Se levanta y camina directo al baño, al entrar cierra la puerta de golpe. El sonido hace que salga de mi asombro y comienzo a recoger el desastre que hizo.
Decido esperar sentada a que salga para poder hacer mi trabajo. Pensar que tengo que estar tranquila y sonriente con cualquier problema que surja para no dar a demostrar nada al paciente y que no encuentre esa debilidad es fuerte. No parecer afectada es uno de mis mayores retos en mi trabajo. Lo que sí puedo estar orgullosa de mi es que soy muy paciente y este no es un problema mayor a los demás pero hay veces que provoca es darle un puñetazo en toda la barbilla... ¿Qué? No todos los días uno está de humor, no soy perfecta y nadie lo es.
Suspiro y observo más a detalle la habitación. No es como las de los demás, no tiene pinturas por doquier como la señora Mary, ni libros apilados en las esquinas como el cuarto de la pequeña Diana, ni mucho menos ropas de clínica ya sucias en el suelo. Todo estaban tan impecable que asombraba debería de darle las gracias a los chicos. Siempre nos ayudamos entre nosotros para que el trabajo no sea tan duro y agotador.
Cansada de esperar se me paso una idea para hacerlo salir. Me levanto de la cama y camino a la puerta de salida, la abro y cierro de golpe, espero unos segundos ¡Y Wuala! el susodicho sale del baño. Detiene su andar de golpe y me observa con asombro, aparta la mirada y se dirige a la ventana sin decir una sola palabra.
-Oye... Tus medicamentos.-Me coloco a su lado y le acerco las pastillas. Las mira con desagrado y vuelve a mirar por la ventana.-Si sigues así no podrás mejorar, tienes que tomar estas cosas para que veas mejora.
¡Nada! ni un murmullo escapa de sus labios. Suspiro y lo miro de reojo, esta serio y solo mira a un punto a lo lejos. Trato de hacer señas y capto su atención.-¿No quieres algo del comedor? no te vi en el almuerzo. Hablando de eso el viernes tampoco.
Y es cuando caigo en cuenta ¡EL NO HA COMIDO DESDE QUE ESTA A MI CARGO! ¿Cuánto tiempo? ¿Tres días o dos? Tal vez el fin de semana los que estaban de guardia le trajeron algo. Pero el caso estaba es que hoy no había salido a comer nada. Salgo rápido del cuarto y me dirijo al comedor, me encuentro con el cocinero y le pido que me prepare una comida. Tuve una idea, decidí llevarle un jugo de Naranja y echarle el polvito de las pastillas en él.
Al llegar de nuevo al cuarto paso sin tocar y él estaba sentado en la cama, se veía pensativo y no escuchó que entre. Me siento a su lado y coloco la bandeja en sus piernas.
-Come.
Mira la comida y luego a mí con el ceño fruncido. -¿Qué? no está envenenada si es lo que pien...-me interrumpe el gruñir de sus tripas y desvía la mirada.
No puedo dejar de mirar tanta perfección en alguien, el cabello le cae por los hombros y tapa una parte de su cara, puede dejar sin aliento a cualquier mujer. No me quiero ni imaginar que hay detrás de esa barba y ese cabello tan largo. Pero que estoy pensando, toco mis labios a ver si tenía baba y al notar que no lo vuelvo a mirar y no me había dado cuenta que estaba comiendo mientras me miraba fijamente. Aparto la mirada y siento mis mejillas arder.
-¿Esta buena? -Pregunto y me dan ganas de golpearme ¿Cómo se me ocurre preguntar algo así? Es comida de clínica, de por sí ya la comida es mala. No obtengo ni una palabra por parte de él y decido dejarlo tranquilo. Salgo de la habitación y suelto un suspiro. Este día de verdad se me ha hecho eterno y no veo la hora de irme.
Miro el reloj y veo que marca mi hora de salida. Voy corriendo literal a los vestidores para quitarme el uniforme. Al salir al estacionamiento noto que me falta algo ¡Mi teléfono! toco mis bolsillos y nada. Reviso el vestidor, el comedor y busco en las partes donde estuve y no lo encuentro, me siento en el banco del jardín ya frustrada. Miro al cielo y ruedo mi mirada por una ventana de una habitación en específico y recuerdo que no revise ese cuarto. Camino ya cansada hasta la habitación y entro sin tocar.
-Alessandro creo que de...-Lo que mire me dejo impactada. Alessandro está en toalla con el torso descubierto. -ay por todos los DIOSES!!!...- ay diosito la mama de Alessandro no tuvo que ponerle ese nombre sino Google es que tiene todo lo que busco!!
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Tú, Mi Pesadilla.
RomanceClaudia Esquivel es estudiante de medicina, la vida la ha tratado a la patada, tropiezos tras otros pero siempre logrando levantarse para poder cumplir sus sueños el cual es ser Médico. Unos de sus muchos trabajos para mantenerse es ser asistente e...