Kiyakudo

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Los días que tenía que esperar fueron horribles, desde que Abeno se durmiera antes de que el pudiera hacer algo y que Abeno-san se fuera antes de que se diera cuenta había hecho que no se hablaran en esos días de clases fue una tortura para Hanae, y no era que su presencia fuera importante, sino que no tenía con quien hablar, aparte del muy amable Fusshi y el normal Saga. Y sin contar que no pudo preguntarle nada sobre el inframundo.

Como sea, no extraño a Abeno.

Lo peor fue el sábado, quedaron a las doce en la azotea de la escuela, pero Hanae llego media hora antes, no todo fue malo, pues se encontró con Fusshi y descubrió que era del club de fotografía

También descubrió que le apodaron "Hanae-chan de la enfermería" era un apodo corto de inspiración ¿No?

Cuando llego a la azotea jamás pensó encontrarse al rubio durmiendo en una pose bastante incomoda, pero Abeno-San tenia habilidad para dormir como sea ¿No?

Abeno usaba su característico kimono cuando iba al inframundo, y le obligo a llevar un atuendo de chica ¿Por qué solo tenía ropa de mujer? ¿Vive con puras mujeres?

—Mientras uses eso, sabrán que trabajas para mí. Si no quieres ser poseído, usa eso—.

—Preferiría ser poseído—

—Úsalo—

Después de que se lo puso por temor a su vida le dio una hoja que contenía las reglas que debía seguir al pie de la letra, demostrando lo preocupado que estaba la mononokean

La mirada profunda que le dedicaba Abeno-san le puso nervioso

— ¿Qué? ¡Sera mejor que no me digas que me veo como un rarito después de que me obligaras a usar esto! ¡Y estaré aún más molesto si dices que me queda bien!—

—Normal—

— ¿No-normal?—no sabía cómo responder eso, ni siquiera sabía si era bueno o malo ¿Se veía normal con ropa de chica?

—Maestro Mononokean Abeno Haruitsuki, solicitando un portal al inframundo—

Las palabras de rubio le trajeron a la realidad, viendo asombrado como las puertas hacían acto de presencia, esa era la cuarta vez que lo veía, pero siempre era asombroso.

...

El inframundo era oscuro, y cuando menos se dio cuenta comenzó a preocuparse por Peludito y el jefe chillón, sin darse cuenta comenzó a enfermare pero no le dijo nada a Abeno, aunque este se dio cuenta pero supo tirarlo de loco.

Cuando al fin salió de la cueva descubrió el verdadero inframundo, tan colorido y lleno de seres de diferentes formas y tamaños, realmente estaba maravillado con ese mundo

—Pensé que sería más aterrador. Pero es sorprendentemente brillante, se parece mucho a nuestro mundo—opino al ver a dos demonios, uno con apariencia de...no sabía lo que eran pero eran un poco adorables—No se parece en nada a ese túnel negro del que salimos, y ya supere mi enfermedad del inframundo—lo último lo dijo pensando seriamente en lo enfermo que se había sentido minutos atrás mientras cruzaban la cueva

—Una vez que dejas el túnel ya no te sentirás enfermo—hablo Abeno mirándole de reojo, pues se encontraba un poco más adelante— ¡Hey! ¡Entonces si estabas enfermo!— Ashiya maldijo en alto pues había olvidado que esa información era clasificada para su jefe.

Llegaron al Kiyakudo, donde Abeno compraba el medicamento que necesitaba, la entrada tenía dos telas colgando con un dibujo de una tortuga marina, un fuerte chirrido se escuchaba ni bien entraron

Matrimonio [Abeashi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora