Odette despertó, observó a su alrededor y vio las puertas de una gran ciudad construida la mayor parte encima del agua, el olor a mar abrumaba a Odette, no podía creer lo que veía , un especie de templete coronaba la entrada a la gran ciudad, habían grandes estatuas de ángeles, barcos por todas partes, al fondo podía ver como un gran ciudad se alzaba. Odette , no sabia como entrar a la gran ciudad pues a pie era imposible, ella se encontraba en un pequeño bosque, la entrada a la ciudad tendría que hacerla en barco o algún tipo de barca pero no veía nada parecido, no sabia tampoco como la recibirían ni quien vivía en este mundo y tampoco sabia como salir de allí, empezó a andar por el bosque buscando alguna salida.
Llevaba horas caminando, cuando oyó unas voces, ladridos de perros furiosos, comenzó a correr , los perros se oían cada vez mas cerca, voces de hombres gritando a Odette le dio pánico, al pasar por unos matorrales de pinchos su vestido quedo enganchado, intentando arrancarlo de los pinchos un perro grande y furioso se había puesto en su camino. Unos hombres altos, fuertes, la mayoría con barba, solo con pantalones de cuero y unas capas rojas por encima de los hombros, escudos de metal con espadas y hachas, Odette habría dicho que eran vikingos , pero como si esos tiempos pasaron hace millones de años...pero estaba claro que este Mundo la iba a sorprender demasiado.
La apresaron le pusieron unos grilletes a pies y manos y la levantaron del suelo, se resistió como pudo.
- ¡Dejadme en paz, por favor...soltadme! - grito desesperada
- Cállate! intrusa, por ti me daran 100 monedas de Oro al menos y si no...este cuerpo y cara tan preciosa no se puede dejar pasar- Le dijo el más viejo de todos, riendose a carcajadas, era moreno con el pelo largo, barba bastante larga, pero a pesar de que estaba entrado en años sus músculos no era menos que los demás, todos los demás rieron, mirándola con lujuria, Odette por un momento se sintió desnuda por sus miradas.
Después de 5 horas caminando, Odette estaba muy cansada, tenía hambre y sed, solo llevaba una sola cerveza en el cuerpo, no le había dado tiempo de disfrutar de la cena en la hoguera, maldecía su suerte y su curiosidad, cayó de rodillas, la cabeza le daba vueltas.
El chico más joven de los apresores la miró fijamente y después habló al grupo.
-Creo que deberíamos parar a descansar un poco, además , ya es de noche, comed algo y descansar, antes de que se divise el sol seguiremos el camino.- Todos los demás le hicieron caso sin rechistar, se pusieron de inmediato a levantar un pequeño campamento, con fuego, un poco de comida, Odette moría por algo de comer.
Se apoyó en un árbol no muy lejos del fuego para descansar algo, si dormía un poco olvidaría por un rato el hambre, vio como el chico más Joven cogía algo de fruta y se acercaba a ella, se agacho delante de ella, Odette instintivamente se pegó al árbol todo lo que pudo, no se fiaba, ya le habían dejado claras sus intenciones.
-Toma come, sino no aguantaras mucho tiempo consciente - Odette lo miró fijamente a los grandes ojos, eran de un intenso azul grisáceo, el pelo largo castaño le sobrepasaba de los hombros, ese hombre era realmente hermoso, se fió de él un poco solo por el hambre que tenía y cogió la fruta, empezó a devorarla con todo el hambre del mundo, el chico le dio agua mientras la observaba.
-¿Cómo te llamas? - pregunto el chico sin dejar de mirarla. - Odette -contestó con un hilo de voz mientras se terminaba la fruta. - Un nombre muy bonito ¿Que estás haciendo por estos bosques? ¿De donde vienes? - le pregunto sentándose a su lado, extrañado por los ropajes tan inusuales, solo los había visto una vez y si esa niña provenía de ese lugar su futuro sería incierto, en un segundo recordó lo que le dijo la bruja hace algún tiempo.- Me he...perdido, no se donde estoy, solo cruce el camino y aparecí aquí.- Odette dijo con lágrimas en los ojos.
El chico le acarició el rostro y se lo intentó levantar un poco más para verla mejor, hacía mucho que no tenía tan cerca a una mujer tan bella pero ella desconfiada se apartó un poco de su lado, su pelo largo rojizo le llamaba mucho la atención, intento de nuevo acariciarle el rostro para calmarla un poco y esta vez Odette se dejó, acarició el rostro lo más suave que pudo para intentar calmarla,esta pequeña mujer lo ponía nervioso. Odette se calmó un poco por su roce pero a la vez la ponía nerviosa.
-¿Como es tu nombre?- Odette preguntó limpiándose las lágrimas que ahora habían caído de sus ojos y relajándose ahora en el tronco del árbol. -Hunter, es mi nombre...pero háblame del camino que cruzaste, quizá te pueda ayudar a volver. - Hunter estaba confuso, sabia que camino era... ya había aparecido una mujer por ese camino y no pudo volver, este bosque no tenía mucha dimensión y el final de bosque era una gran muralla de metros y metros de altura. -Era...estaba.. en una cascada al lado de las minas, tire una piedra y rebotó en la pared, se empezó a ver una luz dentro de la cueva, por la curiosidad seguí el camino de pronto las luces me cegaron, me desmaye y aparecí aquí....ya no se nada mas. - dijo encogiéndose de hombros.
Hunter la escuchó con atención, sabía de qué camino hablaba, pues en estas fortalezas la magia reinaba, pero no podía explicar cómo el sendero de luz se había manifestado después de veintiocho años, era un peligro y a la vez un misterio, tenía que averiguar qué estaba pasando. Durmieron un rato y antes del amanecer volvieron a coger rumbo al Templo, Debía informar de todo, la chica valdria mucho mas que 100 monedas de Oro.

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El Sendero.
FantasyLa vida de Odette no le habia resultado facil junto a su padre, tras el abandono de su madre a los dos. Odette trabajaba en una ferreteria, la ferreteria de los Sulivan un matrimonio mayor que la acogio como si fuera su nieta. Su padre policia de su...