"Que triste sería"

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19 de Octubre de 1921

Querido Jorge he llegado a pensar que tu ni siquiera me amaste. ¿Recuerdas cuando me lo decías? - Martina, te amo- Susurrabas mientras te hundías entre mis msulos con delicados movimientos que me me arrobaban en un rapto celeste lleno de pasión y gritos de placer.

¿Si te acuerdas verdad? Me llenabas de besos y caricias, me hacías sentir dueña del mundo con cada palabra. Estábamos bien, mejor que nunca en esa casa que compraste según tu para que fuéramos felices ¿Pero es que no lo éramos ya? Nunca te sentiste del todo bien conmigo a pesar de que yo siempre te facilite la vida, aún cuando me confesaste tu infidelidad con mi mejor amiga Mercedes, trate de comprenderte a pesar del gran dolor que eso me provocaba.

Sea esta quizá la pregunta más difícil que tengo que hacerte ¿ Aún me amas Jorge? Dímelo porque es injusto que siga esperando al hombre que creí que era mio. Puedo entender, siempre lo hice.

Me dueles, cada día es más difícil continuar y las noches son aún peor,  mis segundos pasan como horas, los minutos parecen días y las horas años, no he podido conciliar el sueño, apenas me da hambre y lo cierto es que no he salido de la casa, nuestra casa, Ruggero tu amigo, me ha venido a visitar muy seguido , trae comida y la última vez una botella de Brandy, el también esta mal, debe ser muy difícil tener que aceptar que su mujer este ahora entre tus brazos. ¡Fuiste muy egoísta! Destruiste todo lo que tenías y a los que más te querían.

Perdón que te lo diga ... Me lastimaste Jorge, tanto que la herida aún no cierra, me decías que me amabas y te sentía sincero, te metías entre las sábanas de nuestra cama haciéndome tuya cada noche hasta que un día... Todo cambió.

Tú cambiaste, te volviste cruel e indiferente, me trataste con desprecio, apenas me acercaba a ti y estallabas en gritos de inconformidad y mal humor, ya no había día que pudiéramos estar tranquilos sin discutir y sin que llegaras tomado. De pronto dejaste la ternura y cuando te metías entre mi cuerpo no me arrobabas en un rapto celeste sino infernal, ya no eran susurros tiernos, era tu mirada dura y fría, ya no eran gritos de placer, eran mis lágrimas que resbalaban mientras tu te hundías con ferocidad encima de mi y besabas mis labios con fuerza.  No despertabas conmigo, me ignorabas y te dabas la vuelta cada noche, esas mañanas en que ya no nos metíamos juntos a la regadera eran una tortura para mi al ver mi cuerpo lleno de moretones por tu brusca forma de tocarme y llevarme a nuestra cama.

¿No te sentiste culpable Jorge? o es que enserio ya no te importaba...

Sabes... Me han venido a visitar nuestros amigos y me han preguntado por ti, yo les he dicho que no he sabido nada desde la última vez...

No se me olvida Jorge, ese día en que recogiste tus cosas diciendo.- "Me voy Martina, ya no quiero vivir más en París"- Y que pena por mi entonces porque no estamos casados, y te fuiste haciéndome  a un lado de tu vida.

Y luego ese 29 de Septiembre, dos días después de tu partida que salí a recorrer las calles de París para tratar de borrar tu imagen ¿Si te acuerdas verdad? venías caminando por la calle en dirección mía pero no venías solo, le rodeabas la cintura con el brazo a una rubia muy bonita que en un tiempo fue mi mejor amiga, la misma esposa del que tu llamabas "Amigo". Ella me miro una sola vez con pena y haciendo que la soltaras, tú en cambio, pasaste con ella a mi lado como si no me reconocieras, ni siquiera me miraste, a pesar de que me solté a llorar en medio de esa lluvia, te fuiste así, pasando a mi lado con indiferencia y haciéndote el desentendido y cubriéndola a ella de la lluvia con tu chaqueta, la chaqueta que te regale en tu cumpleaños número veintisiete.

Hoy, me sigue azotando tu recuerdo, tu fantasma está aquí, yo estoy frente a la chimenea bebiendo el último trago del Brandy que me trajo Ruggero, el me dijo que había ido a buscarme porque Mercedes lo había buscado pidiéndole perdón. ¿También la dejaste Jorge? 

A mi me dijiste - No puedo Martina, ya no puedo estar más contigo- Y te marchaste mientras yo llorando te pedí que te quedaras, pero no quisiste ni escuchar.

No quiero seguir torturándome de esta manera,  todas las noches me invade la tristeza y le ruego al cielo y a las estrellas que donde quiera que estés ahora... estés bien y algún día regreses.

Ten la certeza mi amor que todavía te quiero con toda mi vida

Pero quiero decirte Jorge que también pido por que no llegues tarde, porque que triste sería que cuando tu puedas, yo ya no quiera.

Te abraza con desesperación Martina.

Posdata: Si alguna vez me quisiste por lo menos responde esta carta.

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Que tal mis queridas lectoras, como verán he vuelto con un capítulo diferente, sin dejar de lado mi drama y romanticismo, se que se mueren de curiosidad por saber que sigue.

Tengan la certeza de que esto no termina aquí .

Continuará...




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