Capitulo 39
‘Nicola 0,Angie1549845’
/Narra Angie/
-¿Extrañas a tu madre? – preguntó cuando estábamos en la banca de la plaza… también principal de LA. ¿Cómo no extrañarla?
-Sí… pero, como que al tener que hacer tantas cosas te olvidas – levanté los hombros mirándolo fijamente. Sus ojos estaban oscuros hoy – no sé… igual, yo creo que la vida me tiene preparado algo mejor, ¿no? – intenté ser fuerte pero apuesto que en cualquier momento, rompería en llanto.
-Me gusta que pienses así – volvió a hablar. Sonreí fingidamente y bajé la cabeza sintiendo su mirada.
Un silencio abundó el ambiente; no era incómodo porque no lo miraba… me estaba haciendo mal estar con él. Cada vez que lo miro, pierdo cada poca esperanza de estar juntos, porque no tengo nada de que sus anteriores novias no tienen. Lo peor, es que no soy perfecta y nunca lo seré, otra de las razones por la que no me querrá. Yo solo fui la chica, ‘mejor amiga’, la del video y la que era anoréxica y se cortaba. Linda vida… lindo recuerdo le quedará para cuando nos separemos.
-Cocinemos juntos en tu casa – lo miré y sonreí. ¿Qué pasa si no se cocinar?
-Soy un asco en la cocina – hice una mueca. Él rió
-Yo también, pero podemos inventar – dijo. Asentí con la cabeza
-Está bien – me paré y le extendí mi mano, que la tomó segundos después – Hoy, fue el día más normal de todos – comenté comenzando a caminar para el supermercado de la esquina de enfrente
-Me gustaría ser normal… hablo de no ser famoso – comentó ahora él. No creo que sea tan feo, pero si molestoso. De solo imaginar paparazzis por todos lados, flashes, cámaras, premios, dinero me venía un dolor de cabeza infernal
-Odio que me hayas hecho conocida – rodé los ojos, aunque Nicola no me veía porque estaba mirando el camino y por donde caminaba
-Yo odio que no te des cuenta de tantas cosas – susurró queriendo que no escuche, claramente lo hice. Abrí mis ojos lo más grande que pude, sin mirarlo. ¿Qué no sabía?
-¿Dijiste algo? – me hice la tonta. No quería seguir ilusionándome
-Emm… - murmuró – no, solo hablaba para mí – asentí y juntos entramos al supermercado
. . . . . . . . . . . . . . . .
La cocina quedó un desastre gracias a nuestro intento de pizza casera. Todo era blanco y estaba pegoteado por la harina leudante. Tenía el cabello duro e indespegable gracias al huevo que Nicola me tiró en la cabeza con la harina; él, terminó con un tomate en la cabeza más harina más huevo más agua. Nicola 0, Angie 1549845
-¡Esta rico! – exclamó él con una sonrisa en su rostro.
-Demasiado, diría yo – reí – nunca cociné algo más que carne, verduras, sopa y cosas así
-Yo nunca cociné para nadie – reímos. Tomé el vino, y lo volqué en mi vaso para llevarlo a la boca y saborear el sabor de uva negra… totalmente deliciosa. Era menor todavía, pero tenía 17 años y faltaba menos de un mes para mi cumpleaños.
-¿Dormirás aquí? – pregunté. Metió un pedazo de pizza en su boca y yo dejé el vaso
-¿Puedo?
-Claro… solo que no hay otra cama más que la mía, de mi habitación – le dije. Pensé unos segundos que haría… solos, en mi casa, en mi habitación… ¡No! ¡Mente pervertida!
-Angie- me llamó – ya hemos dormidos juntos – hizo una mueca. Sonreí
-Está bien – arreglé mi cabello mojado y seguimos comiendo, mientras mirábamos la televisión.
Nunca en mi vida tomé alcohol más que una pequeña lata de cerveza. Vino nunca, lo peor, es que ambos nunca tomábamos. Yo no estaba tan borracha, él tampoco… pero digamos que no éramos lo suficientes consientes de lo que hacíamos.
Yo, cansada, fui a la habitación y luego de casi caerme en la escalera y ponerme el pijama, me acosté en la cama, que en menos de cinco minutos, me quedé dormida.
/Narrador Omnisciente/
Angie por su lado, dormía, mientras Nicola miraba la televisión. Ninguno de los dos se encontraban en estado “normal” pero aún así, eran consientes.
Nicola, bufó cansado y subió las escaleras, como una hora antes había hecho Angie. Al verla, solo sonrió tiernamente y caminó a la silla del escritorio, para dejar su remera y dormir en solo jean.
Él se acostó a su lado… ella al sentirlo, se giró a él dormida, quedando frente a frente; Nicola, dudando quedó quieto sin saber que hacer… Angie pasó sus manos por los costados, abrazándolo, junto con sus delicadas y sedosas piernas, que enroscaron a Nicola de una manera rara, pero excitante.