Capítulo 4.

2.8K 193 13
                                    

Pov. Stiles.

Los días habían pasado realmente como rayos. Parecía que el mundo qu ría verme sufrir. La semana había sido cansadora. No solo por la repentina idea del entrenador de ponerme como titular y matarme con sus ligeros entrenamientos. A causa de ello no pude disfrutar de mi estancia en el restaurante. Además, de que me había enterado de una aluscinante noticia.  Theo Raeken trabajaba en el mismo restauran que yo. Y Liam lo sabía. No entendía que pasaba en este tiempo con Liam y ese sujeto, pero al parecer había algo raro. Que pronto descubriría. Lo otro avasallante de la semana había sido el constante acoso de Derek Hale. Lo tenía desde que despertaba hasta que terminaba mi turno en el restaurante. Era frustrante, no lo entendía realmente. Para colmo ahora mismo lo estaba viendo parado frente a mi, junto con su entrenador y el mío platicando. El cual maldito Finstock me llamaba muy emocionado. Por favor...

—Stilinski, necesito que te encargues de buscar unas cosas con el asistente del entrenador Fernández. -con temor asenti. —Bien, recueda que salimos a las 10 a.m. procuren estar para esa hora con todo. -volví a asentir. Derek no se movía de allí, a causa de eso mi corazón juraría que se había detenido. —Hale, no hagan el tonto. -listo quería morirme nuevamente.

—Entendido entrenador. -me mira con su típica cara de seriedad. —¿Nos vamos? -realmente no quería. Pero, no me quedo de otra.

El entrenador me había dado una lista con suministros que habían faltado, unas cuantas tienda de campaña, también unos papeles que había que ir a buscar a su despacho en el gimnasio. Claro todo el trabajo para nosotros. Bueno, para mi. Durante el camino no dije nada, ni siquiera voltee a mirarle. Observe que estábamos en el estacionamiento. Eso quería decir...

—Mi auto está allí, vayamos por los víveres primero. -el resplandeciente Camaro negro no me sorprendió. No podía faltar aquí. Era como si estuviera casado con ese vehículo.

—No hace falta que vayamos los dos. Puedes ir tú, yo me ocuparé de buscar otras cosas de por aquí. Así terminaremos más pronto. -deje en claro mi posición. Mire la lista en mi mano y se la dejé sobre el techo del auto. —Tómala antes que se vuele. -lo observé fruncir el ceño. No le di importancia y comencé mi caminar al gimnasio.

Pensando que me había librado de él no me percate cuando se paró frente a mi.

—Vayamos juntos. -¿Me preguntó? Mejor dicho me ordeno.

—Quiero que esto termine rápido, así que por favor cumple con tu parte y yo haré la mía. No molestes. -aclare molesto. Me prepare para rebasarlo cuando su mano me impide continuar.

—¿Porqué me tienes miedo? -aquello me sorprende e intento zafarme de su agarre.

—¿Miedo? -me burló. —No creo que sea eso, es solo que detesto a las personas de tu clase. -aprieta un poco su agarre. —Deberías soltarme. No creo que se vea bien otro escándalo para tu historial.

—Si que eres interesante. -aquello me da ganas de martillear mi cabeza. —Escúchame bien. -con su mano me atrae hasta el. Dejando un distancia peligrosa entre sus rostro y el mío. —Haré lo que sea para que me pertenescas. No soy un hombre con mucha tolerancia, así que espero te rindas pronto ante mis deseos. -no podía creerlo, este sujeto que tenía en su cabeza. Al tener oportunidad lo empujó y me alejo, acarició mi brazo. Palpitaba por la fuerte presión.

—Si que eres un engreído. -solte mi notable desprecio. —Deberías aprender que las personas no son cosas. Y que tú, solo eres una persona más de este mundo y no un dios qué todo lo puede tener. -me observa atento, con una sonrisa de lado. Sin esperar nada más pasó lejos de él para irme al gimnasio. Me sentía tan eufórico.

¡Obsesión! (Sterek) [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora