La semana había sido muy rara en general.
Considerando que esta era la última semana de Alizzon aquí, antes de que empezara toda la mudanza. Pero ella me había ignorado, y realmente creo que me ha estado evitando.
Zabdiel había regresado la noche anterior a Inglaterra, me llamó antes de subir al avión para decírmelo.
Mañana era mi cumpleaños, y en realidad no estaba muy emocionada por eso. Nunca había estado emocionada por mi cumpleaños, Probablemente porque los primeros cumpleaños que tuve fueron una completa mierda, como Phil llegando a la casa y tirando la tarta que mamá había preparado diciendo que eso era pura basura. A veces deseaba que ese día nunca llegara.
Sentí cuando Joel entró al departamento, pero inmediatamente se encerró en su habitación. Realmente esperaba que no esté haciendo una fiesta sorpresa, no me gustaban, seguro porque odiaba a las sorpresas. Joel nunca había sido bueno en ellas, pero aun así hacia su mejor esfuerzo.
Joel salió de su habitación, se acercó a mí y me besó en los labios.
— ¿Vamos a cenar fuera esta noche? ¿Está bien?—preguntó sentándose en el borde del sofá.
—De acuerdo… ¿a qué hora?
—En un par de horas. Aún es temprano.
Cuando el reloj marcó las siete, salimos al restaurante que estaba cerca al departamento. Comí un plato de Lasaña, y Joel pidió una hamburguesa…en un restaurante italiano. La mesera dijo que le podía conseguir algo parecido. Y lo hizo.
En el camino de regresó al departamento, Joel estaba notoriamente nervioso, y enserio esperaba que lo de la fiesta sorpresa sea solo una suposición.
Cuando estacionó el auto en el sótano, cruzó hasta mi puerta y la mantuvo abierta para mí. Subimos silenciosamente en el ascensor, y realmente tuve un alivio enorme cuando vi nuestro departamento vacío. Sin globos ni nada parecido.
— ¿Bubbles?—preguntó Joel. Volteé para verlo, y para mi sorpresa estaba arrodillado enfrente de mí. Fruncí el ceño confundida, ¿acaso me había engañado con una rubia y me estaba pidiendo perdón de rodillas? Sacó una pequeña caja roja de terciopelo de su bolsillo derecho, eso no era un….—Cásate conmigo, Bubbles. Y te prometo que nunca te voy a dejar sola, vas a tenerme a tu lado siempre. Por más idiota que sea, y por más errores que cometa. Te amo, no hay palabras que pueda expresar lo que siento por ti, porque infinito no es aun suficiente.—sus ojos estaban brillosos, y estaba segura que estaba a punto de llorar, al igual que yo,—Te prometí cuidar de ti para siempre, ¿recuerdas? Cuando teníamos quince años y planeábamos escaparnos, iríamos a Nueva York. Y tú me prometiste que nunca te irías de mi lado.
—Joel …
—Quiero que esto sea para siempre. Probablemente suene estúpidamente cursi, pero una vida no sería suficiente para mí. —Besó suavemente mis nudillos de una sola vez. — ¿Quieres casarte conmigo?
Tomé una respiración y sollocé al mismo tiempo, saliendo un sonido como cuando ahogan un gato, así, la primera lágrima rodó por su mejilla, haciéndome sentir una mierda por lo que le estaba a punto de responder.
—No puedo casarme contigo, Joel. No ahora.
Estaba pisoteando su indefenso corazón en el suelo. Me odiaba a mí misma por la oración que había salido de mis labios.
— ¿Por qué no?—preguntó levantándose del suelo, sin liberar mi mano. — ¿No me amas lo suficiente para que te cases conmigo?
—Te amo, y eso lo sabes. Pero…Joel, acabamos de graduarnos de la escuela. Tienes la universidad, vas a irte a Washington, tienes una carrera de futbol muy larga y llena de oportunidades, no puedes desperdiciarlas solo por mí…
—Te podría llevar conmigo, sabes eso…
—Sí. Pero yo no quiero eso Joel. El futuro que me dijiste ese día, no es nada parecido al mío. También van a haber fraternidades, aventuras, animadoras, miles de chicas dispuestas a estar contigo…
—Yo no quiero nada de eso, bubbles, ¿no lo entiendes?
—No quiero que te pierdas nada de eso, solo porque te sientas amarrado a mí. No tienes ninguna obligación conmigo.
—Sé que no tengo ninguna obligación contigo, te amo bubbles.
—Yo quiero viajar, terminar de estudiar y viajar por todo el mundo, no simplemente quedarme en casa después de haber salido embarazada apenas salga de la universidad, cuidar de niños y perderme todo lo del mundo. Tu tampoco quieres eso, Joel, no realmente. Una gira de futbol sería el paraíso para ti.
—Estaría dispuesto a dejar todo esto solo por ti. ¿Qué necesitas? ¿No confías en mí?
Me estaba tomando mucho respirar, porque tenía muchas ganas de tirarme al suelo y llorar como un bebé.
Lo amaba, realmente lo hacía. Pero él tenía una vida, una vida que yo no planeaba quitársela. Pero decirle todo esto me estaba doliendo a mí tanto como a él. Sentía cuchillos atravesando mi corazón, en este momento.
—No, Joel, no confió en ti. ¿Cómo sé que no te vas a enrollar con cualquier universitaria que pasé por enfrente tuyo? Eras un mujeriego, y las personas nunca cambian, no realmente.
—Tú me cambiaste…
—Lo siento tanto, pero no puedo casarme contigo. —dije.
Liberó mi mano, pasó sus manos por sus cabellos despeinándolo totalmente. Le dio una fuerte patada a la mesa de centro, haciendo que los cristales que la cubrían se rompieran en miles de partes.
Lo estaba lastimando, lo estaba lastimando tan mal.
— ¿Confiaste alguna vez en mí, ________?—me preguntó, poniendo ambas manos en mis hombros, obligándome a mirarlo a los ojos. — ¿Lo hiciste?
—No—mentí.
Joel me soltó y soltó un sollozó, y ahora eran varias las lágrimas que caian libremente por sus mejillas. Se dejó caer, y comenzó a llorar como un pequeño niño indefenso en el suelo. Cubriendo con sus manos su rostro.
Me acerqué a él, con el corazón destrozado, y puse mi mano en su hombro. Movió su hombro, haciendo que mi mano cayera.
—No me toques. —Murmuró—No…me…toques.
Se levantó del suelo, pateó los cristales desparramados esparciéndolos por toda la habitación. Le dio varios golpes al mostrador, todos los adornos que estaban encima de él, cayeron automáticamente. Quería solo abrazarlo, y decirle que lo amaba. Que hacía esto porque lo amaba.
—No puedo estar más aquí. —dijo abriendo la puerta del departamento, para después cerrarla de un fuerte portazo.
Me dejé caer en el suelo, y no resistí más. Comencé a llorar, lloré como nunca antes lo había hecho. Porque sabía que lo acababa de perder, por un plazo tan largo como para siempre. Sabía que me estaba odiando en este momento, sabía que lo había destrozado.
El teléfono que estaba en el suelo comenzó a sonar, por un momento pensé que era el de él pero no, el forro rosa me confirmó que era mío. Atendí la llamada y no pude decir palabra alguna.
— ¿COMO ESTA LA NOVIA MÁS HERMOSA DEL MUNDO? Estoy tan feliz por ti, obviamente tengo que ser una de las dama de honor, demonios, todo esto es tan perfecto. ¿Cómo te sientes?—chilló Alizzon desde el otro lado de la línea.
—Lo lastimé, Alizzon, lo he lastimado tanto. No quería lastimarlo…y terminé haciéndolo—sollocé.
— ¿Qué? ¿Qué carajos ha pasado, _________?
—Te necesito, por favor. Te necesito.
Tardó como quince minutos en llegar al departamento, se lanzó al suelo conmigo, enredando sus brazos a mí alrededor. No me dijo nada, solo me dejó llorar en su hombro como por una hora entera.
—Duele tanto...duele tanto—dije sin dejar de llorar en sus brazos.
— ¿Qué paso? Dime que paso, ________—me pidió.
—Le dije que no, Aliz. Le dije que no.
— ¿Por qué hiciste eso, ________?—me preguntó dulcemente, como si fuera una niña pequeña. — ¿Dónde está él?
—Se fue, se ha ido.
Me estrechó más a ella, y me permitió llorar en sus brazos toda la noche. Agradecí eso, porque si hubiera estado sola aquí, no sé qué hubiera hecho. Solo quería llorar, para ver si algún día las lágrimas se agotaban de una vez por todas.
Lo había sacado de mi vida. Y solo la idea, dolía como una completa mierda.
Acababa de perder a mi todo. A mi mejor amigo, a mi salvador, a mi novio. A mí todo.
La alarma de mi teléfono sonó.
Y sorpresa…ya era mi cumpleaños.
{…}
Alizzon quería limpiar el desastre del departamento, pero me rehusé a dejarla. Le dije que estaría bien cuando de mis ojos ya no salía lágrima alguna, me sequé, si eso es posible.
Ella me dijo que iría a casa, y regresaría antes de que me diera cuenta. Me dejó en la cama, y tenía que dormir, porque no había pegado ojo en toda la noche. Pero simplemente no pude. Salí de la cama y del edificio. Recorrí las calles cercanas al departamento.
Tenía los ojos muy hinchados, y estaba usando la sudadera de Joel, era tan masoquista, pero tenía aun impregnado su olor en esta. La capucha me cubría la mayoría del rostro.
Pasé por una panadería, mi estómago gruñó automáticamente porque la noche anterior no había terminado de cena. Entré a la panadería donde generalmente Joel y yo íbamos a comprar pan cada vez que podíamos.
—¿__________? ¿Qué haces por aquí tan temprano?—preguntó el dueño del local, que nos conocía de años.
— ¿Me puede dar un agua mineral y tiene alguna barra de cereal?—pregunté.
—Tengo el agua, la barra no. Pero tengo un poco de pastel. Feliz cumpleaños por cierto.
—Eso sería bueno, gracias. —respondí.
Le pagué el agua, y me entregó un pequeño pastelillo con una vela encendida en él. Me senté en la mesa cerca al escaparate que daba directamente a la calle. Y así soplé la vela de mi cumpleaños, totalmente sola.
{..}
Después de haber dado la vuelta a toda la ciudad de NY a pie, regresé al departamento. Había estado como ocho horas exactas afueras, simplemente caminando por los parques y deteniéndome en ellos. Observando a las personas pasar, como algunos iban tan estresado porque llegaban tarde al trabajo y cosas como esas.
Cuando me di cuenta que no podía más, y había llegado al otro extremo de la ciudad. Tomé un taxi al departamento. Demoré una hora entera en llegar por el tráfico.
Subí lentamente las escaleras, contando cada peldaño. Abrí la puerta del departamento con mi llave, y todo el desastre estaba igual.
Fui a la habitación de Joel, y por un momento pensé que habían robado. Los armarios estaban totalmente vacíos. Sus cosas personales que guardaba en su cómoda ya no estaba, las fotos de su equipo de futbol tampoco. Todo había desaparecido.
Joel tenía una manía de enmarcar fotos, la razón por la que su cómoda siempre estaba llenas de estas. Pero hoy no. La cómoda estaba casi vacía, excepto solo por un cuadro de madera que se había caído. Me acerqué a la cómoda y recogí la foto.
Fue la foto que nos tomó Patti cuando aún mentíamos, cuando fuimos a visitarla apenas llegó a NY. Nuestro primer beso.
Todo lo que le importaba a Joel en esta habitación había desaparecido. Él obviamente había estado aquí.
El departamento se sentía tan vacío y solo.
Al igual que mi corazón.~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
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promesas de amor [{Joel y tu} segunda tem. RDM<ADAPTADA >]
Fanfic"¿Eres lo suficientemente fuerte para soportar la verdad?" _________ acaba de descubrir que su vida ha estado llena de mentiras desde antes de haber nacido. No todos los días te enteras que tu supuesto verdadero padre es uno de los empresarios más a...