Zenko

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Hanae podía soportar que su jefe no asistiera a clases, no le importaba realmente, aunque prácticamente había pensado en eso todo el transcurso de la escuela, pero realmente no le importaba. En lo absoluto. No. Para nada.

Ashiya podría soportar que no le haya contestado cuando le marco, no le importaba que no supiera si estaba enfermo o si aún se sentía mal, o si tenían trabajo aun cuando él dijo: "Mañana tenemos trabajo" a Hanae no le importaba.

Pero le importo cuando lo vio ahí sentado vestido elegantemente con ese kimono, tuvo que rechazar la invitación que ya había aceptado de Saga y Fusshi y cerrar la puerta detrás de él para que nadie entrara al Mononokean, tuvo que reprender la acción de su imprudente jefe.

Para ser sinceros consigo mismo, Hanae hablo sin saber que le había reprochado toda la preocupación que Abeno-San le hizo pasar, y también le devolvió los 1000 yen del almuerzo que le había dado ayer.

Y no fue hasta que Abeno remarco el hecho de que tenían un invitado que fue que se silenció, viendo a ese extraño ser

—Gracias, gracias—el ser hizo una reverencia, y Ashiya hizo lo mismo sin comprender porque las gracias

— ¿A ti?—pregunto confuso

—Mitsuchigura-sama vino hoy en busca de ayuda—anuncio Abeno solo para aclarar las cosas más rápido, pero Ashiya estaba confundido.

— ¿Un demonio/Un humano?—ambos habían preguntado al unísono, señalándose mutuamente

—Él es un demonio. Él es un humano—respondió Abeno con cara cansada

— ¿¡Eh!? ¿¡Todos los clientes del mononokean son demonios!? ¡Pensé que este lugar exorcizaba humanos poseídos como yo! Hola—.

Lo último fue para la Mononokean, quien le había saludado y él era educado.

Abeno le callo y le hizo entrega de un libro infantil "El perro de Flanders" después de unos segundos comenzó a sollozar

— ¡Nello...!—

Abeno parecía estar un tanto molesto y escéptico por su reacción al tan solo haber leído las primeras páginas ¡Pero él no tenía la culpa! Cuando pensaba en la escena final era...

...lloro un poco más, no podía con ese final.

—Sí que eres un bebe llorón—

Había resultado el hombre perfecto para el trabajo, pero tuvo que gritar por una respuesta, porque nadie le decía nada

Su nombre era Mitsuchigura, un demonio que ya había sido exorcizado con anterioridad y que al parecer había perdido una de sus máscaras que le permitían expresar sus sentimientos, Hanae agradeció que no haya perdido la de enojo.

Había encontrado fascinante el cambio de humor del demonio con tan solo ponerse las máscaras, tan asombroso que pidió que lo hiciera de nuevo.

Abeno le reprendió por ello disimuladamente

Ashiya seguía sin comprender porque exactamente lo querían, pero solo le dijeron el lugar donde la máscara de la risa se encontraba, en el templo Seiryuji, un tiempito después le dijeron que la única forma de retirar la máscara, si es que se había adherido a un humano, era mostrando un rostro lloroso

Ashiya creyó que si el demonio fuera personalmente con la mascara del llano sería más fácil, pero este dijo que no era tan fácil viajar entre el inframundo y el mundo mundano.

Después de ser chantajeado y amenazado por el demonio decidió hacer el pedido de Abeno, y no solo traería la máscara de vuelta, también llevaría consigo el gong de madera del templo

Matrimonio [Abeashi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora