DIECISIETE

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Voltea de vez en cuando para verla. No lo puede evitar. Cada vez que la ve, siente un cosquilleo en el estomago. ¿Es hambre? ¿Cólicos? El espera que sea uno de esos síntomas, porque del amor, no quiere saber nada. Mira su reloj que lleva puesto en la muñeca. Falta poco para que empiece el receso. Cuenta los minutos, quiere comer algo. En la mañana, no probo ni un bocado de comida, no le apetecía, pero ahora, sí que le apetece. Suena la campana, todos los alumnos empiezan a hacer desorden en el aula, pero el más emocionado para salir es Alan y su estomago. Abre su mochila y busca sus llaves, las encuentra y se pone de pie. Esta apunto de dirigirse hacia la puerta y siente que alguien le toca el hombro. Voltea y se tropieza con sus ojos, con sus pestañasas.

-¿Ya te ibas?- pregunta la joven
-Sí, acaba de tocar la campana y quería ir a comer algo, hoy no desayune bien- dice y sonríe tímidamente
-¿Sin mí?
-¿Cómo?- pregunta arqueando una ceja
-Eso, ¿te ibas a ir sin mí?- pregunta nuevamente la joven mientras lo mira a los ojos
-Bueno, siempre salgo al receso solo, no me incomoda- dice titubeando- Pero, tampoco me incomodaría tu compañía.
La joven sonríe al escuchar esto, ella sabía que solo era cuestión de darle un empujoncito, sabe que Alan en el fondo, no es tan frío, ni huraño, como lo aparenta.
-Entonces, vamos- dice y lo coge de la mano.
Lo jala hasta afuera del aula a paso rápido. Sofía sabe que la cafetería se llena rápido, así que opta por correr mientras lo coge de la mano, este la sigue frunciendo el ceño, no sabe que es lo que pasa, ni porque corren, ni porque le coge la mano, pero se siente bien, tampoco le incomoda que ella le coja la mano. Sin embargo las manos de Alan se humedecen y solo él se da cuenta de ello. Sofía sigue en lo suyo, corre sin soltar a su compañero de la mano. Llegan a la cafetería y los dos se acercan a la barra. Alan pide un jugo de manzana y 2 sándwiches con jamón de pollo. Sofía pide agua mineral helada. Con este calor y la maratón que ha realizado con Alan solo le apetece beber algo helado. Los dos reciben sus órdenes y se sientan en una mesa.

-Menuda maratón que me has hecho hacer- dice y toma un sorbo de su jugo
-Es que la cafetería se llena muy rápido- dice y sonríe
-Pues, sí, pero ¿era necesario que me cojas de la mano?- pregunta mientras frunce el ceño. La joven suelta una carcajada al escuchar eso.
-Bueno, no era tan necesario- dice y da un sorbo a su bebida

Aparecen dos jóvenes en la cafetería, Alan y Sofía los reconocen. Gabriel tiene su brazo rodeando los hombros de Sara. Los recién llegados se acercan a la barra y piden sus órdenes, no se dan cuenta de que alguien los observa hasta que Sara es la primera.

-¡Hola, Alan!- dice mientras se acerca a la mesa
-Hola- dice él joven y sonríe tímidamente
-Hola, Sofía- dice y le da un beso en la mejilla
-Hola, Sara- responde la joven

Gabriel también se acerca a la mesa y los saluda. Pero no viene con las manos vacías. Junto a él, trae una tarta de manzana y un agua mineral. Toca la campana, anunciando el fin del receso. La tristeza se refleja en la cara de los cuatro jóvenes. Sin duda no quieren regresar al aula, los maestros estresan, y los cuatro lo saben.

-Bueno, nos vamos- dice la joven mientras coge la mano de su acompañante.
De nuevo las dudas rondan por su cabeza, ¿es necesario que le coja la mano? El puede caminar solito, joder.
-Bai, chicos- dicen Sara y Gabriel al mismo tiempo

Alan y Sofía se alejan, juntos, de la mano. Los dedos de Alan sudan nuevamente, esta no se da cuenta y sigue con lo suyo. Caminan a paso rápido hasta el aula número 16, no quieren llegar tarde, ni mucho menos aguantar los reclamos de la profesora de inglés. Entran en el aula y cada uno se sienta en su respectivo asiento. Alan en la primera mesa de la primera fila y ella detrás de él. La maestra de inglés aparece en el aula, deja sus libros en la mesa y se sienta.


Alan en multimedia, ush, que rico v':

Alan.Where stories live. Discover now