#7 Caminos Inesperados

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Capítulo 7

      - Te pedí, te exigí que no te acercaras a ella y que es lo primero que haces. La traes a esto, dejando fuera a tu novia. Porque yo no me trago que este enferma. Te conozco tanto que se cuándo mientes y ahora lo estás haciendo ¿Por qué? Me gustaría saberlo…

      - Papá no es… -

      - Déjame hablar y esta vez si no lo haces tomare otras medidas. Aléjate de Renata, no la uses y menos a tu hermano para acercarte a ella. ¿Dónde está tu ética? Eres su jodido abogado, no eches las malditas cosas a perder ¡Mierda! Es casada aun, sabes qué pasaría si su marido se entera que se acuesta contigo – asentí – Y si lo sabes por qué mierda no te alejas hasta que ella sea libre otra vez. Eres tan brillante y estúpido a la vez.

      - Lo siento – dije con pesar

      - ¿Lo sientes? - río - No sigas con tus mentiras que no lo sientes, o no de esta manera. Thiago

Todo lo que había tratado de hacer era ayudar y yo pensaba que era para fastidiar, ¡Dios! Había pasado por alto las consecuencias que esto podía traer pero me era imposible alejarla.

***

Hacia un mes que llevaba una doble relación, cada vez era más magnifico estar con Renata, no me aburría de tenerla dentro, ni fuera de mi cama. Aunque nuestra relación solo la sabíamos ella y yo, nuestros encuentros se daban a las afueras de la ciudad, cuidando que nadie fuese siquiera sospechar y el principal problema era Don Benjamín Lackington, quien estaba pendiente a cada uno de nuestros movimientos, luego de la conversación que tuvimos el día del bautizo prometí mantenerla lejos, esa promesa me duro menos de media hora, porque camino a la comida nos pasamos a un hotel y nos hicimos el amor. No estaba siendo de palabra.

Su divorcio se veía cada vez más complicado, Ernesto exigía verla en España ya que ese era el lugar donde todo comenzó, también para ellos.

Yo por mi parte estaba dándole largas al asunto, cada vez que mencionaba ese momento Renata cambiaba el semblante y se tensaba.

Por otra parte estaba Andrea, mi querida novia. No sabía cuántas veces debía decirle que estamos mal que debíamos terminar y seguir nuestros caminos por separado. Simplemente ella montaba un escándalo, llanto, intento de suicido y hasta un retraso que nunca existió.

Estaba completamente fuera de sí, entonces cada vez que le decía debemos hablar, algo pasaba y no hablábamos. Hacía más de un mes que no teníamos sexo, por más que me rogara no podía. Lo intente en un oportunidad pero simplemente el rostro de Renata apareció y no me di cuenta que ese sentimiento era más fuerte.

A pesar que Renata dijo muy claro que solo era sexo, y que tanto yo como ella podíamos seguir con nuestras vidas nos terminamos siendo completamente fiel durante este mes. Y esperaba que siguiera siendo así por mucho más.

El clima había comenzado a cambiar, y se acercaba el día que Dani partía a España a prueba. Mamá andaba insoportable, tanto que le amenace con llevarme a Ian si no cambia su forma de ser. Es que el pequeño no tenía culpa alguna.

Pero hoy nada de eso importaba, era la noche más esperada. Una noche cada mes nos juntábamos con los chicos a beber en algún bar.

Ver a Beto, Nacho, Joe y Mau siempre era bueno y además me recordaba cuando conocí a Renata. Por eso este mes era distinto, porque ya no era un recuerdo lejano, más bien era algo muy cercano.

Pase a buscar a Marcos a la universidad a penas deje unos nuevos documentos en la embajada. Si tan solo Renata me dejara ver esos mail, todo podría cambiar. Por lo menos cada semana la veía llorar por otro mail. Diciendo una y otra vez que no podría ser feliz, que no la dejaría tranquila.

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