encontraba en la cocina con mi hermano desayunando, raramente, hoy me dijo que quería llegar pronto porque tendría que entregarle un trabajo a una profesora y que no quería ir solo. Me pareció muy extraño que Scott quisiera llegar pronto a el instituto y más por un trabajo. Me reí para mis adentros, a este le gustaba alguna chica, o habría quedado con algún amigo suyo.

- ¿Nos vamos? -preguntó mi hermano una vez que se hizo la hora de irnos, yo asentí.

Una vez que llegamos al instituto divisé que Wen hablando animádamente con Emily, sonreí y fui acercándome a ellas, pero cuando di tres pases hacia delante, noté como alguien me cogía del brazo, rápidamente me giré, y vi a Scott con una sonrisa en la cara. ¿A este que le pasa?

- Adiós hermanita. -se despidió, dándome un beso en la mejilla.- ¡Nos vemos en casa! -gritó mientras se iba con sus amigos. 

Cuando llegue donde estaban las demás, me encontré a mis dos amigas con la boca igual de abierta que sus ojos.

- ¿Qué le pasa a tu hermano? -preguntó Wen. - ¿Tienes tú algo que él no tenga y necesite y por eso te está haciendo la pelota? 

- O -continuó Emily- ¿Acaso esta haciendo un plan para hacer que me ponga celosa porque a mi no me besa? -preguntó seria, haciendo que nos riéramos.

- No sé que le pasa. Estoy igual de sorprendida que vosotras.

- Que extraño todo. -dijo Wen.

- Lo sé.

Llegamos a clase y nos sentamos donde siempre. Para mi lástima, Kyle ya estaba en clase antes de que llegaramos. Bufé en mi interior. Nos tocaba una clase con nuestro tutor, y en la mayoría de las clases que vamos con él -no todas- hablamos de temas como el machismo, el bullying, el maltrato a la mujer, las femisitas, los delitos y más temas universales. Como éramos la misma clase que el año pasado, ya nos conocía, porque justamente nos tocó el mismo que el año pasado, así que pasó lista y quiso que hablaramos de un tema que nos llamara la atención. ¿Para qué? Pues, según él, eso ayuda a que respetemos la opinión de los demás, pero en mi opinión siempre que hacemos estas charlas, acabamos las chicas discutiendo con los chicos. 

- ¿Alguien quiere proponer un tema? -preguntó el profesor con una sonrisa. 

- ¿Qué tal... la ley contra el aborto? -preguntó una de nuestras compañera por el fondo de la clase. 

- Por supuesto. ¿Algo que decir, chicas?

- A mi no me parece bien esa ley. -hablé yo, haciendo que la clase entera me miraran- Es decir, si yo me quedo embarazada por accidente, ¿por qué tengo que tener un niño que no quiero? No es justo. Me obligarían a tenerlo, ¿para qué? Se que sería duro tener que abortar, pero yo... Es decir, a mi no me gustaría tener un hijo, con diez y seis años. Tiraría mis estudios a la basura y mi vida, además, no podría tener asegurado un trabajo y tal vez, a ese niño o niña le falten muchas cosas. No me gustaría que ningún niño que nazca tenga que pasar hambre o morirse por cualquier cosa, sólo porque la estúpida ley no te deje abortar.

- Eso tiene fácil solución. -dijo Kyle.- No folles, y no te quedarás embarazada. - dijo provocando que todos empezaran a reír. Será gilipollas. Está pidiendome a gritos que le pegue.

- Claro. -miré a Kyle- Todo es muy fácil para los hombres. Vosotros sólo follais y ya esta, no os quedais embarazados, y si la chica se quedara embarazada, lo primero que haceis es huir y desentenderos, como los cobardes que sois. - las chicas empezaron a aplaudir mientras los chicos abucheaban por mi comentario, pero yo sólo tenía atención a Kyle, que me miraba con una sonrisa juguetona en la cara.

- Tal vez, las chicas deberían cuidar su salud antes de decidir hacer nada.

- Tal vez los chicos en vez de pensar tanto con algo que no sea la cabeza, podrían asegurarse de utilizar protección.

- ¿Quién te ha dicho que no la utilizamos? -no quitó la sonrisa de su cara en ningún momento.- Yo la he utilizado siempre, y nunca me ha pasado nada de eso. -dio antes de guiñarme un ojo.

- Que asco. -hice una mueca. 

- Cuando lo pruebes no te dará tanto asco.

IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora