~VIII~

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Capítulo VIII

Día 159

Estoy aplastada entre un muro de músculos y otro de hormigón, y estoy muy tentada a empujar al primero, es decir a Neon, para hacer que se caiga de la cama y tener así más espacio para mí, pero eso probablemente haría que se enfadara, porque yo lo haría claro, y como aún no ha terminado de hacerme el tatuaje, el cual está tapado con un plástico, y no quiero que me lo deje a medias, deshecho la idea y me doy una vuelta sobre mí misma otra vez dándole la espalda, tratando de dormir de una vez.

— Deja de resoplar.

— No estoy resoplando — no lo estoy, creo.

— Sí que lo estas, y peor aún; moviéndote todo el rato — no puedo negar eso ultimo porque realmente lo he estado haciendo y soy muy consciente de ello.

— Estoy incomoda y no puedo dormir — lo que no es ninguna sorpresa para mí, rara vez duermo bien desde que llegué aquí, y ahora con el hecho de que hay alguien más aquí, por mucho que ese sea Neon a quién le tengo cierto nivel de confianza, parece ser que es misión imposible, y lo que hago en estos casos siempre es dar vueltas, tantas que cualquier día podría marearme, solo que lo normal es que tenga más espacio para ello y no moleste a nadie.

— Y yo tampoco si no dejas de dar vueltas — protesta.

— Fuiste tú el que quería dormir en la cama, siempre tienes el suelo — alego, es mi cama después de todo, si no le gusta, que se vaya, al menos todo lo que el bloqueo le permite.

— Claro, porque el hormigón frio es una mejor opción — farfulla, y siento como se da la vuelta hasta que queda mirando mi espalda.

— Una noche sin dormir no te va a matar Neon, doy fe de ello — respondo con cansancio, todo lo que ha pasado en las últimas horas me ha dejado mentalmente agotada y aun así, no puedo apagar mi cerebro por unas horas y simplemente dormir.

— Tengo otro combate mañana así que me gustaría pegar ojo — suspiro.

— Está bien, trataré de quedarme quieta — prometo, porque sé que es algo serio y que está aquí atrapado porque vino a hacer algo bonito para mí, aunque según él sea enteramente por su aburrimiento y nada que ver conmigo.

— Oh sí, lo harás — asegura y me sobresalto cuando paso un brazo por mi cintura y me agarra con firmeza.

— ¿Qué haces? — chillo con indignación.

— Mantenerte quieta — asegura y luego suspira, como si él también estuviera agotado, quizás lo está, ser un criminal no debe ser fácil — solo duérmete, Galatea.

— No puedes simplemente agarrarme, dijiste que mantendrías tus manos para ti.

— ¡Oh tengo mi brazo sobre tu cintura, que la policía de la decencia me detenga! ah no, que ya estoy en prisión.

— No aprecio tu humor Neon — farfullo, porque tiene razón no es ningún tipo de toque indecente, aunque la situación pueda parecer algo intima, tampoco lo es en realidad.

— Ni yo tu charla de madrugada.

— Empezaste tú — escucho a Neon suspirar otra vez, pero no vuelve a hablar así que supongo esa es su forma de dar la conversación por terminada y doy por captado el mensaje "hora de dormir"

Es mi turno de suspirar y estoy a punto de moverme sobre mi lugar de nuevo cuando recuerdo que ahora no me conviene nada hacer eso, no solo porque no quiero molestar más a Neon si no porque su cuerpo está muy, muy pegado al mío, y creo podría odiarle ahora mismo. Y justo en ese momento la realización me golpea y quiero reírme ante la ocurrencia de que es la jodida primera vez que hago la cucharita con alguien, y que voy a pasar toda una noche con un chico, y que justamente es con un jodido criminal en mi celda de prisión, ni siquiera es un romance carcelario, no, el muy jodido solo quiere que le deje dormir tranquilo y esta es su forma de conseguirlo, si hay un Dios observándome se lo tiene que estar pasando genial con mi vida, eso o ni si quiera echar un ojo en mi dirección de lo lamentable que soy, no me decido entre cual de las dos opciones sería más factible.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2023 ⏰

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