en un mal momento

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... de repente sentí un dolor agonizante en la parte baja de mi estómago y solo pensaba que era la hora de tener a mi hijo , y que lo tendría en un refugio subterráneo en las peores condiciones sin equipo para tenerlo y peor aún el huracán que se acercaba llegaría a nosotros en 3,2,1 booommm.
Un gran estruendo, sentimos que algo se movió y aunque pusimos mucha protección la primera puerta se empezó a levantar y poco a poco salió volando, la segunda logro resistir un poco más de 20 minutos y entre más rápido el tiempo pasara más avanzaba sobre nosotros el huracán, si que iniciamos el plan b, que era adentrarnos más en la tierra ya que habíamos hecho un túnel de 45 metros de profundidad, así que seguimos caminando hasta que llegamos a la puerta más reforzada que teníamos y era una puerta forzada de bronce, hierro y cemento, si está puerta se llegaba a mover todos Moriamos , después de 8 minutos la tercera puerta se despedazó por completo, solo teníamos como protección las astillas y la puerta forzada.

Cada vez mi dolor se hacía más intenso y no pude seguir ocultándole el dolor a Juan Esteban y le dije que nuestro hijo estaba por nacer, así que entró en pánico , solo pensé que la única persona que podría ayudarme sería la madre de Diego que era la única que podía entender de partos así que armamos una de las camas y me dijo que me relajara que por más ganas que tuviera de pujar que no lo hiciera, que aguantará el dolor y que después veríamos que haríamos.

Y entonces, sucedió, la primera capa de bronce se empezó a destruir y después la de hierro término con grietas, hasta que se derrumbó por completo y cuando veíamos que nuestro fin llegaba, el huracán por fin había pasado y entonces Juan Esteban, me cargó en sus brazos y salimos del túnel hacia el hospital, y asi termino mi gran pesadilla, mi otra hija nació a termino y lo llamamos Daniel, ciertas partes de nuestra casa aguanto el huracán pero el 65% quedó destruido, pero lo único que en realidad importaba era que estábamos juntos, sanos y salvos.

Nos demoramos 5 meses en reconstruir toda nuestra casa y admito que quedó mejor de lo que esperábamos, y ese día del huracán aprendí una gran lección y era que debemos valorar siempre todo lo que tenemos, porque no se sabe que cualquier día podemos perder más de lo que sabíamos que teníamos, ese día casi pierdo mi vida, la de mi familia y la de mi hijo, perdí casi todas mis pertenencias y todo fue como si hubiera empezado desde cero.

La vida es algo muy valioso y más aún cuando se trata de la vida de las personas que amamos, a veces no sabemos valorar el amor de nuestros padres, hijos... O familiares " hasta que llega la muerte y nos desvanece toda probabilidad de vida y nos roba lo más primordial de nosotros"

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