#8 Caminos Inesperados

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Capítulo 8

Eran tres días que no sabíamos nada de Thiago, soy la única que sabe la verdadera manera de como él se enteró del embarazo de Daniela.

El día que ella lo supo lo de su embarazo, acudió a mí a pedirme ayuda, sin saber que yo mantenía una relación con su hermano. Le dije que iba a ayudarla a contárselo, estábamos seguras que no se lo tomaría bien. Pero lo tomo mucho peor.

Tío Benja y Tía Renata, estaban desesperados, por no saber dónde estaba su primogénito. Y yo trataba de disimular mi angustia, si tan solo pudiéramos comunicarnos con él.

De primera su móvil sonaba y nadie lo cogía, ahora ya estaba fuera incluso del área.

La decepción también podía conmigo, cuando me fui para casa luego de una ducha, me encontraba aun peor. Ya no tenía lágrimas y mi padre que no era tonto se dio cuenta de que algo no andaba bien.

Me vi en la necesidad de contarle que estaba sintiendo cosas por aquel desaparecido. Como era mi padre, me dio su apoyo y que si ese muchacho sentía lo mismo por mi lucháramos por estar juntos.

      - Cuando era un niño, mi padre llevo a su ahijada a nuestra casa. Aquella niña había quedado huérfana de madre siendo una bebé, y ahora lo hacía de padre siendo una niña. Estaba sola en el mundo, y él le juro en su lecho de muerte a su padre que no la abandonaría y así fue.

Era una niña muy hermosa, y yo era pequeño, una tarde luego de ir a montar, mi madre. Tú abuela nos sorprendió besándonos. Fue un beso inocente. Pero mi madre no lo comprendió y evito a toda costa que nos reencontráramos. En las vacaciones me enviaba fuera, mayormente a España, un viaje no volví más. Y no la volví a ver.

Cuando mi padre enfermo, yo volví, y la volví a ver, pero yo ya estaba con tu madre y me hacía feliz, ella estaba con Mariano y luego surgió una hermosa amistad. Pasaron años antes de que la volviera a ver, y ahora nuestras familias pudiesen unirse.

Me quede un momento pensando en la historia de mi padre ¿Qué tiene que ver aquella mujer con nuestra familia? De pronto como si leyese mis pensamientos.

      - Seria muy hermoso que la historia que el destino nos negó a Renata y a mí se diera en ustedes ¿Le quieres? –

      - No estoy segura – conteste sinceramente

      - Lo estas, pero no quieres decirlo. Hija hay muchas cosas que no se de ti, no estuve contigo cuando todo lo de tu matrimonio paso. Quiero decir, en la pedida de mano tampoco. Menos estuve cuando te golpeo la primera vez. Lo hubiera matado por tocar a mi princesa. Pero ahora si estoy para alentarte a que luches por tu amor. Cuando Thiago aparezca, búscalo dile todo lo que sientes y espera que salga el divorcio y sean felices. Desde ya tienes mi bendición –

      - Gracias papá. Te amo – dije secándome las lagrimas

      - Y yo a ti mi vida. Y dile a Thiago que de mi parte que quiero un nieto. Un niño con quien jugar al balón –

No pude evitar sonreír. Si había algo que yo quería y estaba segura era de darle un hijo a Thiago. Tan pronto como fuera posible. Tener una casa llena de niños, de nuestros niños.

Cuando quede nuevamente sola en la habitación volví a tomar mi móvil. Una llamada ya no bastaría, y sabía que aquella voz me diría que Thiago no estaba disponible.

“Te he llamado mucho, porque te extraño. Recuerdas nuestra última

Conversación. Ya está todo claro.”

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