Cierro los ojos de golpe, esperando lo peor de la situación. Su aliento y su respiración están tan cerca de mi rostro que puedo percibir su aroma a cigarrillos y alcohol, de pronto el silencio invade la habitación, es espantoso, todo alrededor es un desastre, cosas rotas y desechas por todos lados se encuentran en el piso, y ahí, con todo lo demás, los pedazos de mi corazón.
Yo levantó la cara y me atrevo a mirarlo, me mira con odio y al mismo tiempo le tiembla todo el cuerpo, como a mí. Fue incapaz, fue cobarde, no pudo soltar el golpe que bien se había dispuesto a darme.
Nos miramos un largo rato. Sus ojos siguen siendo los mismos, verdes, penetrantes, dominantes, la única diferencia es que en su mirada hay una mezcla de odio, rencor y coraje, ya no me mira con esos ojos de loco enamorado como hace cuatro años, ya no es el mismo, ya no es el Jorge del que me enamore. Sin embargo, le sostengo la mirada, lo miro con dolor, con lágrimas silenciosas que amenazan con salir de mis ojos.
Suelta un largo suspiro y se pasa una mano por el cabello, enojado, furioso.- No tuviste las agallas para pegarme- Me atreví a decirle.
Me volvió a lanzar una mirada larga y obscura, luego pasa esa misma mirada por toda la habitación, las fotos, los cuadros, hasta la misma televisión, están en el suelo. Ya no, ya no volveríamos a ser los mismos, ya ni siquiera estaba segura de sí él me amaba.
-Nunca me imaginé, que tú, el hombre que me juró amor eterno y al que quiero con todo mi corazón. O lo que queda de él, me fuera a poner una mano encima.- Le dije buscándole la mirada.
- Te amo demasiado Martina, ni siquiera tengo los suficientes pantalones para hacerlo- Dijo finalmente con la voz quebrada.
-¡NO MIENTAS! – Le grité llorando.- Si tu me amaras, no me hubieses engañado con todas las mujeres con las que estás, no me hubieras dejado sola hoy, en noche buena, no llegarías todos los días borracho, y sobre todo, si me amaras, nada de esto estaría pasando, estuviéramos felices, porque lo éramos, porque yo si te amo, pero tu maldito egoísmo, temperamento y mal genio que últimamente traes, ha mandado todo lo nuestro a la fregada... Casi siento que podría odiarte.
- ¿¡TÚ CREES QUE NO LO SE?! – Gritó tomándome de los hombros y agitándome con fuerza para que lo mirase a los ojos, así como solía hacer cada que discutíamos y que él no quería nada más que retenerme a él.- Sé que soy un maldito cabrón, que te he hecho daño, pero al final, no importa cuántas mujeres tenga, al final ninguna me hace sentir como tú, nadie me hace gritar de placer como tú, nadie me ama como lo haces tú, nadie me hace llorar más que tú y así como lo oyes. ¡¡¡NADIE MÁS ME DUELE MÁS QUE TÚ!!! Y maldita seas por eso, maldita seas Martina por ser tan bonita... mi chaparrita hermosa... no sabes cómo quisiera no amarte como te amo y dejarte... ser libre y feliz sin ti, pero no puedo. Te amo, y me dueles... Y lo siento, perdón mi vida.
Lo dijo así, casi gritando, con la voz entrecortada y con lágrimas en los ojos. Cuando termino de hablar estaba jadeando, y me apretaba con fuerza contra su cuerpo.
Le solté una cachetada, lo rasguñe de la cara, intenté liberarme, lo golpe en los hombros y lo jale varias veces de la chamarra negra de cuero, no podía librarme de él, y aunque le dolió, no me soltó. Intentó besarme pero le mordí el labio haciéndolo sangrar.
Estaba molesta con él por haberme dejado sola en estas fechas tan importantes del año e irse a tomar cuando yo lo esperaba con una cena y regalos. Aún me preguntaba cómo era que los vecinos no habían llamado a la policía después de todo el ruido, los gritos y los objetos rotos contra la pared que Jorge había lanzado. ¿Pero por qué lo harían? Seguramente habían decidido ignorarlo porque ellos realmente la estaban pasando bien con su familia. No iban arruinar su navidad por las peleas seguidas entre Jorge y yo.
Últimamente era así, discusiones, gritos, miradas de odio y cosas rotas, pero solo hasta ahora algo cambió y es que Jorge pidió perdón.
Me miro a los ojos, me agarró con menos fuerza y espero mi respuesta. Mi maleta estaba a un lado, toda tirada y deshecha.
Jorge me la había arrebatado y la había deshecho cuando le dije que me iba de su vida.- <<Tu no te vas de aquí porque eres mía>> Fueron las palabras que usó antes de ponerse como loco a gritar y lanzar cosas contra la pared y yo
El reloj marcó las 12:00 de la noche, mire el árbol de navidad del fondo, adornado con esferas rojas, luces de colores y regalos abajo, la mesa del centro aún lucia con la comida favorita de Jorge, y a pesar de que a nuestro alrededor estaba hecho un desastre, de ese lado parecía que aún estaba por llegar la pareja que una vez fuimos.
Entonces mire a Jorge, el hizo lo mismo, esperando que fuese yo quién hablara, lo abrace, lo bese y le dije
-Feliz navidad Jorge.
Sonrió un poco, con esa sonrisa que me derrite y aún con los ojos llorosos y sosteniéndome entre sus brazos respondió.- Feliz navidad mi amor
FIN
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No podía faltar un capítulo para alegrar a estas pequeñas lectoras
Les deseo una Feliz navidad.
Posdata: Lamento que las historias sean tan dramáticas XD
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One Shots -Jortini
RomansaUn poco de fantasía y toques de imaginación no hacen daño, en cambio inspiran sueños que no podrían ocurrir en el mundo real . Te presento el drama, la pasión y romances intensos Historias que te dejaran con ganas de tener un Jorge Blanco a tu lado...