~IV~

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Capítulo IV

Día 156

Soy consciente de que las películas y los libros de ficción no son la mejor referencia para básicamente nada en esta vida, el problema es que de ahí proviene el único, y muy escaso, todo sea dicho, conocimiento que poseo sobre combates de cualquier tipo y la preparación adecuada para estos, así que no me queda otra que guiarme por lo que he visto o leído. Recuerdo que suelen decir algo como que el juego de pies es clave y que salen a veces saltando a la comba, así que eso estoy haciendo como parte de mi calentamiento, me sorprendió un poco al principio que las hubiera cuando sería tan fácil estrangular a alguien con una de ellas, sí, pensar en formas de matar o que me maten es ahora una línea de pensamiento normal para mí, luego recordé que siguen estando las cámaras por todas partes y que tienen los collares para mantenernos a todos a raya, así que supongo que con eso lo tienen todo bajo control.

Estoy a punto de terminar con ello cuando veo a Neon aparecer por la entrada del gimnasio y acercarse directo hacia mí, ignorando a la gente que lo saluda durante su breve camino, así que me detengo, y le miro expectante.

— Sígueme — pide, sin molestarse en saludar, y como no es que me importen las formalidades, me limito a asentir de acuerdo, sin quejas.

Dejo la cuerda en su lugar y marcho detrás de él, manteniéndome a un solo paso de distancia mientras nos alejamos de mi celda más de lo que alguna vez he estado, y trato de no ponerme demasiado nerviosa por ello, pero es imposible obviar de como los ojos de todos con los que nos cruzamos se van posando sobre nosotros durante nuestro camino, y soy muy consciente del hecho de que es muy probable que luego tenga que volver sola, no es que me preocupen cosas como perderme, he memorizado cada giro y pasillo que hemos tomado, el problema son los otros presos, las miradas curiosas y lascivas de estos, y aunque no son la primera vez que las recibo, sé que he tenido mucha suerte de hasta ahora solo haber sido golpeada y atracada, y esa suerte se me puede acabar en cualquier momento.

Neon me conduce a una celda que se abre a su paso, una copia idéntica a la mía tanto por dentro como por fuera, solo que en ella hay muchas más pertenencias, colocadas por todo el lugar de forma metódica, las cuales trato de no mirar por más de un segundo porque quedó claro lo que piensa Neon sobre la curiosidad, y sin duda no quiero ver nada que se suponga que no deba.

— Ya he conseguido el chip — me cuenta, apoyándose contra el respaldo de la silla con la que cuenta la celda y que apenas puede moverse un poco alrededor de la única mesa, creo que es cosa de imanes.

— Eso fue rápido — respondo estupefacta, esperaba que le llevara más tiempo conseguirlo dado que, bueno, estamos en una prisión después de todo, y por lo que se ve, terrestre o no, el contrabando y el mercado negro es un hecho, solo que creía que sería un poco más lento.

— Que puedo decir, soy bueno en mi trabajo — su sonrisa ladeada muestra su orgullo por ello — como es lógico no lo tendrás hasta después de la pelea que tendrá lugar dentro de una semana, ya me he encargado de inscribirte, y no hará falta que ganes, pero debes dar un buen espectáculo, mantener a las masas complacidas o pueden cancelar el premio.

— Entiendo — asiento con algo de alivio, cruzándome de brazos, es algo extraño estar en otra celda que no sea la mía, ni siquiera sé si la puerta se abrirá para mi si trato de salir por mi cuenta, y eso es algo aterrador por mucho no crea, al menos por ahora, que Neon pretenda aprovecharse de la situación, y es por eso por lo que no puedo estar tan aliviada como lo estaría en otro contexto al saber que no tengo que vencer a mi oponente.

Neon se gira para alcanzar algo de la mesa detrás de él, dándose la vuelta con una bolsa plástica en su mano y una pequeña cajita que me lanza sin previo aviso, por suerte, tengo los reflejos suficientes para atraparla entre mis dos manos.

AyrisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora