Capítulo 12. Adicción. (2 Parte del maratón)

1.1K 81 3
                                    

Cuando estamos fuera del edificio me permito parar y pensar en lo que acaba de pasar. ¿Qué acaba de pasar? No entiendo el enfado de Diego ni tampoco entiendo la reacción que ha tenido después. Sus ojos al mirarme estaban tristes y llenos de un dolor semejante al mío, ¿entonces por qué se portó de esa manera conmigo? ¿Por qué me dijo que me olvidara y que hiciera como si lo que pasó entre nosotros no hubiera sido nada?

Para que luego digan que las mujeres somos las difíciles.

Hugo se sienta en un banco cerca de mí pero yo me mantengo de pie, con las manos detrás de la cabeza y paseándome de un lado a otro sin parar. Nunca me han dado ataques de ansiedad pero por la sensación de opresión que siento en el pecho debo de estar muy cerca de uno bien grande.

-          ¿Estás bien? -la voz de Hugo llega como si nos encontramos debajo del agua.

Le miro y coloco una falsa sonrisa que no me creo ni yo estampada en la cara.

-          Perfectamente.

-          No has aprendido a mentir aún.

Hago una mueca y camino hacía él deslizándome a su lado en el incómodo banco de madera. Me paso las manos por la cara y miro al frente a ningún punto en especial.

-          Por lo que he visto tu relación con ese profesor es más... ¿profunda?

¿Profunda? De todo menos eso.

Le miro con una sonrisa divertida tirando de mis labios.

-          Es... complicada.

-          Complicada. -asiente y saca un paquete de tabaco del bolsillo de los vaqueros. Coge un cigarrillo y lo enciende, tragando una bocanada y expulsando una nubecita de humo -Yo también he tenido relaciones complicadas.

Me rio y Hugo me sigue momentos después. Pasa un brazo detrás de mis hombros y da otra calada a su cigarrillo.

-          ¿Estabais saliendo? -pregunta momentos después.

¿Qué demonios contesto a esto? La realidad es que no estábamos saliendo, al menos no oficialmente, pero tampoco puedo tratar lo que tuvimos como una normal relación profesor-alumna. Suspiro audiblemente y apoyo la espalda en el banco.

-          Ni yo misma lo sé.

-          El profesor parecía bastante cabreado -comenta mirándome -Por un momento pensé que iba a clavarme un lápiz  en el cuello por haberte sonreído.

-          Yo también temí por tu vida -rio y le doy un golpecito en la pierna -Diego Figueroa es fuerte.

-          Fui testigo.

Mi mente es un caos en estos momentos y todo ha sido por mi culpa. ¿Por qué tuvo que sentarse en una de mis mesas ese día en el café? Parece que el destino se ríe continuamente de mí mandándome a los chicos más equivocados. ¿Por qué no puedo conocer a alguien que valga la pena?

Hugo me da un golpecito en el hombro y me giro hacía él.

-          ¿Estás segura de que estás bien? No tienes muy buena cara.

-          Lo superaré -me levanto del banco y cojo el bolso echándomelo al hombro -Vamos.

Hugo me mira con confusión pero se levanta también y cuelga su mochila en sus hombros lanzando un suspiro de cansancio. Empiezo a caminar de vuelta por donde vinimos y Hugo me coge del hombro dándome la vuelta hacía él.

Química del Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora