Un día más comenzaba en la orden y como siempre todos se encontraban sumergidos en trabajos y misiones.
El albino se dirigía a la oficina de su jefe que lo esperaba con quien sería su compañero de misión. Llegó a pasos largos abriendo la puerta de golpe y respirando agitado.
-Siento llegar tarde- se disculpó
-Maldito Moyashi- susurro Kanda poniendo sus ojos en blanco.- Nunca puedes hacer nada bien- continuó.
-BaKanda será mejor que te calles sino quieres que...-
- Ustedes dos ya dejen de pelear y pónganme atención para que esto sea rápido y pueda estar con mi Lenalee- ambos exorcistas volvieron los ojos pues Komui siempre idolatraba a su hermana menor.
-Como sea ya continua-musitó el pelinegro
Komui aclaro su garganta y comenzó a explicar la misión y la aproximación de cuanto les llevaría dicho trabajo.
Al caer la noche ambos exorcistas ya estaban en marcha.
Después de algunas horas llegaron a su destino, los dos sentían una vibra extraña y no era para menos la ciudad estaba repleta de akumas, el ojo izquierdo del albino se activo dejando ver el alma de los fallecidos, atrapados con una cadena la cual era su exilio al paraíso.
Allen activo su inocencia y fue tras los demonios mientras que Kanda se enfocaba en armar el rompecabezas de su informe y descifrar en donde se hallaba la inocencia.
Mientras el menor se encontraba luchando él nipones se fijaba en que dirección volaban los asquerosos akumas, siguiendo con la mirada a uno descubrió que la iglesia estaba repleta de ellos.
-¡Moyashi!- Grito fuerte mientras se acercaba con rapidez, Allen lo escucho pero siguió luchando, asintió con la cabeza en señal de que había captado la voz de Kanda.- La inocencia esta en la iglesia así que deja de perder el tiempo y vayamos- el menor obedeció en cuanto terminó con el akuma.
Abrieron la gran puerta de madera vieja haciéndola rechinar, todo esta oscuro y al parecer no había movimiento, se adentraron a dicha construcción religiosa observándola hasta en lo más recóndito, sin obtener nada, no había nada, ¿Había sido un engaño?
-¿Como es que no hay nada?- bufo molesto el mayor- Mierda, ¿Cómo pude equivocarme?
- Tranquilo debemos seguir buscando, pero allá afuera- Allen salió y miro hacía el cielo, no había ningún akuma volando por los alrededores.-¡Kanda, no hay nada mi nadie- el mayor salió apresurado.
-¿Que demonios esta pasando?-
Pasaron varias horas sin conseguir respuesta a esa pregunta, cansados fueron a la posada la cual la orden había alquilado para ellos.
La cual era más pequeña que muchas que habían pisado, tan solo era una cama en donde con trabajo cabrían los dos, una mesa con dos sillas y una gran chimenea.
El pelinegro bufo.
- ¿Voy a dormir contigo?-
-No esta para nada dentro de mis planes pero si quieres morir de frío es tú problema- el mayor comenzó a quitar sus ropas para poder dormir y al otro día volver a la misión, le cagaba no poder terminarla de una vez pero su cuerpo pedía descanso.
Mientras tanto el albino miraba por la ventana a la fría luna que se asomaba por ella, sumido en sus pensamientos no sé percato que el mayor le había aventado una cobija.
-Vas a resfriarte y no quiero que me culpen por tus estúpideces-
-Gracias- sonrió acomodándose la cobija.-Kanda, ¿Puedo hacerte una pregunta?-
-No me vengas con tonterías Moyashi-
-¿En verdad crees que estoy maldito y por eso la gente se aleja de mi?- Silencio. El albino agacho la cabeza en resignación hasta que escucho la voz de Kanda.
-Escucha enano, no sé porqué piensas en estas cosas tan estúpidas a estas horas pero corta el rollo y ve a dormir-
-Hablo en serio, es decir, mis padres, Mana, el Maestro me abandonaron, me dejaron a mi suerte y y-yo no sé si es mi culp...-
-Deja de hablar ya- el pelinegro interrumpió saliendo de la cama para ir a donde el menor se encontraba.- No todo en la vida es color de rosa, tú y yo lo sabemos, pero a veces eso no debe importarte solo sigue adelante y manda a la mierda a los demás-
-Kanda...- Allen lo miro con un brillo en los ojos, es que ¿Acaso Kanda lo estaba animando? Eso era inusual
- Bien tú no eres tan molesto, creo, no soy bueno hablando idiota pero lo que quiero decir es que espero que un día puedas destruir eso que te lastima y ser tú mismo, sin mentir, me molesta cuando sonríes cuando por dentro estas muriendo, ¿Crees que no lo he notado? Manda a la mierda a las personas y vive, sigue caminando no importa que- El nipones lo miraba profundamente, sus palabras habían salido del corazón por primera vez y es que estamos hablando de Yu Kanda el exorcista más antisocial y antipático que existía en toda la orden.
-Gracias Kanda- volvió a sonreír con lagrimas en los ojos.
Allen sabía que el mayor y sus palabras iban a tener impacto en él y es que el pelinegro siempre dice las cosas tales y como las piensa, por ello confió en Kanda y en su manera de expresarse, solo quería saber su punto de vista y solo su punto de vista, de nadie más porqué otros le mentirían.
Volvió a sonreír apoyo su cabeza sobre el hombro del mayor.
-¿Qué mierda Moyashi?
-Solo será un momento, por favor- cerró los ojos, y ese "momento" se convirtió en todo una noche en donde sentimientos desconocidos para los dos comenzaban a florecer.
Tan solo esas simples palabras bastaron para que lo que en verdad sentían saliera a la luz e iluminara sus corazones.Holaaaa
Bueno aquí esta el segundo capítulo, espero que les haya gustado perdón por no actualizar pero la inspiración no me llegaba :(
Como sea debo aclarar que este capítulo se centra antes de que sucediera lo del prólogo para que no se saquen de onda.
Los quiero mucho ❤️
Se despide La Loca del Yullen ❤️