Capítulo 6

34 8 2
                                    


Y si Seungkwan pudiera pedir un deseo ¿Cual sería? El chico de lindas mejillas y ojos brillantes solo podía pensar en alguien... Hansol.

Contrario al pensamiento retrógrado de su cultura el muchacho realmente creía que un día el americano aceptaría su verdadera forma de ser. Pero era imposible, tanto como que nevara en primavera.

Hace años atrás....

El pequeño Seungkwan no tenía problemas para hacer nuevos amigos. Simpático por naturaleza, tenía la cualidad de hacer que un pequeño grupo de personas pareciera un gentío ruidoso y alegre.

Por otro lado, Hansol tenía dificultades para socializar. Su maestra le había señalado esto en varias ocasiones a su madre. La señora Chwe intentó de todo para ayudar a su dulce hijo aunque nada funcionaba. Como resultado llenó su agenda de actividades extracurriculares y deportes. Deportes que el pobre chico detestaba.  

Cuestiones de la vida, ambas progenitoras se hicieron amigas. La madre del americano notó la personalidad simpática del menor de los Boo y creyó que sería una buena idea que ambos chicos se hicieran amigos. Puede que el error haya sido conocerse porque desde entonces se hicieron inseparables.

-My Boo, ¿qué haces?-

-¿que crees? bailando el nuevo tema de las Snsd, son geniales. Las amo-

El americano sacó la lengua en señal de disgusto. -Cállate. Solo Eminem es genial-

-¿Te atreves a cuestionar a mis diosas?- decía en gesto dramático mientras señalaba el póster  de sus idols favoritas. Uno de sus tesoros más preciados.

-Kwannie... Tengo hambre, ¿vamos por helado de frutas? Te invito-

La cara del pelirrojo se sonrojo suavemente mientras asentía con la cabeza. Al salir de la casa de los Boo, Hansol no soltaba el agarre de su mayor. 

-¿De frutillas no?-

-Claro- la dulce sonrisa que el americano le dedicaba no hacia más que generarle dudas. -Te espero aquí- dijo mientras se apoyaba en la pared ojeando su revista. Con sus cómics bajo el brazo, una capucha cubriendo su cabeza sin importar la estación del año, un par de audífonos en los oídos y sus grandes lentes enmarcando su hermoso rostro. Adorable

Seungkwan no entendía por qué Hansol no se hablaba con los demás. No tenia amigos pese a la cantidad de deportes que practicaba. En el colegio iba hasta atrás de todo como pasando del resto. 

En palabras de Seungkwan, su amigo era cálido, tranquilo, un poco geek (cosa que los hizo más cercanos) y se le daba bien la actuación en las obras del colegio. Eso sin mencionar lo increíblemente apuesto que era (no es que haya estado mirandolo demasiado). Por lo que no entendía el motivo de que Hansol no tuviera mas amigos. Al pelirrojo todo aquello le resultaba sospechoso.

Había terminado de pagar por sus helados y al salir del supermercado se quedó de piedra. Hansol estaba contra la pared mientras cuatro jóvenes mas grandes que él lo insultaban y lo golpeaban en el estómago y la cara. Tirando los helados al suelo, el mayor hizo un gran alboroto propinando un montón de insultos mientras los alejaba como podía de su amigo. 

-Maldito mestizo, no te queremos en el barrio. Más te vale no volver a aparecerte por acá-

-¡¡¿Qué diablos hacen aquí?!!- con el lío que armó el pelirrojo el señor de la tienda no tardó en salir espantándolos.

-Hansol...- susurró su mayor abrazándolo como intentando protegerlo.

-Vamos a tu casa, no quiero que mamá me vea así. Se preocupará- incluso herido como estaba se preocupaba por su madre. 

Pide un deseo (Jicheol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora