Capitulo 01.
‘Te quiero y te extraño’
-¡Te dije que quiero jugo de naranja! No de manzana – exclamó gritando ‘la estrella’ a una mucama, Angie. La chica bajó la mirada arrepentida
-Perdone – logró decir con miedo la muchacha
Él solo la fulminó con la mirada e inmediatamente, ella salió de la habitación con el jugo incorrecto en la mano.
-Disculpe – volvió a susurrar Angie, ya entregándole el vaso de naranja. Nicola la miró cortante y frío, como suele hacer siempre, y luego ella se retiró
Nicola miraba aburrido la televisión. El gran reloj de la pared marcaba las 5.48 p.m. <<Ximena, ¿Dónde mierda te has metido?>> se decía a sí mismo en sus pensamientos, enojado, impaciente.
Sonó su celular, y de mala gana, lo sacó del bolsillo.
-¡Mi amor! – sonó del parlante de su Iphone. Su única ‘felicidad’
-Cariño – dijo él con tono tierno. Su frialdad, había desaparecido. Se levantó del sofá donde estaba sentado y fue al jardín para sentarse en la hamaca paraguaya - ¿Cómo estás, Xime?
Ximena suspiró – Bien y mal – Nicola se preocupó
-¿Qué sucede? – preguntó intrigado y con ‘temor’ a su respuesta
-La película… -esperó unos segundos en silencio, cosa que hacía a Nicola desesperar – tardará más tiempo. Volveré a casa dentro de unos cuantos meses – ella intentaba hacer una voz ‘preocupada’ aunque no lo estaba, pero aún así, Ximena creía perfectamente su pequeño engaño
-¿Cuántos meses, Ximena? –preguntó de mala gana
-Tres, cuatro, cinco meses – dijo dudosa. Él abrió los ojos como platos
-¿Es broma, verdad? – lanzó una carcajada sarcástica
-Quisiera que sí, pero… no – aclaró su garganta –pasarán rápido. Tienes que ocuparte de tus videos, tu CD y tu gira, Nicola – dijo ella, con total tranquilidad
Nicola gruñó. No sabía que decir, porque si lo hacía, le diría algo malo que terminaría empeorando las cosas con el ‘amor de su vida’ – está bien Ximena, te esperaré – intentó sonar normal y tierno. De la morocha se escuchó un leve ‘Oh’ de sorpresa por su reacción
-Bueno mi amor, debo irme – Nicola escuchó que alguien venía detrás de ella, y sin que puede preguntar algo ella volvió a decir – Te quiero y te extraño, bye – le cortó dejándolo con la palabra en la boca. Respiró hondo y miró a las estrellas. Hoy estaba hermosa la noche, pero no tenía sentido si no estaba con ella.
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-No pasa nada mamá – dijo con fastidio
-Hija… es una lastimadura. ¿Qué te hiciste? – preguntó mirando las muñecas de Angie pensando que fue solo un ‘rasguño’ al ser, claramente, una cortada realizada por su propia hija con intenciones.
-¡Te dije que nada Mama! – respondió con total bronca que hizo que a su madre se le humedezcan los ojos.
Iris, la madre de Angie, cansada de sus actitudes y sin el poder de contestarle, salió de la habitación sacando con su pulgar, una lágrima que cayó en su mejilla desprevenidamente.Angie, no hizo nada más que volverse a sentar en su cama, enfrente al televisor sin tomar en cuenta lo que había sucedido. Todo era una rutina.
Aburrida, fue hacía el balcón de su habitación para susurrar y mirar las estrellas:
-Todo sería más fácil, si estuvieras aquí. Conmigo – bajó la mirada y la levantó de inmediato al recordar los cortes, que casi descubre su madre. – Soy una idiota – los tocó sintiendo una ‘cascarita’ de sangre que permitía que no sangraba más. No dolía, pero sí ardía, por lo que cerró fuertemente los ojos y se dio la media vuelta, para caer hacia el piso contra la pared y transformarse en una bolita.
Se sentía sola y por más dura y fría que sea frente a la gente, era una persona débil en su interior, y todo lo debía a su pasado.
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