Capítulo XXI

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-Dame el maldito celular, Mike.

-No.

-No te he preguntado, solo dámelo.

-Viejo, eres unos de mis mejores amigos y, últimamente, cada vez que ves esta cosa te pones a llorar como una niña. No es bonito verte así.

-Solo déjame llamarla, no hemos podido hablar correctamente.

-¿Y te parece que llamarla desde miles de kilómetros de distancia es hablar correctamente?

-Solo dame el móvil.

-Está bien, pero yo solo digo que ella ya dejó bien clara su posición con respecto a su relación.

-No molestes.

Mike salió por la puerta de la habitación. Luke había esperado estar solo desde que llegaron al lugar. Unas cuantas fans los habían estado esperando en el aeropuerto; fue difícil sonreír para tantas fotos y aparentar estar bien para ellas cuando la realidad era completamente diferente. Habían pedido habitaciones separadas para cada uno, pero los chicos, enterados de su situación, no querían dejarlo solo.

Por fin podía pensar tranquilo. Con el móvil en la mano, entró en la indecisión de si debía llamarla o no. Habían varios mensajes de ella pidiendo que lo hiciera, pero era de pocas horas después de que él hubiera partido ¿y si ya no quería que la llamara? Quizá aún no cambiaba de opinión y si lo hacía ¿le habría avisado? Ya no sabía la respuesta de aquella última pregunta.

Se paseó por los contactos hasta llegar a su nombre, que aún llevaba un corazoncito al lado; respiró hondo y puso su dedo cerca a la opción que decía Llamar; estaba a punto de apretarlo, pero... de repente ella estaba durmiendo. ¿Cuánto tiempo había de diferencia? ¿Y si la despertaba y ella se molestaba?... ¿Y si no estaba dormida? Demonios, debió informarse acerca del cambio de horario.

Finalmente se dejó de rodeos, cogió con fuerza el móvil y pulso aquella opción que tanto lo atormentaba. Había timbrado tres veces cuando alguien contestó al otro lado de la línea, quizá sí la había despertado.

-Luke.

-Sí, ehmmm... Lo siento ¿te desperté? Lo... lo lamento, aún no sé la diferencia de horarios... pero... pero... eso no es de lo que te quiero hablar. O sea... tú sabes de lo que quiero hablar, ¿no? Lo siento, estoy hablando mucho, debería dejarte decir algo... -Al otro lado de la línea se quedó en silencio. Espero un rato, quizá solo un par de minutos, pero le pareció una eternidad.- ¿_______, estás ahí?

-Ahhh... sí, sí. Es solo que... -dijo con voz quebrada.

-¿P... por qué lloras? Dije algo que te hizo sentir mal? En serio no quería...

-¿Puedes callarte un rato? ¡Por Dios! Eres tan adorable cuando te pones nervioso.

-Lo siento...

-No, yo lo siento. Mira, Luke, nunca fue mi intención hacerte daño. Yo... yo simplemente me moría de miedo y estaba aterrada con la idea de que te fueras; hasta ahora lo estoy. Tengo miedo de que conozcas a alguien más, de ser un obstáculo para ti.

-No eres un obstáculo para mi. Mira, mejor olvidemos el mal rato ¿sí? Vas a ver que sí podremos con esto.

-No, Luke, yo no podré con todo esto. Me hace daño extrañarte y tenerte tan lejos; no poder verte ni salir contigo como antes... Simplemente no puedo.

-Para mi tampoco es fácil, pero no quiero obligarte a hacer algo que te hará daño. Supongo que aquí llegó todo.

-Luke, yo...

- Solo quiero que sepas que a penas regrese haré hasta lo imposible por recuperarte; por mientras seguiré llamándote todas las noches a la misma hora, averiguaré la diferencia de horarios y a las 10 estarás recibiendo mi llamada, y también antes de cada concierto, recuerda que me debes dar suerte.

-Yo aquí estaré esperándote.

-Bien.

-¿Hasta mañana?

-Hasta más tarde, pequeña.

Heartbreaker girl (Luke Hemmings y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora