Capitulo XXX

1.4K 113 1
                                    

Hoy era el día de la obra. 
   
Y estaba tan jodidamente nerviosa que no podía lograr de despejarlo de mi mente. Por esa razón me había mantenido ocupada todo el día, haciendo cosas como ayudando a los maestros y así. Se nota que no tenía nada en que ocupar mi mente, porque a los que participaban en la obra les habían dado el día libre y solo habíamos ido a la escuela para ensayar. Cuando mi lista quedó vacía, no tuve otra opción que arreglar mi taquilla y vaciarla de una vez por todas. 
   
Tenía cosas ahí dentro que no sabía que aun guardaba, hasta encontré el suéter que juré que había perdido. Alizzon  se pondría muy feliz cuando le diga que encontré su sujetador de cabello aquí dentro. 
   
Solo quedaban pocos libros dentro de este, ya que solo estábamos viniendo a dar exámenes estos últimos días. 
   
No faltaba nada para la graduación, y bueno eso no ayudaba a que dejara de estar nerviosa realmente. 
   
Cerré la puerta de mi taquilla, y al voltearme encontré a Ariana. Sus brazos estaban cruzados por encima de su pecho y tenía esa sonrisa arrogante en sus labios, que siempre me hacían querer ahorcarla. 
   
No iba a discutir con ella, no hoy. Como si pelear con ella fuera lo que me faltaba. Solté un suspiro y levanté mi bolso del suelo para irme al auditorio para darle la última revisada al baile. 
   
Espera—gritó, haciéndome detener. 
   
Volteé pesadamente.
   
¿Qué?—pregunté.
   
¿No quieres ninguna explicación?—preguntó—Puedo dártela si quieres
   
No sabía a qué se refería, pero tampoco es que estuviera emocionada por saberlo. Viré mis ojos y crucé mis brazos.
   
No quiero nada de ti, Ariana. Adiós.
   
Me giré pero ella extendió su brazo, haciendo que me detenga.
   
¿Qué demonios quieres de mí? Porque tú no diciéndome puta o cosas por el estilo simplemente es algo muy raro. —aclaré.
   
Levanté la mirada, y vi lo más raro en todo el mundo.
   
Una lágrima había caído por su mejilla. 
   
Fruncí el ceño, con la confusión torturándome. Lo que menos me esperaba era ver a Ariana llorando. Ella es la clase de personas que son como el hielo, nunca lloran, no sienten y nada les duele. Es una arpía tan fría. 
   
No quería que esa escena me ablandara. Porque ella había hecho cosas horribles, como mostrarle a toda la escuela la carta de mi madre. Y verla llorar, solo…Me quería dar vuelta y olvidar que había visto esa lagrima caer. 
   
Pero no. Borré mi orgullo y me acerqué a ella suavemente.
   
¿Estas bien?—pregunté, hablando despacio.
   
Ella automáticamente quitó mi mano de su hombro bruscamente, dándome completamente la espalda y cubriéndose el rostro totalmente.
   
Esta era mi oportunidad para huir. Para hacer como si ella no estuviera mal y solo largarme, porque ya había intentado ayudarla.
   
Pero otra vez no. 
   
¿Puedo ayudarte en algo?—le ofrecí.
   
Como si realmente te importara, ve, cuéntale a todos que la puta de la escuela está llorando. Grábame, así se los puedes mostrar a todos y que todos se rían de esto por semanas. Hazlo de una vez. —gritó, al borde del llanto.
   
Yo no soy así. —le dije, sentándome en el suelo apoyándome de mi casillero. —A pesar de que tú hayas hecho eso conmigo, yo no lo haría.
   
Y ese es el maldito problema—gritó, se dio vuelta. Sus ojos estaban negros por culpa del rímel y delineador corrido. —Tú no eres como yo, tú eres señorita perfecta. Eres el tipo de chica que toda madre le gustaría que su hijo lleve a casa para presentarla. Linda, buena, alegre, divertida. ¿Y que soy yo? La puta, la tachada, la que se mete con todos. 
   
Lo dices como si fuera culpa de los demás todo lo que haces—comenté.
   
Tienes razón, no lo es. Pero tampoco es mía. Yo no tengo padre. Se divorciaron cuando era pequeña, y mi madre solo se casó con él por su dinero. Él ni siquiera se preocupa por mí. Manda el dinero que mi madre le pide, bueno…su abogado lo hace. Porque no he hablado con él en años. Y mi madre…ella solo me da una tarjeta para que pueda vivir. Hace sus estúpidas reuniones familiares, y a veces se olvida de invitarme. Porque la avergüenzo. —lloró. —Lo sé, porque una vez me negó con una de sus amigas. Dijo que era adoptada.
   
Yo no tuve una vida mejor, Ariana. Mi “padre” golpeaba a mi madre y a mí, gastaba todo nuestro dinero en alcohol y drogas. No era nada mejor que el tuyo.
   
Eso es a lo que me refiero, ¿es que no lo entiendes? Tú pudiste salir. Yo no. Yo solo…pensé…yo solo quería que me quieran. Quería saber cómo se sentía. Pero solo me veían como chica de una noche. No querían nada más conmigo. Y tú…te veo con Joel todo el tiempo. Y te envidió. Realmente lo hago. —Pasó sus manos por sus ojos haciendo que el maquillaje se corriera aún más—Porque él te ama, de verdad lo hace. Tú no eres lo que yo soy. Tú saliste de esto de la mejor manera…
   
Porque nunca estuve sola. Joel siempre estuvo conmigo—dije.
   
¿Y yo a quien tuve? Jeremy  estaba en el extranjero y a Richard, solo me busca cuando tengo algo que darle. Dios, hasta me he acostado con mi hermanastro. Realmente soy una puta. —golpeó su cabeza contra el armario metálico verde.
   
Wuow.
   
Realmente no tenía ninguna palabra que decir. 
   
Tenía a Ariana  enfrente de mí llorando, y contándome su historia. Esto es realmente algo que nunca pensé que pasaría. No sabía que pasar, porque ir a abrazarla no sería lo más sincero que podría hacer. Sería algo muy extraño e incómodo.
   
Solo quiero empezar de nuevo. Maldita sea si no quiero eso. —se lamentó, sin dejar de llorar.
   
Todos merecemos una segunda oportunidad. La universidad parece tu segunda oportunidad. Puedes empezar de nuevo. Empezando por dejar de quitarle los novios a las chicas, eso es algo realmente feo, Ariana.
   
Lo es—afirmó. 
   
Zabdiel apareció en el pasillo, cuando nos vio frunció el ceño, extrañado. Ariana  automáticamente cubrió su rostro, deseando que no la vean llorar. 
   
Eh…quieren que vayamos a…ensayar—me dijo Zabdiel. 
   
Ya voy—le respondí. —Gracias.
   
Zabdiel asintió con la cabeza y se fue hacia el lado derecho del pasillo. Me levanté del suelo y me quité el polvo de mi pantalón jean. Comencé a seguir a Zabdiel, cuando la voz de Ariana  me hizo detenerme.
   
Sé que esto no significa que vamos a ser las mejores amigas del mundo, pero…gracias por escucharme, _________. Y lo siento. Realmente lo hago. Por todo lo que te he hecho.
   
Cuando pensé que el día no podía ser más extraño, Ariana  disculpándose conmigo rompió todas las expectativas del mundo. 
   








~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Hola ❤✌
No olviden dejar su "🌟"
Besos 💋💋💋
Qué les parece este capítulo dejan su comentario ✏📝 en el 📬

promesas de amor  [{Joel y tu} segunda tem. RDM<ADAPTADA >]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora