Capitulo 2

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−Tenga señora Mary− deposito en su mano las pastillas y un vaso de agua.

−Gracias Cariño. Siempre que veo esas pastillas me dan nauseas ¿Es que acaso no pueden saber a chocolate?- dijo mientras se las llevaba a su boca.

-Eso quisiéramos todos y sobre todo yo, ya que cuando Dylan se enferma es una batalla campal para poder que las tome− dije aguantando la risa.

Miro los cuadros que estaban en la esquina de la habitación y me sorprendo −¿Estos son nuevos? ¿Acaso pasa toda la noche haciéndolos?−pregunté mientras los detallaba, creo que esto tendría que estar en un museo con tan solo mirar los paisajes pensarías que son de verdad.

−los hice esta mañana mientras estaba en el patio.−miró por la ventana y señaló.−es aquel lugar, me pareció que tenía que capturar eso en ese cuadro−dijo con una sonrisa.

−De verdad que cada vez me impresiona más, deberías de dárselo a Oscar para que lo coloque en el comedor.−recuesto el cuadro en la pared y me dispongo a cambiar las sabanas.

−Oh cariño deja eso, en un momento viene Evelyn a cambiar las sabanas.

−Por lo que vi en la hoja de asistencia no vino hoy y no hay problema así tengo más tiempo para estar con usted.−digo mientras le saco la lengua.

La señora Mary fue unas de las pacientes que más problemas me trajo, desde que la conocí era una muy gruñona y no hablaba mucho pero poco a poco se fue abriendo hacía mí y conocí a una gran persona, con un corazón hermoso.

Mi padre siempre ha pensado que cada quien se comporta como la vida lo a tratado pero luego veo a las personas con las que convivo y veo lo erróneo que estaba. Creo que todo depende si quieres ser feliz o no, ya sea si estas en silla de ruedas o eres la persona más rica del mundo. Recojo los pinceles que están esparcidos por el escritorio y los coloco en orden.

−¡Oye! ¿Ya viste al nuevo?−Preguntó la señora Mary sentándose al borde de la cama.

−¿A quién?− La miro interrogante y me siento a su lado.−Creo que ya se a quien te refieres, ¿Acaso le llama la atención?- Pregunto burlonamente.

−Llamarme la atención es poco, esta para chuparse los dedos−Dice con una mirada picara.−¿Acaso a ti no?

La miro asombrada y suelto una carcajada−Señora Mary de verdad que no tiene remedio, no a mi no me va y ya se le acerco para hablar o coquetear un rato.

−No que va es muy joven para mi cariño es mas tu tipo, es alto, blanco tiene unos ojos que enamoran, pero de lejos se ve que es un gruñón y pedante, pero ustedes serian una pareja perfecta y sus hijos saldrían hermosos−Dijo con sus ojos resplandeciente. Solo pienso si está empeorando o es que no se está tomando las pastillas por que el señor Jorge podría ser mi padre. Me paro y camino hacia la puerta y me detengo antes de salir.

−Usted va a seguir de Casamentera ya le dije que por los momentos no quiero complicaciones con relaciones amorosas y menos con personas que podrían ser mis abuelos- dije en tono de burla. Antes que respondiera salgo y me dirijo al cuarto de reunión a tomar una taza de café y antes de entrar unas voces me detienen.

-El siempre ha sido un problema y quiero arreglar las cosas, que todo fluya con normalidad y dejar de estar tan estresado por ello, así que se los encargo ya ustedes verán que hacen con el, solo una cosa. ¡No quiero que salga de aquí jamás!.Ya bastante molestias me ha causado.

-No se preocupe por eso, aquí lo tendremos. Lo mantendré informado de cada detalle y seguiré sus instrucciones−dijo la otra voz que reconocí como la del subdirector.

Escuche cuando se rodaban las sillas y salí corriendo a esconderme en la otra habitación al momento en que veo pasar a los mencionados, dirijo la mirada al desconocido y lo detallo bien, es mayor y tiene un bastón con el que se apoya al caminar lo que me impresiona es su vestimenta, esta impecable con un traje negro y zapatos tan relucientes que puedo apostar pueda ver mi reflejo en ellos.

No sé si les ha pasado que ven a alguien y saben que lo han visto pero no en donde o de que lo conocen, pues me está pasando en estos momentos. Eso de estar escuchando a escondidas no es lo mío pero es raro que el subdirector este reunido con alguien que no sea de administración. Me asomo y los veo perderse por el pasillo.

−¿Se puede saber de quién te estás escondiendo?−Susurró una voz tan cerca de mi oído. Mi reacción fue gritar y lanzar un golpe al dueño de esa voz.

Al mirar veo a Richard tocándose la mejilla con una mirada burlona.-Mi hermano tiene un equipo de boxeo serias perfecta para participar, ese derechazo será la envidia de todos-dijo mientras seguía pasando su mano por su mejilla roja.

−¿Es que acaso estás loco? ¡Por poco muero de un infarto!−Lo miro con molestia, y salgo al pasillo.−disculpa por el golpe−digo

-no tranquila. ¡Está bien! Esto me pasa por asustarte. Vine a buscarte, Carla está teniendo una crisis y no quiere tomarse sus pastillas hasta que no estés con ella- Me mira con preocupación y entrega el historial médico.

-Está bien- Comienzo a caminar mientras le hecho un ojo a los papeles hasta que Richard me llama.− ¿Qué?−pregunto y lo miro.

-Una cosa más piensa en lo del boxeo, serias perfecta−dice burlonamente mientras tiraba golpes en el aire.

Suelto una carcajada.− Claro lo pensare. Es mas acepto si tu eres el saco de boxeo.−le guiño el ojo y sigo caminando.

Siempre el tiempo se iba volando. Cuando miro el reloj daba las 9:15, termino mi jornada de trabajo y voy directo a casa, entro al cuarto y al acostarme suena mi teléfono era una llamada de Richard.

−diga−Respondo y me siento en la orilla de la cama.− ¿Acaso seguirás con lo del boxeo?

−Encontraron a Evelyn muerta en su departamento.



Tú, Mi Pesadilla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora