Sonrisas Perdidas [Tododeku]

Impotencia (II)

Seguramente os estaréis preguntando por qué Todoroki no había ido a la quedada con Midoriya... pues verás... Todo tiene una explicación.

Era la noche del mismo día en el que Shoto volvió a casa después de quedar con Izuku.

Se quedó en su habitación después de bajar a comer la comida que le había preparado su hermana. Seguía confundido con sus sentimientos.

Estaba estirado en su futón dando vueltas sin parar, no conseguía dormir. Imágenes del peliverde no dejaba de aparecer en su cabeza. Cogió el cojin y se lo puso en la cabeza como forma de hacer parar esos pensamientos.

Tiró el cojin y la manta de una patada quedandose estirado sólo en el futon.  Gritó para sus adentros.

Estiró sus brazos para ver el lazo verde, y se calmó, ese lazo de verdad le daba tranquilidad.

Cerró los ojos para pensar más calmadamente. ¿Por qué se sentía así? ¿Se estaba volviendo loco?

"No, eso no podía ser" -Se dijo para si mismo.

¿Entonces? No hubo respuesta.

Hizo una mueca de enfado, no podía conseguir respuesta y eso lo fastidiaba.

Abrió los ojos, y dirigió su vista a una pequeña foto enmarcada de una bella mujer de cabellos blancos que lo tenía puesto cuidadosamente encima de su escritorio.

"Ojalá pudieras estar aquí para ayudarme, mamá..."

Aunque Shoto sabía que su madre no le quería, él seguía amandola, todo era culpa de su padre, él era el único causante de todo este desastre. Todo lo que sufrió era por su culpa, no le quería ver ni en pintura.

Pero lo que realmente quería era ser querido, alguien que le diera un poco de cariño. Solo pedía eso.

Extrañamente eso le recordó el peliverde, quería estar a su lado. Ese peculiar chico le hacía romper sus esquemas. Podía ser él mismo cuando estaba con él y también se sentía querido a su lado.

Todas las cosas insignificantes se hacían interesantes cuando está con él. Qué extraño... eso le recordaba algo que le dijo su hermana.

"A veces no nos damos cuenta de cuando estamos enamorados, es cuando empiezas a gustarte cada parte de esa persona y al estar juntos, hasta las cosas más insignificantes se vuelven especial."

Se levantó inmediatamente de su cama, era posible que estaba... ¿Enamorado?

Puso su mano en el pecho y notó que estaba latiendo a una gran velocidad.

Ésto era nuevo para el bicolor que estuvo un rato quieto sentado en su futón, pensando.

Ahora todo le cuadraba, el por qué de querer verle cada día, de cómo se ponía contento cuando estaba a su lado, de cómo soñaba a veces con él.

Estaba feliz de haber resuelto lo que le estaba molestando cada día desde que conoció el peliverde. Se había quitado un gran peso de encima, pero el problema es... ¿Cómo reaccionaria Izuku si le confesara? ¿Sentiría lo mismo? ¿O puede que le rechazara? O peor aún, que se asustara por ser un chico.

Shoto se estaba haciendo un lío en su cabeza, pero seguía igual por fuera, con su expresión monótona pero con un cierto toque de sonrojo en sus mejillas.

Llegó la conclusión de que se lo preguntaría mañana.

Pero ese día nunca llegará.