Capítulo V
Día 157
Algo está mal, muy mal.
Se suponía que la curiosidad hacia mi persona sé pasó a las dos o tres semanas de llegar aquí, era normal al principio, yo era carne fresca en este matadero llamado prisión y tengo la enorme desventaja de parecerme demasiado a los guardias lo que no generaba, ni genera, precisamente simpatía en el resto de los presos, pero fue cuestión de tiempo que se dieran cuenta de que no soy ninguna amenaza, ni nada como ellos, sobre todo porque yo estoy aquí dentro encerrada y ellos allí afueran rigiendo la prisión. Tras dicha realización, me dejaron mayormente en paz, cosa que agradecí, pero ahora los ojos curiosos vuelven a estar posados sobre mí, lo llevan todo el día y eso me tiene terriblemente ansiosa, mis nervios están tan electrizados que parecen que quisieran salirse de mi propia piel.
Estoy bastante inclinada a creer que este cambio está de alguna forma provocado por mi reciente y novedosa presencia junto a Neon en estos pasados días, o al menos alentado por ello, no encuentro otra explicación que no sea esa, solo que no entiendo a qué viene tanto alboroto, he caminado a su lado un par de veces y él ha comido en la misma mesa que yo en una única ocasión, debe hacer cosas por el estilo con otros presos todo el rato desde que llegó ¿no? O sea, he notado que parece un poco como una celebridad aquí dentro, pero no puede ser para tanto, aunque todo parezca indicar a que sí que lo es.
No hay quien se entere de nada en este prisión, bueno, mentira, yo soy la única que no entiende nada nunca y lo odio con toda mi alma, por eso necesito ese chip traductor, dar una buena pelea.
Así que por todo eso, estoy descargando mi frustración con un poste de boxeo en el gimnasio tratando de ignorar los comentarios de clara burla y las inquisitivas miradas que se producen a mi espalda, vale que no soy una experta en nada de esta mierda, pero he dado una buena cantidad de clases de defensas personal desde que soy pequeña, sé cómo dar un maldito puñetazo, no entiendo que es tan jodidamente gracioso.
Hay una palabra, y apuesto todo a que es un insulto, que se he repetido más que el resto, pultz, prefiero no hacer suposiciones sobre lo que significa, pero si fuera más temeraria y estúpida, suicida casi, ya habría estampado mi puño en alguna parte del cuerpo de alguno de los que lo ha pronunciado.
No soy tan buena cancelando el ruido de fondo, así que cuando las voces se apagan progresivamente por todo el lugar, me giro por puro instinto de supervivencia, pero es solo Neon, quien ha entrado en el lugar con una de sus sonrisas llenas de una confianza maniática, no sé si es por eso o por su forma relajada de actuar, pero destaca entre el resto y atrae las miradas por igual, como si fuera un cartel de neón personificado, supongo que quien sea que no lo nombrara como Neon acertó de lleno.
— ¿Cómo va todo? — pregunta como si nada cuando llega a mí, como si todas las miradas no estuvieran puestas sobre nosotros y con su entrada no hubiera caído un manto de silencio sobre el lugar.
— ¿Qué está pasando? — interrogo de vuelta, mirando a nuestros espectadores sobre su hombro, ¡no somos ningún tipo de programa de telerrealidad en directo, por las estrellas!
— No gran cosa — asegura haciendo un gesto con la mano, restándole importancia al asunto, como si fuera tan fácil de ignorar.
— No parece como poca cosa Neon — remarco, él solo sonríe más y responde, solo que no a mí, hablando mucho más alto que antes en uno de esos idiomas que no entiendo, tras sus palabras, el resto de los presos dejan de mirarnos y vuelven, en apariencia, a sus asuntos con una prisa poco natural — ¿Qué has hecho?
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Ayris
Science FictionGalatea Quer está muerta, ahora soy T-120, nada más que una letra y un número, una presa, sin crimen, juicio, o explicación alguna. Para todos yo morí en aquella nave varada en el espacio, puede que parte de mí lo hiciera cuando se agotó el oxígeno...