Huyendo de ti / Parte 2

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Correr? 

Ya lo había hecho y por mucho tiempo, ni siquiera se había percatado de que los zapatos tenían el tacón demasiado alto hasta que el cansancio ya no pudo más con ella, comprobó la hora en el reloj que tenia en la muñeca izquierda ...10: 45 pm... Siguió adelante con el bolso colgado y los zapatos en la mano... Ni siquiera conocía las calles de Sinaloa ...No salía, no conocía ese exterior, pero se quedo maravillada al contemplar cada rincón de las calles del norte de México, la gente bailaba, o cenaba cerca en algún puesto de comida. En Argentina la gente no era así, en cambio ahí la música norteña resonaba a todo dar.

En algún momento se detuvo a mirar a todos lados, pero nadie la observaba, quizás la veían pero era tan común como los demás o es que ella estaba acostumbrada a verse como la esposa de Jorge Blanco, como si aquello fuera gran cosa... Pero lejos de esos muros... Lejos de su jaula de oro ella no era nadie y se sintió tan bien al contemplar aquella libertad que mostró una sonrisa tímida su alrededor, por un momento deseo ser mexicana pues recordó que hace muchos años Jorge le dijo.

<<Este pueblo se ríe de todo, de la muerte, de la mala suerte, de la infidelidad, de los políticos corruptos, de la pobreza, de la soledad, de las traiciones y del abandono, Somos de mecha corta>>

Y ahora lo comprobaba ¡Que fuerza tenían los mexicanos !  Se columpiaban, como ellos decían a la mitad del alambre y sin red de protección.

Y eso quería ella, ser valiente, reírse de su soledad, de la infidelidad, de la traición y el del abandono de su hombre.

Anduvo al azar hasta que una calle estrecha con ventanas  enrejadas oyó sorprendida una canción mexicana "Que se acabe la vida frente a una copa de vino". Y no es posible se dijo No puede ser que esto ocurra aquí y ahora  así que alzó el rostro y vio el rotulo en la puerta: El Mariachi. Cantina mexicana. Entonces río en voz alta porque comprendió que la vida y el destino trenzan juegos sutiles que a veces resultan obvios.

Así que decidió que quería probar su dolor y traición a la mexicana y no como se suele hacer, al fin y al cabo Jorge no la iría a buscar allí, sería el último lugar en el que pensaría.

Empujo la puerta batiente y entro a la autentica cantina con botellas de tequila tras el mostrador y un camarero que servía cervezas Corona y Pacífico a la gente que estaba ahí y ponía en el estéreo las canciones que pidieran.

Asombrada ante aquello que jamás había visto se sentó en el rincón de la cantina para poder observar mejor lo que sus ojos admiraban.

Pidió una pacífico solo por tocar su etiqueta amarilla y se llevo la botella a los labios, un sorbito para paladear el sabor que tantos recuerdos le traían y después pidió una Herradura reposado que le sirvieron en un autentico caballito de cristal largo y estrecho. Ahora la canción decía. <<Porque viniste a mi buscando compasión si sabes que en la vida le estoy poniendo letra a mi última canción>>. En ese momento Martina sintió una felicidad intensa, tan fuerte que sobrecogió. Y pidió otro tequila y luego otro.

El camarero reconoció su acento y sonreía amable. Luego empezó otra canción y sintió mucho dolor al oír aquellas palabras así que le dijo al camarero que le vendiera una botella completa y repitiera esa canción las veces que fuesen necesarias hasta que ella dijera Basta. Entonces saco más y más dinero y lo puso en el mostrador. Sin pensarlo el camarero la guió a su mesa donde hace un rato estaba bebiéndose una Pacifico, le puso la botella enfrente junto con unos cigarrillos y los dos cedes dobles de Pedro Infante Las 100 clásicas se llamaba

Y sin importarle que la gente la viese con una botella en la mano repitiendo la canción hasta aprendérsela allí seguía con la botella casi mediada acompañando las palabras de la canción.

<<Estoy en el rincón de una cantina, oyendo una canción que yo pedí, me están sirviendo ahorita mi tequila, ya va mi pensamiento rumbo a ti>>

Las manos de Martina que fumaban cigarrillos taqueaditos con hachís y su soledad seguían la letra de la canción 

<<Yo se que tu recuerdo es mi desgracia y vengo aquí nomás a recordar que amargas son las cosas que nos pasan... Quien no sabe en esta vida la traición tan conocida que nos deja un mal amor, quien no llega a la cantina exigiendo su tequila y exigiendo su canción >>

¿Como era aquello? La necesidad de un hombre... Órale. Enamorarse. Ya no. Libre, era quizá la palabra pese a que sonara grandilocuente, excesiva. Miro el techo y no vio nada

Y se preguntaba quien era ella ahora a medida que iba moviendo los labios . - Me pregunto como me verán los demás ahora, espero que desde bien lejos- Dijo para si misma.

Y ahí mientras La canción iba terminando alguién la observaba de lejos, en la entrada de la cantina con una chamarra negra de cuero, el pelo enmarañado, los ojos verdes penetrantes de siempre estaba Jorge Blanco ...

Continuará...

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Que tal chicas?

Y si se lo preguntaban... Si... Es así como los mexicanos curamos el dolor.

Nada de cortes en las muñecas ni suicidios....

Nosotros solo necesitamos unas rolas rancheras y unos tragos de tequila ...

Y bueno si alguien quiere saber el título de la canción que acompaña a nuestra querida Tini, dígalo en los comentarios ...

Nos leemos en el siguiente !!!

One Shots -JortiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora