Capítulo 5

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Esa mañana en la oficina transcurrió sin mayores sorpresas. A excepción del ojo morado del Sr Choi que ni siquiera salió de su oficina. Según el rumor algún ladrón intentó robarle el auto y él se defendió. 

Jihoon se debatía mentalmente. Sabía que su reacción no fue la mejor. Se sentía mal con el azabache pero tampoco quería pedirle disculpas porque no fue su culpa.

Saber que quieres algo, lo necesitas porque sin eso no eres plenamente tú. Pero parte de la frustración es saber que no lo tendrás. Estúpido... por qué tengo que necesitarte. Maldita indiferencia y por qué debo involucrarme. No sería más sencillo si supieras como me siento, sin necesidad de decirlo.

Decidió que lo mejor era dejar que el tiempo pase.

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Jihoon movía insistentemente su pie en la acera. Su nerviosismo formaba parte de él. Se había hecho presente hace tanto que prácticamente eran uno solo. Al igual que su sentimiento de soledad. No iba a negarlo, era agradable. La comodidad de no sentir afectos muy intensos. Lo suficientemente a salvo como para funcionar, lo suficientemente tranquilo como para salirse de su comodidad. Había un problema, se sentía tan vacío y solo... Menuda mierda. Así que ahí estaba, tratando de mantenerse cuerdo aunque emocionalmente pendiera de un hilo.

Jihoon era consciente (aunque lo negara mil veces) de cuanto odiaba y necesitaba al sr Choi. Sí, el tipo idiota del estacionamiento que destrozó su auto. El mismo tonto que invade su espacio personal y se lo queda viendo como un bobo. El azabache de voz gruesa que le murmura cosas extrañas al oído y eriza su piel.

Sin embargo, ahí estaba Jihoon. Esperando por un exageradamente sexy rubio de sonrisa brillante. Aún a sabiendas de que eso y sus sentimientos no iban de la mano. Al diablo, no quería complicarse la existencia con el azabache que además era su jefe. Así que nada de malo habría con una inocente cita con el rubio del bar. ¿Cierto? A fin de cuentas ya era mayor y sabía lo que hacía. Qué podía salir mal de eso...

-Se me hizo un poco tarde, disculpa. Ven, te llevo en mi moto. Jihoon?- Jun chasqueaba sus dedos delante de la mirada ausente del pelirrosa. 

-Lo siento. Moto, ok-

La atenta mirada de Jun, el chino del bar Chuck, se le antojaba demasiado intensa. 

-Si sigues mirándome de ese modo vas a gastar tu vista-

-Mmm... suena bien para mí. Tus mejillas son muy tiernas- Al instante ahuecó una de sus mejillas y un sonido nada masculino salió de su garganta.

-Oye, no hagas eso-

- ¿Por qué? eres muy tierno. Podría acostumbrarme a esto-

-Aham. Vamos de una vez- los ojos en blanco de Jihoon y una risilla suave del alto. Partieron a un restaurante muy elegante. El pelirrosa estaba sorprendido de la calidez del lugar. Todos parecían conocer a Jun allí.

-Hey, no sabía que fueras tan famoso-

-Ser el hijo del dueño debe ayudar un poco no crees?- El guiño de ojo seguido no hizo más que hacerlo sonreír. -Papá insiste en que debo trabajar en otros lugares por mi cuenta para entender el manejo de un negocio. Chuck es el bar de un amigo y estar en la barra es divertido. Aún más cuando veo personitas tiernas como tú- dijo el chino mientras se sentaban en una mesa cerca de la ventana. Al parecer había mas que belleza en el rubio. Interesante.

-Eres un meloso de primera-

-Pero te encanta-

-Ni de broma- la cara de Jihoon ni siquiera se inmutó con el coqueteo.

-Jihoon. Quiero saber, soy muy curioso. Cuéntame un poco de tí-

-Ehm, no hay mucho que contar en realidad... Solo soy como el promedio de la gente de por aquí. Vivo solo, no tengo mascotas. Antes estudié música pero no funcionó- 

-Pareces más interesante que el promedio de la gente. Algo misterioso, eso es sexy. Siento que no eres de los que hablan de su vida. Eres reservado. Pero no me importa, me gustan los desafíos-

-Eh?- Jihoon sonrió a la mirada llena de emociones de Junhui.

-Ay, tu sonrisa es demasiado bonita. Puedo tomarte una foto?-

-Es la primera vez que oigo eso- accedió con un gesto de cabeza.

Algunas veces vemos a alguien y creemos que es igual al resto. Tal vez sea porque estamos tan hartos de las conversaciones vacías. Quizás nos han lastimado tanto que damos por hecho las intenciones del otro. Pero podemos estar equivocados.

A pesar de la diferencia de alturas Jun tomó del brazo a Jihoon. Iban caminando mientras caía la tarde. El alto molestaba cada tanto con sus pequeñas bromas al pelirrosa. Éste solo ponía los ojos en blanco y luego sonreía. 

-Bueno, he cumplido con mi deber de ver que llegues seguro a casa. Llámame luego para salir de acuerdo?-

-Bien. Gracias por la comida Jun. Sabes, en verdad me agradas.-

La sonrisa brillante volvió a aparecer. Al despedirse se quedaron viendo. Íncomodo. No sabían como despedirse.

Jihoon sin pensarlo demasiado lo jaló del brazo hasta dejarlo a su altura. Le dio un beso en la mejilla mientras sus orejas se tornaban rojas. Aún podía oír la risa nerviosa del chino cuando corrió escaleras arriba cerrando la puerta.

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Hola, como están? Estoy de muy buen humor. Siento que muchos proyectos que tenía fueron tomando forma. Aunque estoy muy ocupada y la facultad esta absorbiendo mi alma. XD

Pero me hice un tiempo para subir el capítulo. Espero les guste :3

Saben que pueden preguntar, sugerir y hacer críticas constructivas. :)

Espero que poco a poco logre una mejor redacción. A veces me cuesta expresar de modo claro una idea pero creo que voy por buen camino. 

Alguna vez han cumplido un sueño? Yo tuve la oportunidad de hacer realidad dos sueños en este mes. Por eso estoy tan contenta, a pesar de todo lo que paso en el año. No fue un año bueno emocionalmente... Pero ahora estoy mejor. Queria decirles que aunque a veces algo parece lejano y distante si nos esforzamos de verdad es posible llegar a cumplirlo. Creanlo y sean muy cabeza dura en ese sentido. 

Si no existe el camino, lo inventamos. Pero siempre hay una forma :D

Me despido y hasta la próxima actu.

Gracias por leer n.n


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