"Ariel's pov"
- Vamos nena, ya ha pasado una semana. Yo creo que ya has tenido suficiente tiempo para reflexionar. - Dijo Alaska mientras se sentaba en el sofá junta a mi. Desde hacia una semana, estaba viviendo en su casa. Ya que le había contando todo lo ocurrido y ella me había acogido con los brazos abiertos. Mi amiga no sabía nada del secuestro hasta que yo se lo conté, y eso le cabreó bastante ya que pensaba que los chicos deberían habérselo contado.
- No estoy preparada. - Dijo sin mirarla mientras le mandaba un mensaje a Laura. Hoy habíamos quedado para ir al parque con Gemma. Estaba deseando de ver a mi sobrina. Aunque ya no lo era, pero para mi siempre seguiría siendo mi pequeña. Laura me acaba de mandar un mensaje, así que lo abrí de inmediato.
Lauri: Nena, ¿a qué hora paso por ti?
Sirena: Pásate sobre las 5, pesada.
Lauri: No me digas pesada, por que tu eres la que está deseando de verme.
Sirena: Mentira
Lauri: Verdad
Sirena: Mentira
Lauri: *Nota de audio*: ¿Puedes dejar a mi novia en paz? Quiero echar un polvo antes de ir a trabajar. - Dijo Edward por el audio que Laura me acababa de mandar.
Sirena: Ninfómano. Ve al médico, necesitan mirarte eso.
Lauri: Me gusta que sea así. Adios, nenaaaa! Tq :)
Laura dejó de contestarme los mensajes que seguí poniéndole ya que probablemente estaba follando con Edward. Que pesaditos eran mis amigos. No les bastaba con Gemma, sino que seguían dandole al tema. Me reí por mi propia rima mental y Alaska me miró de forma extraña. Pensaría que estaba loca, y en parte no le faltaba razón. Me estaba volviendo completamente loca.
Echaba mucho de menos a Harry y esto iba a matarme.- Estás loca. - Dijo Alaska, confirmando mis pensamientos.
Fue directa a la cocina, mientras me dejaba en el salón viendo un capítulo repetido de Friends. Después de Juego de Tronos y TVD, Friends era mi serie favorita. Podía pasarme una tarde entera viéndola, sin cansarme, aunque hubiese visto ya esos capítulos miles de veces.
- Vamos nena, a comer. - Me llamó Alaska un rato después para que fuera a la cocina. No se por qué, pero esta chica siempre comía en la pequeña mesa de la cocina. Y no lo entendía por qué era mucho más cómodo comer en la gran mesa del salón. Era un poco rarita.
- No tengo hambre.- Dije desde el salón, alzando la voz para que pudiera oírme. Escuché como los tacones de Alaska repiqueteaban en el suelo y ella se acercaba.
- No me jodas, Ariel. Llevas toda la puta semana diciendo lo mismo. ¿Por qué coño haces esto? - Dijo ella insterica, plantándose frente a mi y tapándome la TV.
- Por que no tengo hambre. - Volví a repetir con la cabeza baja. Estaba harta de que siempre me echaran la bulla por el tema de la comida. Cuando estaba mal por algo yo lo exteriorizaba así, dejando de comer. Lo hacia insconcientemente y no podía evitarlo.
- Ariel, llevas una semana alimentándote a base de manzanas, agua, y poco más. Y para colmo fumas más de lo normal. No son ni las 3 de la tarde y ya te has fumado unos 10 cigarros. ¿Es que quieres matarte? - Gritó Alaska haciendo que la mirara. Se veía muy cabreada, y la entendía. Pero no podía hacer nada.
- No puedo evitarlo. - Dije siendo completamente sincera con ella.
- Necesitas arreglarlo con Harry, o acabarás mal. - Dijo ella negando con la cabeza decepcionada. - Bueno, acabareis.. - Rectificó más tarde. ¿Acabareis? ¿Que coño significaba eso?
- ¿A que te refieres con "acabareis"? - Pregunté mirándola fijamente.
- Ariel.. - Oh oh.. Sabia lo que conllevaba ese tono en Alaska, y no traía nada bueno.- Harry está descontrolado desde que te fuiste.
"Harry's pov"
- Ponme otra cerveza. - Le dije a la rubia tetona que estaba tras la barra mirándome con cara de viciosa. Ella se acercó a mi, mientras apoyaba sus voluptuosos pechos en la barra y se acerba a mi oído.
- Quiero que me folles. -Me susurró de forma seductora, para después morder el lóbulo de mi oreja. Me dio tanto asco el contacto que no me puse ni cachondo. Era increíble lo mucho que te cambiaba el amor. Si esto me hubiese pasado en mi época de "picaflor" como yo lo llamaba, por que iba de flor en flor, me habría tirado a esta rubia sin pensármelo dos veces. Pero ahora no podía pensar en otra cosa que no fuese besar y abrazar a Ariel.
Me acerqué a su oreja fingiendo que estaba interesado en ella.
- No vuelvas a insinuarte a mi en tu vida. No follaría contigo ni aunque me pagaran. Y ahora tráeme la puta cerveza. - La chica se separó de mi rápidamente y me miró horrorizada. La había humillado y era consciente de ello, pero estaba tan cabreado con el mundo que me importaba una mierda ser un hijo de puta. Había perdido al amor de mi vida, había perdido a la única persona que me había echo ser feliz y que me había enseñado a amar, así que ya nada importaba.
Una hora después estaba tan borracho que no podía ni andar recto. Salí del bar de mala muerte en el que había entrado de casualidad, simplemente por que pasé por esa calle con el coche y de repente me entraron ganas de ahogar mis penas con alcohol. Realmente llevaba haciendo eso desde que ella se fue. Fiestas, alcohol y drogas. Antes hace uno año y medio, ese plan me habría parecido perfecto, pero después de conocerla a ella, el plan se convertía en uno aburrido y vacío. Todo sin ella estaba vacío.
Noté como mi teléfono sonaba con el politono de "Back in black", e hice todo lo posible para sacarlo de mi bolsillo sin que mis manos temblorosas lo tiraran al suelo sin querer. Iba muy MUY borracho.
- Seas quien seas, vete a la mieda. - Dije, trabándome en la última palabra. Por dios, como siguiera bebiendo de aquella manera iba a pillar un coma etílico.
- Soy yo. - Dijo la voz de mi hermana al otro lado de la línea. Joder, estaba muy pesada últimamente. Desde que se enteró que Ariel y yo habíamos roto, estaba todo el día controlándome. Pero la entendía, ya que me conocía lo suficientemente bien como para saber que las cosas se saldrían de control. Y eso es exactamente lo que estaba pasando.
- ¿Que quiedes? - Pregunté irritado mientras trataban de recordar donde coño había aparcado el coche.
- Otra vez estás borracho. - Afirmó mi hermana con voz de decepciona - Me tenéis hasta el coño los dos. Os estáis haciendo daño mutuamente por qué os da la gana. ¿por qué no volvéis de una puta vez? - Dijo ella desesperada. Espera, había dicho que nos estábamos haciendo daño, eso significaba que Ariel también se estaba haciendo daño y yo sabia perfectamente a que se refería Alaska.
- No come ¿verdad? - Pregunté un poco más despejado. Cuando me cabreaba o me asustaba por algo, se me quitaba la borrachera muy rápidamente.
- No, Harry. No come. Como no solucionéis esto rápido, Ariel acabará hospitalizada por anorexia grave y tu acabarás en Alcohólicos Anónimos. - Dijo Alaska muy seriamente.