Era la última noche que lo esperaba despierta. Siempre decía lo mismo. Siempre decía que no lo iba a esperar más, que iba a ignorar sus llegadas tarde, que le iba a reclamar, pero como siempre nunca cumplía. Era su marido y lo amaba. Escucho el sonido del auto, la puerta del garaje al cerrarse y sus pasos en las escaleras. Cerró sus ojos y se hizo la dormida.
Justin entro en la habitación, miro la cama donde su esposa dormía y se dirigió al baño. Se acostó a su lado dándole la espalda y se durmió. Ella giro y miro a través de la oscuridad a su esposo dormido. Otra noche más que no la tocaba, hacía meses que no la tocaba, aunque, ¿Por qué iba a tocarla si llegaba satisfecho de estar con su amante? Le dio la espalda y con lágrimas en los ojos se durmió.
Todas las mañanas eran lo mismo; se levantaba temprano, preparaba el desayuno para él, lo acompañaba a comer y luego él se iba sin siquiera darle un beso, un nos vemos en la noche era todo, nunca un gracias, ni un te amo, ninguna palabra cariñosa.
Estaba sentada en el sofá viendo por la ventana hacia el exterior, en la calle se veían niños corriendo y jugando, era verano y todos los niños estaban de vacaciones. Llevaba toda la mañana ahí, sentada, pensando que hacer para que su marido la mirara como antes, para que la tocara como antes, para que dejara a su amante y volviera con ella. Pensó que tal vez unas vacaciones le harían bien, tal vez alejarse unos días renovaría el amor y la pasión. Luego llego a la conclusión de que el no dejaría su trabajo. Entonces se le ocurrió comprar esa ropa interior picante y hacerle un striptease, pero ella no era muy buena bailarina y tal vez lo arruinaba, estaba pensando en esperarlo desnuda en la cama cuando el teléfono sonó a su lado, asustándola.
Esperanzada, creyendo que tal vez fuese su marido, contestó con entusiasmo al teléfono
-Hola.
-Sophia , hola.- sus esperanzas murieron, al escuchar la voz de Abby al otro lado de la línea. La sonrisa en su rostro murió.
-Hola Abby, ¿Cómo estás?- Aunque quiso agregarle alegría al tono, temió fracasar, no sentía nada de alegría en ese instante. - Perdona por no llamarte antes pero...- Su disculpa murió con el habitual entusiasmo de Abby.
-No te preocupes. Oye, estaba pensando... ¿Qué tal si salimos por ahí a tomar algo esta tarde? Y no me digas que no, que tú marido puede llegar temprano porque hace meses que llega tarde.- Hizo una mueca de dolor al escuchar las palabras de su amiga. Eran amigas desde la secundaria y Abby siempre había sido tan directa con todo.
Estaba pensando inventarse que se sentía indispuesta, cuando se le ocurrió que tal vez, si Justin llegaba y no la veía podría preocuparse e interesarse un poco por ella. Acepto.
Eran las cinco con trece cuando su amiga llego al Starbucks. Disculpándose por su tardanza, Abby la hizo cambiarse de mesa a una que daba a la ventana, porque allí, podrían ver a la gente pasar y criticarlos por su ropa, como hacían cuando eran adolescentes. Estaban riéndose de una señora que tenía el pelo naranja y un conjunto tan naranja como su pelo cuando el rostro de Sophia se congelo. Al otro lado de la acera caminaba su marido con una muchacha rubia de vestido rojo, iban riéndose y el la llevaba por la cintura. Su estómago dio un brinco y creyó que se iba a desmayar.
-Vamos a seguirlo.- La sugerencia de su amiga la tomó por sorpresa.
Todavía estupefacta, Abby la tomo de la mano. Dejo unos cuantos billetes en la mesa y se dispusieron a seguir a Justin. Iban unos metros atrás, viéndolos sonreírse y hablar muy cerca, cuando él se giró. Asustada, creyendo que el la había visto, Sophia se dispuso a dar media vuelta y correr, pero nuevamente si amiga la tomo de la mano e hizo que girara chocando contra su rostro y besando sus labios.
En estado de shock y con los ojos muy abiertos Sophia se separó de ella y no dijo una palabra. Abby se veía tranquila y totalmente relajada. Dio un vistazo por encima de la cabeza de ella y la tomo de la mano para que la siguiera.
-Siento mucho lo del beso, así fue como ayude a Bill, cuando seguíamos a uno de los criminales que el busca. No me di cuenta, ni siquiera pensé que era una chica solo lo hice. Discúlpame.- Sophi miro a su amiga.
Bill era investigador privado y Abby solía ayudarlo en sus casos, no le extrañaría que en una ocasión hubiese tenido que hacer eso para salvar el pellejo de su amigo. Además, Bill llevaba enamorado de Abby muchos años, no sería extraño que fuese una excusa de el para besarla. Negando con la cabeza y diciéndole que no tenía ninguna importancia, siguieron por donde Justin se había ido.
Girando en la esquina, ella se detuvo abruptamente al ver el sitio a donde su marido había entrado con aquella mujer. Era un motel. Literalmente arrastrándola, Abby entro y ambas se congelaron al instante: Justin caminaba con la rubia, ambos sonrientes y tomados de la mano, al ascensor. Las puertas se abrieron y ambos entraron. La última imagen que ella obtuvo de su marido, fue que este apretaba a la rubia contra su pecho y la besaba apasionadamente.
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Marido Infiel ➳ J.B
FanficHistoria comenzada: 24 abril - 2018 #1 en justinbieber - 13 de mayo