Tú, Mi Pesadilla.

Capitulo 7

En un abrir y cerrar de ojos la semana paso volando. Faltaba pocos días para emprender el viaje a Málaga. Sin embargo, yo vi pasar los días muy lentos por el arduo trabajo que me tomó en evitar a toda costa a Anthony. Si, ¡Lo sé! Dije que actuaría normal pero no puedo ni mirarlo a la cara. Solo de pensar que le diría o cómo actuar natural se me trabarían hasta los pensamientos si eso es posible. Por otra parte estaba Alessandro que seguía siendo tosco pero había algo en él que no dejaba que me alejara y creara una barrera entre nosotros. Ya he tenido pacientes con la misma personalidad y he podido agarrarle la vuelta. La mayoría lo que querían era alguien que no los tratara como pacientes o locos, sino como personas ¿Pero qué es lo que quiere realmente Alessandro? No tengo la menor idea. Solo se encarga de crear una pared invisible entre nosotros.

Camino por el pasillo de la clínica absorta en mis pensamientos con dirección a llevarle el medicamento a Alessandro cuando veo pasar delante de mí a Richard muy apresurado y cruzar al otro pasillo en dirección a las habitaciones más alejadas. Me dirijo a la misma mientras me doy todo el postín para llegar mientras detallo cada parte de las instalaciones como si fueran las cosas más interesantes que ver. Entro sin avisar y veo como Richard y Alessandro se encuentran en medio de la habitación y al percatarse de mi presencia ambos se apresuran en meter algo a sus bolsillos. El ambiente se sentía con mucha tensión que daban escalofrío.

− ¡Claudia!−Saludó Richard con un intento de sonrisa que parecía más una mueca. Este se acercó a mí y me dio un ligero abrazo, lo que hizo que me incomodara esa efusividad que era más fingido que los sentimientos de mi ex por mí.

Sentí como me agarraron del brazo y jalaron apartándome de Richard mientras se resbalaba de mis manos la bandeja donde tenía el medicamento estrellándose contra el suelo produciendo un ruido seco. Pegué con el pecho de Alessandro, me estabilizó para que no pudiera tambalearme por el movimiento tan brusco. Tenía mi nariz pegada a su ropa y pude percibir un olor adictivo para mí. Alce la mirada para observarlo este tenía el ceño fruncido mientras fulminaba con la mirada a Richard el cual estaba sin habla.

Empujé con mis manos a Alessandro de manera que quedara a una distancia prudente. Su cercanía me afectaba más de lo que yo pensaba.

− ¿Pero qué es lo que te pasa?−Le reproche mientras recogía la bandeja y los medicamentos para luego abrir los frascos y extenderle las pastillas, ni se inmutó a tomarlas en cambio me observaba como si estuviera detallándome. Se alejó y se metió en el baño trancando la puerta dejándome allí con la mano extendida.

−Yo le acabo de dar la dosis correspondientes que le tocaba− Dijo atropelladamente Richard.

Lo mire interrogante pidiendo una explicación.

−Roger me pidió que trabajáramos juntos con este paciente, ya que impartí hace poco un seminario de los TEI y para que negarme. –miró por encima de su hombro la puerta de salida como si le urgiera ir a algún lado. Mientras yo observaba sus manos vacías sin señales de un vaso siquiera. ¿Cómo fue que le dio los medicamentos?

−Ya veo. El doctor Roger no me había informado nada de esto.−Dije, alzando una de mis cejas.

− ¡Sabes cómo es el de olvidadizo! Lo bueno es que ya lo sabes. Bueno me retiro, tengo mucho que hacer− Caminó rápidamente a la puerta y antes de que atravesara esta lo detuve.

− ¡Espere! ¿Vendrá todos los días a traer el medicamento? No quiero que pase como hoy. Es muy peligroso que sin darme cuenta lo esté dando una sobredosis−Le pregunto preocupada.

−Yo hablare es con Roger y te estaré avisando−Sin más se retiró dejando entreabierta la puerta.

Me quede extrañada con toda esta situación, no tanto porque otro doctor atienda al paciente. Si no, que no me hayan avisado nada. Otra cosa que rondaba por mi cabeza es que no vi en sus manos ni un frasco de medicamento.