Prólogo.

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❛  DEATHLESS

Año 2317.

Deceso.

El mundo cambió cuando el hombre llegó a él, y volvió a cambiar, cuando la maldición que traía consigo se extendió.

Durante siglos, la civilización humana surgió lentamente de las cenizas y se incorporó a la tierra, convirtiéndose así en la única especie pensante e inteligente que habitaba en aquellas tierras áridas. A pesar de su basto conocimiento y pensamiento claro, los humanos se transformaron con el pasar de los años en una especie peligrosa, sin miedo a arruinar cada cosa que se atravesaba a su paso, incluyendo la tierra, el lugar que los había acogido desde su nacimiento.

Las catástrofes ambientales del siglo XXI, combinadas con la soberbia de sus dominantes convirtió a aquel planeta en una bomba de tiempo, cosa que para sus habitantes, aún era desconocida.

En el año 2019, durante una excavación a gran escala en el interior latente del planeta, fue descubierto un elemento que hasta aquel día, había estado fuera del alcance de cualquiera: el químico milagroso nombrado como LG114, con una capacidad sorprendente y límite de poder desconocido.

Los mayores científicos y sabios de aquel tiempo investigaron y alteraron a LG114 junto con otros químicos parecidos, consiguiendo el mayor avance experimental y 'milagroso' –como lo llamaron algunos– de todos los tiempos: la fórmula Eón, conocida por algunos, como el único método para conseguir la vida eterna, la inmortalidad.

Se notó, después de muchos estudios a fondo, que el LG114 alteraba las células humanas, acabando con su envejecimiento. Lo demás químicos en conjunto con LG114, hacían que las células detuvieran en definitiva su reloj biológico, mientras que al mismo tiempo los órganos se preservaban, produciendo la salud perfecta y duradera. Cualquiera que ingierese una mínima cantidad de Eón podría conservar su vida intacta, al igual que la edad en la que la fórmula fuese tomada. Era un milagro, y una alegría para quienes la conocían.

Después del descubrimiento y creación de Eón, las distintas potencias que dirigían la sociedad decidieron guardarse el secreto de que aquella fórmula existía. El gobierno de Estados Unidos, siendo el mandatario mayor, creó un programa llamado 'Take strength', el cual consistía en dar de baja a cualquier persona que decidiese revelar a la población mundial la existencia de Eón; este acto era considerado una herejía, y la consecuencia era la muerte. Muchas personas quisieron revelar al mundo la verdad, pero fue imposible. El gobierno sabía mover bien sus cartas.

Debido a esto, hubo guerras secretas entre las distintas potencias. La mayoría reclamaba el poder absoluto de Eón, pero ninguno estaba dispuesto a dar el brazo a torcer. La Tercera Guerra Mundial –y la última– fue declarada el 21 de Agosto de 2019, el día en que el mundo cambiaría, para siempre.

Estados Unidos, junto con Asia y demás continentes soltaron bombas nucleares en todas direcciones. La gente no comprendía el motivo real de la confrontación, así que solo argumentaban que se trataba de diferencias que venían desde hacia tiempo.

Lo único que desconocían, es que un nuevo contrincante haría parte de la lucha.

Las bombas y distintas armas nucleares que azotaron el mundo causaron el cataclismo final. El holocausto nuclear dio baja a la vida que conocíamos.

Las comunicaciones, el internet, y los suministros de corriente eléctrica y de combustible quedaron totalmente inservibles.

Los distintos proyectiles nucleares teledirigidos desde bases terrestres y submarinas lograron destruir las principales ciudades en minutos.

La radiación emitida por las explosiones fue inmediatamente absorbida por la atmósfera y transportada por los vientos, dañando severamente a más personas, animales y vegetales.

Los sobrevivientes pertenecientes a las sociedades gubernamentales principales usaron uno de muchos hacés que tenían bajo sus mangas. En el año 2016 le fue revelado al mundo que el planeta Marte podría ser habitable, ya que contaba con agua y climas casi igualitarios a los de la tierra. Lo único que no había sido revelado es que muchos más planetas habían sido explorados y o aclimatados, lo que significaba una nueva vida fuera de este planeta destrozado, pero solo para la comunidad de 'elite'. Las personas corrientes y sin suficientes suministros para costear un boleto fuera de la tierra tendrían que vivir en ella.

Años después del gran holocausto, el pandemónium se vivió en lo que quedaba de la tierra. Las personas, a través de la bruma que quedaba de la guerra, observaron como naves especiales completamente inusuales y casi irreales, fabricadas por sus antiguos dominantes, atravesaban el cielo, yendo a parar a colonias espaciales prefabricadas, lejos del infierno que ahora era aquel lugar. Las personas restantes saborearon la traición, y tuvieron que quedarse sin tener mayor opción. Muchos murieron de enfermedades nuevas que se produjeron por los gases tóxicos nucleares, y los demás, fallecieron lentamente ante la necesidad de comida y agua, además del oxígeno.

Tuvo que pasar mucho tiempo para que los pocos sobrevivientes se trasladasen a una pequeña colonia en el norte de Asia, la cual había estado intacta ante los estragos de la guerra. Con el pasar del tiempo, las personas reinventaron la tecnología, haciéndola aún más sencilla y costosa; nuevamente, las personas crearon máquinas aún más avanzadas que las anteriores. La vida era sostenible otra vez, e incluso más que antes. Pero la vida del planeta estaba desecha, y eso ya nadie lo podría reparar. Nada era lo mismo.

Aún así, violentos cambios de clima y poderosos terremotos, junto con lloviznas interminables y una bruma eterna eran el pan de cada día de aquella nueva civilización creciente, y mucho más inteligente.

En 2147, uno de los científicos que había colaborado con la creación de Eón –quien también había ingerido la fórmula– reveló que la conservaba consigo mismo, ya que en medio de la guerra y el plan de huida, las personas que huyeron olvidaron por completo su existencia. La habían consumido, no la necesitarían más.

Gracias al rencor que conservaba por no ser reconocido como inventor y haber permanecido en la tierra sin poder escapar, el científico compartió a Eón con cada persona presente en la sociedad. La fórmula se reinventó, y después de muchas luchas, finalmente estuvo al alcance de todos.

Parecía como si todo se hubiese restaurado para la humanidad, pero aún, para mí, no era suficiente... Quería más.

Una eternidad sin propósito es solo un desperdicio, por lo cual emprenderé un viaje para descubrir todo aquello que sigue ajeno a nuestros ojos.

Soy Eva Hard, y esta es mi historia.

Deathless. •Bill Skarsgård•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora