pasado

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Los dos avanzaron en ese lugar ya domado por la naturaleza.

Recordaba perfectamente el camino a su casa, las plazas y su jardín de infantes, aunque no podía evitar tener nostalgia al ver esos lugares, claro a su hermana le importaba poco o nada todo lo que veía, ya que ella desde que tenía memoria siempre vivió en los árboles.

Llegamos a nuestra antigua casa y, encontramos a un perro muerto en la puerta, esta escena nos produjo un sentimiento de asco en ambos.

- ¿Esta es nuestra casa hermanito? -pregunto su hermana con claros signos de curiosidad

-Si-suspiró-pero antes era más bonita.

Ante ellos se erguía un antiguo edificio enredado entre miles de plantas, en ese instante se oyó un gran crujido de una puerta al interior por la cual salió un animal que ellos no supieron identificar.

-Esto es peligroso polilla a compaña me a otro lugar.

- ¿A qué lugar? -dijo Anastasia con cierto temor en su voz

-A la armería de la ciudad-le respondí con una voz fría, de algo debían servir esos estúpidos talleres escolares sobre protección.

Llegarmos a la armería donde se encontramos con muchas escopetas y pistolas de bajo calibre. Tomé una escopeta y mí hermana pretendía llevar dos pistolas de calibre 6 que le permití, recordándole llevar todos los cartuchos correspondientes.

Disparamos un poco para practicar y recordar lo aprendido en sus cursos de "defensa contra la naturaleza indómita", que a mi gusto eran pura y costosa basura, con eso listo nos dirigimos de vuelta a la casa de ellos.

Cuando arribamos de nuevo a nuestro antiguo hogar, nos adentramos en el edificio al edificio que perdió su antigua gloria para ahora parecer una selva en miniatura. Había un olor que nos producía nauseas a los dos por igual.

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