Capitulo 5

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Jungkook

Salí de la oficina sonriente, estaba seguro de que atraparía a Kim Taehyung sea como sea. Durante el trayecto a mi casa no podía evitar sonreír, me estaba imaginando posando para la nueva foto en el cuadro del empleado del mes después de haber puesto entre rejas al criminal más buscado de Corea.

Caminaba con los brazos cruzados tras mi cabeza y tarareaba una canción sin sentido. Tardé unos minutos en llegar a mi casa pero antes de abrir la puerta, mi vecina apareció por allí. Maldije en mi cabeza cuando vi que se acercó a mi.

–Hola Jungkook. –Sonrió y comenzó a jugar con su pelo.

Desde que me mudé aquí cada vez que me veía intentaba camelarme para que quedara con ella o fuese a su casa y, obviamente, yo siempre la rechazaba.

–Hola... ¿Suni? –Dudé sobre su nombre, alguna vez lo había oído pero no hice mucho caso.

–Es SunHee. –Volvió a sonreír aunque esta vez, falsamente. Era obvio que estaba molesta por no saber su nombre.

–Ah si. –Devolví la sonrisa incómodo y busqué las llaves de casa por los bolsillos del pantalón.

–¿Buscas esto? –Alzó el brazo con mis llaves en la mano y la movió provocando que las llaves sonasen.

–Dámelas. –Intenté quitarselas pero apartó la mano y negó con la cabeza –No tengo tiempo para estas cosas. –Rodé los ojos.

–¿Sabías que el traje de policía te queda muy bien? –Dio dos pasos hacia mi y acarició mi pelo.

Sonreí de lado y posé mis manos sobre su cintura. Acerqué mi rostro a su oído.

–Sin el traje estoy mucho mejor. –Susurré sin borrar la sonrisa.

Reí cuando sus piernas comenzaron a temblar ligeramente y quité mis llaves de sus manos. Me aparté de ella y abrí la puerta de mi casa para seguidamente entrar. A través de la puerta oí gritar a Sunhee.

–¡Eres un amargado! –Escuché que sus tacones se alejaban de la puerta y suspiré cansado.

Eso hará que me ignore unos cuantos dias, pensé y sonreí internamente. Fui hacia mi habitación y me quité el traje para tumbarme en la cama. Me tapé con las mantas y tardé unos pocos minutos en quedarme dormido.

Por la mañana me desperté y me levanté de la cama de un brinco después de haber visto la hora que era. Llegaba casi dos horas tarde a trabajar.

–Mierda... –Maldije en voz baja mientras me ponía el uniforme a toda prisa.

Al entrar en la cocina, coloqué el último botón de la camisa y me dirigí a la cafetera para hacer un café con rapidez. Pero la mañana no podría ir peor, pues mi cafetera se había roto y no podía tomar mi café mañanero.

Solté un bufido y salí de casa a paso rápido. Comencé a caminar hacia la oficina y no podía evitar imaginarme la cara del jefe debido a mi retraso.

Cuando llegué a la oficina, observé tras el cristal al jefe dando vueltas enfadado mientras Yoongi intentaba calmarle. Llené mi pecho de aire y valor y entré a la oficina con un nudo en mi garganta.

–¡Jeon a mi oficina ahora! –Exclamó el jefe yendo a su oficina para esperarme.

Pasé al lado de Yoongi y me miró preocupado.

–Te la has cargado. –Susurró.

–Dime algo que no sepa. –Puse los ojos en blanco y entré a la oficina del jefe cerrando la puerta detrás de mi.

–¿Sabes la hora que es? –Preguntó intentando no volver a gritar.

–Lo siento mucho jefe, la alarma no sonó y me acabo de levantar. –Intenté explicarme pero él levantó la mano para que dejara de hablar.

–Si hubiese sido otro compañero tuyo no le habría dado tanta importancia pero me extraña que hayas sido tú. Tienes un expediente impecable, aunque últimamente no te comportes como es debido. –Suspiró pensando bien en lo que iba a decir a continuación. –Hoy te quedarás todo el día en la oficina y como me entere de que no me has hecho caso no volverás a entrar aquí.

Me quedé inmóvil y abrí los ojos sorprendido. ¿Estaba insinuando despedirme?

–E-está bien... –Murmuré aún atónito por lo que había dicho e hice una reverencia para seguidamente salir de allí.

Yoongi no tardó en acercarse a mi para saber que había pasado.

–¿Y bien? ¿Qué ha pasado? –Preguntó impaciente.

–Si no hago lo que me pide me despide. –Pasé una mano por mi pelo frustrado y me senté en mi mesa.

–¿¡Que!? Pero si solo has llegado tarde –Movió los brazos indignado.

–Ha sido por más cosas aparte de eso. –Suspiré –Y no me apetece hablar más del tema.

Yoongi asintió con la cabeza comprensivo y se sentó en su mesa.

Mientras organizaba papeles no paraba de bostezar y resoplar cansado. El hecho de no haber tomado café no hacía buen efecto en mi, la próxima vez no saldré de casa sin desayunar, pensé.

Cuando levanté la mirada de la mesa ya era de noche, no me había dado cuenta y el tiempo pasó realmente rápido. De repente, uno de mis compañeros se acercó a mi mesa con prisa.

–¡Jungkook! –Se paró enfrente mio y sonrió. –Acaban de ver a Taehyung en una joyería.

–¿De verdad? –Dije emocionado, a lo que mi compañero asintió. Me levanté de la silla para acercarme a Yoongi. –Nos vamos, tú conduces.

–¿A dónde piensas ir? –Alzó una ceja confundido y se cruzó de brazos.

–Voy a conseguir mi puesto en el cuadro del empleado de este mes. –Sonreí y le cogí de la muñeca para que se levantara de la silla.

–¿Y lo que te dijo el jefe? ¿Se te ha olvidado?

–Estoy seguro de que si arresto a Taehyung se olvidará de todo. –Sonreí satisfecho.

–Está bien, tú ganas. –Rió y salimos de la oficina para subir al coche.

Después de todo puede que no sea un día tan malo.

Mientras Yoongi conducía yo miraba un punto fijo en la carretera, comencé a jugar con mis manos nervioso y no paraba de morder mi labio inferior.

–¿Estás nervioso? –Rió Yoongi.

–No. –Fingí una sonrisa de serenidad algo exagerada para que se diera cuenta de obviamente era sarcasmo.

–Un par de calles más y llegaremos a nuestro destino. –Sonrió.

Cerré los ojos y respire ondo para tranquilizarme. Cuando abrí los ojos ya habíamos llegado y Yoongi se estaba bajando del coche.

Saqué la pistola de su funda, al igual que Yoongi, y le indiqué con la mano que se acercara.

–Yo miraré esta zona, tu vete por allí.–Asintió y comenzó a andar hacia el lado que yo le había indicado.

Mientras que Yoongi iba por fuera de la joyería yo vigilaría la entrada. Apoyé la espalda sobre la pared y giré la cabeza para intentar ver algo de la joyería pero no lo conseguí. Me giré quedando en frente de la puerta y con la pistola agarrada con ambas manos a la altura de mis hombros.

Pero no pude hacer nada, me quedé de piedra. Aunque quisiera no podía moverme.

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Policeman «KookV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora