ENEMY DARK ▲ TEEN WOLF ➃

5. ¿Lydia? Lydia.

— Derek Hale, espero que tengas una muy buena razón para no contestar el teléfono cuando necesitamos tu ayuda —mascullé cuando me volvió a enviar al buzón—. A veces me dan ganas de envolver una gran rama de acónito y...—dejé la oración en el aire, colgando la llamada.

Anoche no solo descubrimos que Malia era una mujer coyote, sino que también encontramos su guarida. Sin embargo, eso solo nos dificultó el proceso porque de seguro Malia no volvería a ese lugar luego de ser invadido, en especial por dos lobos.

De todas formas, intentar conseguir a Derek era una de las mejores opciones, pues él podría decirnos cómo lograr que Scott pudiese convertir a Malia de vuelta en humana. El problema principal era que ¡el no contestaba el maldito teléfono!

Metí mi teléfono en mi bolsillo y me acerqué hacia el lugar donde Scott y Stiles hablaban con Allison. La opción que nos quedó fue pedirle ayuda a Allison, pues ella tenía más experiencia en el campo de la cacería en general.

— ¿Nada?

Negué.

— Realmente espero que la razón por la que no contesta mis llamadas es porque ha perdido un brazo y no puede alcanzar el teléfono porque si no es así, lo voy a matar —dije.

Stiles silbó.

— Estoy muy feliz de no estar en su lugar —comentó y se calló de golpe cuando vio mi mirada. Aclaró su garganta para continuar con lo que estaba—. Aquí es donde conseguimos la guarida, justo en medio del sendero —le dijo a Allison, señalando el punto en la tablet.

— Eso reduce las opciones. Los coyotes van por sendas fijas. Pero creo que tienes razón sobre no regresar a la guarida. Los coyotes detestan a los lobos —les notificó.

— Se los dije.

— Y son muy astutos. Para no ser oídos, caminan de puntitas —continuó informándonos.

— ¿Los coyotes hacen eso? —cuestionó Stiles.

— Sí, hacen eso —respondió Allison. El timbre sonó anunciando el inicio de la clase—. Tengo que irme, pero envíame la ubicación.

Stiles accedió.

Me dirigí a mi lugar desde donde pude ver a Scott hablando con Kira de una forma cómics y tierna. Ella realmente había hecho una investigación sobre el Bardo solo para dársela a Scott. Lo que verdaderamente fue gracioso fue la parte donde olvidó los papeles y su padre dijo que había olvidado la investigación que hizo para el chico que le gusta.

La vi sentarse y ocultar su cabeza en sus mano, frustrada y avergonzada, mientras que Scott miraba los papeles con cara de tonto.

— De acuerdo, chicos. Comencemos. Estábamos hablando de las prisiones y los prisioneros de guerra. Tenemos un fragmento que quisiera profundizar —habló el señor Yukimura, comenzando su clase—. ¿Quién quiere pasar a leerlo en voz alta? Señor Stilinski, ¿qué tal usted?

Vi el pánico en el rostro de Stiles.

— No puede —las palabras brotaron de mis labios antes de que pudiese detenerlas.

El señor Yukimura me miró.

— ¿Y por qué no?

— Es disléxico —mentí.

— Estoy seguro de que entre todos podremos ayudarlo, pero todos participan en mi clase.

Oh, no.

Eso iba a terminar muy mal. Casi podía sentir el pánico que emanaba de Stiles al pararse frente al podio para leer la lectura que el señor Yukimura quería discutir. Corrección: intentar leerla. El problema en general era que Stiles no podía leer, las palabras se le cruzaban, las letras se distorsionaban y no podía encontrarle coherencia a las mismas.